Comienzan y terminan igual

Como es de esperarse a final de cada año todo mundo hace nuevos propósitos con las mejores intenciones de tener nuevas metas o mejorar aquellas en las que se fallaron durante el año. ¿Cuáles son las tuyas? Entre la gran lista de nuevos propósitos la que está en la primera para palomear seguramente está la de bajar de peso, ir al gimnasio, dejar de tomar o fumar, etc., pero alguna vez se ha preguntado cuáles son los nuevos propósitos que se hacen las instituciones gubernamentales, sí es que alguna vez lo hacen.

Nada más por mencionar alguna de ellas y sin tanto adivinar lo que se puede decir es que de todas, es la mejor institución para cobrar pero la peor para brindar un servicio. Siempre deja una sensación como si estuvieran haciendo un favor. Su método de cobranza se comporta como si fuera la enfermedad del alcoholismo, porque no respeta edad, sexo, ni estado civil.

El método de recuperación de cartera vencida rebasa lo que es anticonstitucional, sin embargo se le otorga esa autoridad para actuar en contra del contribuyente porque no se tiene otra opción ya que si no se paga sin tener un periodo de gracia, el embargo es de inmediato sin ninguna prevención legal en donde ellos mismos hacen la función de señalar y embargar al mismo tiempo e inmediato todo aquello que este a la vista.

Indudablemente para los patrones quienes están afiliados saben y han sufrido de sus malos tratos tanto como institución recaudatoria y prestador de servicio a sus derecho habientes. Nunca han perdonado pese a la situación económica que se viva en el país, o por las dificultades que estén pasando los empresarios y comerciantes nunca debe de faltar su pago puntual.

No hace falta más introducción todos sabemos que se trata del mayor organismo de salud del país; el Instituto Mexicano del Seguro Social, quien siendo líder en ejercer sus derechos es pésimo para prestar servicio como obligación a sus derecho habientes.

Siempre inician el año mal, y cierran igual, sin pena ni gloria se la pasan todo el año siendo cada vez más ineficientes sus servicios y nido de familias sindicalizadas en busca de su bienestar sin importarle la atención de los pacientes.

Tanto la institución al igual el personal que labora ahí siguen siendo el viejo Seguro Social. Todos con sus caras de vinagretes y altaneros que hasta el simple puesto de limpieza se sienten más que el director nacional o el dueño de la institución pasándose por el arco del triunfo a los directivos de cada uno las diferentes afiliaciones o sucursales.

El Instituto Mexicano del Seguro Social así como directivos y personal que laboran ahí cada vez está muy apartados de los afiliados y toda aquella persona que requiere de asistencia médica.

Cada trabajador de éste el más grande instituto de salud pública se congregan en una mafia que se protegen entre sí para que los altos directivos nunca se enteren de las quejas interpuestas por los mismos derecho habientes y aquellas que logran filtrarse a un director o subdirector son papeles decorativos de un escritorio o devueltos a un archivo muerto. Directores que a final de cuentas doctores siempre anestesiados ante la prensa haciendo oídos sordos y de la vista ciega para hacer caso omiso ante la impotencia de los pacientes al denunciar públicamente en los medios de comunicación las deficiencias del instituto.

Especialistas de la negligencia médica con la mentalidad de pagar los daños a los pacientes que entren en las tabulaciones no menos de 400 mil pesos por persona que pelea una indemnización con tal de que no vallan con el chisme a la prensa es la solución pues al fin y al cabo no es dinero de ellos sino de la contribución de los patrones y trabajadores afiliados quienes pagan, y no con el bolsillo del sindicato, nómina o retiro de la licencia médica, pues que sigan pagando los errores médicos siendo éste la principal fuga de dinero dentro del IMSS.

Cerraron el año con la carencia de medicamentos necesarios para poder establecer la salud de los pacientes teniéndolos en espera por semanas hasta que llegue el medicamento indicado por el médico, o en su defecto le solicitan al derecho habiente que pase nuevamente con su doctor para que le cambien la receta pues no cuentan con la medicina prescrita dándole a escoger a los pacientes lo que tienen nada más en existencia.

Entre los más populares se encuentra la penicilina o derivados de 800 miligramos, la insulina con el argumento de está por llegar pasan semanas y para cuando llega el día que dizque la tienen la receta ya prescribió teniendo que pasar nuevamente con el médico de lo familiar para que le extiendan otra repitiéndose la misma historia, terminándolo de comprar por afuera para quienes tienen la posibilidad porque de lo contrario se les muere el familiar por la falta de medicinas.

Distinguidos por su sensibilidad por faltarles al respeto a los enfermos de la tercera edad dejándolos más desorientados y paseándolos de un cubículo a otro, mientras el personal del Seguro Social, se echan la botana pues lo traen como pelotita.

Hasta cuándo habrá un mandatario que meta en cintura al Seguro Social, para el buen trato a sus pacientes, el abastecimiento de medicamentos especializados o necesarios para la estabilización de enfermedades fuertes que se incrementan más en ésta época del año. Así como inician el año, de igual manera lo cierran. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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