Conflicto sirio, entre la manipulación y el terrorismo

Naciones Unidas, 22 feb (PL) Un informe presentado esta semana por la Comisión Investigadora sobre los Derechos Humanos en Siria generó aquí denuncias de Damasco de manipulación del conflicto en el país levantino y malintencionado desconocimiento de su principal ingrediente, el terrorismo impuesto desde el exterior.
Activado por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas en agosto de 2011, cinco meses después de estallada la crisis, el grupo de cuatro expertos emitió el viernes su noveno reporte, calificado por el embajador sirio ante la ONU, Bashar Jaafari, de políticamente motivado y propaganda.
En declaraciones a la prensa luego de la presentación, el diplomático criticó también el método escogido para analizar el texto, la llamada «Fórmula Arria», sesiones que no exigen asistencia y a la cual acuden solo las partes interesadas, en este caso los miembros del Consejo y los autores del informe.
El gobierno sirio expresó desde el principio sus preocupaciones y dudas por el trabajo de esta Comisión supuestamente independiente, a partir de sus claros objetivos políticos y una agenda oculta subordinada a quienes intentan destruirnos, advirtió.
Según el grupo encabezado por el brasileño Paulo Sérgio Pinheiro, Damasco ha respondido al «levantamiento» con una creciente e impune violencia, traducida en arrestos arbitrarios, desapariciones, torturas e indiscriminados bombardeos contra áreas civiles, acusaciones recurrentes en sus reportes.
Se trata de criterios de personas que nunca han visitado Siria, y utilizan como fuente los testimonios de individuos radicados fuera del país, en Turquía, Jordania y el Líbano, señaló aquí Jaafari a propósito del documento elaborado además por Karen Koning AbuZayd (Estados Unidos), Carla del Ponte (Suiza) y Vitit Muntarbhorn (Tailandia).
El embajador reiteró que la nación árabe sufre una agresión de mercenarios y extremistas, quienes reciben armas, entrenamiento y recursos procedentes del exterior, en sintonía con el cambio de régimen que Washington y sus aliados tratan de imponer.
Al respecto, destacó la elaboración de un libro de 500 páginas con detalles de terroristas extranjeros ultimados durante el conflicto, sobre todo en octubre de 2013, aunque recordó el empeño de la Comisión y sus promotores en ignorar los elementos entregados todos estos años por Damasco.
«Los estadounidenses presentan a estos mercenarios y terroristas extranjeros como la oposición siria, la que llaman legítima, moderada, pacífica y democrática», afirmó Jaafari.
La Comisión creada bajo el mandato de investigar crímenes de guerra y contra la humanidad reconoció en su noveno informe la violencia desatada por los «grupos armados» -un término rechazado por Siria- y la brutalidad del Estado Islámico y el Frente al-Nusra, grupos considerados terroristas por el Consejo de Seguridad.
En ese sentido, precisó que desde el año pasado los yihadistas asesinan y mutilan en las zonas bajo su control.
TERRORISMO Y SOLUCION POLITICA
El grupo activado por el Consejo de Derechos Humanos atribuyó a los cuatro años de conflicto en la nación levantina más de 220 mil muertos y millones de desplazados internos y externos, y de seres humanos urgidos de asistencia.
Asimismo, demandó una solución pacífica de la crisis y el respeto a las resoluciones del Consejo de Seguridad, órgano al cual instó a hacer más para poner fin al sufrimiento de tantas personas.
De acuerdo con Jaafari, solo el gobierno sirio cumple esas iniciativas del Consejo de Seguridad, la más reciente de ellas adoptada por unanimidad este mes, dirigida a frenar el financiamiento de los extremistas, obtenido mediante el contrabando de petróleo y antigüedades, y el pago de rescates por los secuestros sistemáticos.
El diplomático reiteró la voluntad de paz de Damasco, rechazó la lista de supuestos responsables de crímenes que elabora la Comisión e insistió en el cese del terrorismo como aspecto clave para buscar una salida negociada.
Damasco también exige de manera recurrente que se deje de armar, financiar y facilitar el acceso a Siria a los fundamentalistas, quienes proceden de decenas de países, entre los que Jaafari mencionó a Australia, Canadá, Qatar, Arabia Saudita, Jordania e Italia.
En el contexto del nuevo informe de la Comisión Investigadora sobre los Derechos Humanos en Siria, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, apeló a los actores del conflicto a detener los enfrentamientos y buscar una solución política.
Según un comunicado, Ban tomó nota de los comentarios de su enviado para resolver la crisis, Staffan de Mistura, quien tras reunirse a mediados de febrero con el presidente Bashar al Assad anunció la disposición de Damasco de dar nuevos pasos hacia la reducción de la violencia y la ayuda humanitaria a las víctimas.
La devastada ciudad de Alepo pudiera ser un escenario concreto de distensión, aunque faltaría por ver la voluntad de los llamados grupos armados de materializar el alto el fuego, y poner en práctica una propuesta de de Mistura de establecer zonas de congelación de las acciones bélicas como una ruta para la paz.
También Rusia realiza gestiones para sentar en la mesa de negociaciones a las partes, tras los fallidos intentos de reuniones en Ginebra en 2014, en las que Siria denunció la falta de voluntad de occidente y sus aliados para acabar la crisis.
Recientemente, Moscú acogió un encuentro entre representantes de Damasco y opositores dispuestos al diálogo, foro calificado de alentador.

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