Así no se vale
Por Guillermo Robles Ramírez
El sábado pasado, al hacer unas compras en un conocido supermercado de Saltillo, vi que afanosamente empleadas de ese negocio, retiraban de las vitrinas de los refrigeradores varias charolas con quesos, puerco, carne de pollo y res, etc., al igual que embutidos como jamón, mortadela, queso de puerco, tocino, etc.
Movido por la curiosidad y morbo, pregunté a una de las empleadas por qué tan apuradas y para qué retiraban esos alimentos y me contestó con toda simpleza: “Nos acaban de avisar que vendrá gente de Salubridad hacernos una visita y no quieren los patrones que haya alimentos caducos “.
La empleada no me dijo si el aviso de la visita que harían las Autoridades de Salud se los dio la misma Secretaria o fue un “pitazo”, de alguien de la propia dependencia de Salud. Si fue la oficina de Salud la que oficialmente avisó al supermercado sobre su visita para verificar el buen estado de sus alimentos, sinceramente no se vale jugar así con la salud del público consumidor, pero si fue un “pitazo” de alguien de la propia oficina gubernamental, menos se vale porque eso se llama en cualquier mundo, deslealtad y empleados traidores no deben estar en ninguna parte, menos en casos particulares como el que nos ocupa, pero lo que no está bien es que se juegue con la salud y hasta con la vida de la gente.
En últimas fechas, los medios de comunicación han dado cuenta de alimentos enlatados, refrigerados y de otro tipo en estado de descomposición y que así le son vendidos a la gente, lo que resulta criminal e insistimos, no se vale. De las denuncias públicas presentadas por clientes víctimas de esa voracidad de los supermercados, nació la presión para que las autoridades de Salud Pública cumplieran con su obligación de verificar con mayor regularidad el estado de los alimentos refrigerados, enlatados, etc. y retirar aquellos cuya vigencia para su consumo ya venció, que por cierto, es una práctica común de los supermercados aprovechando la falta de cultura, interés y cuidado de los compradores de comprobar con sus propios ojos si esos alimentos mantienen su vigencia para su consumo sin riesgos en la salud.
Personalmente, siempre reviso la fecha de caducidad y algo que también me llama la atención es que sus fechas a vencer de algunos alimentos como es el caso de las barras de pan sea blanco o trigo, siempre son de dos o tres días próximo a vencer, siendo imposible de consumir una telera de pan en tan pocos días. Algo que siempre me cuestiono si se trata de una estrategia de generar consumismo o si realmente vence en tan poquitos días.
Pero lo que sí es cierto en cuanto ese tipo de “pitazos”, por soplones dentro de esa dependencia de Salud o bien con avisos oficiales de que se les visitará a los supermercados para checar si los alimentos no están caducos, nada se podrá hacer en protección y cuidado de la salud de los clientes y, por el contrario, se hace mucho daño haciendo visitas con “previo aviso”, porque los comercios solamente en esos momentos o el día de la anunciada visita retirarán los alimentos caducos, mientras que en otras fechas, seguirán jugando con la vida de sus clientes. Los titulares de las oficinas de Salud en el Estado, tienen mucho que explicar sobre si hay o no soplones o bien, cómo los supermercados se enteran con anticipación de las visitas sanitarias. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org
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