Aprenden solamente a garrotazos
Por Guillermo Robles Ramírez
En municipios grandes de Coahuila, como son Torreón, Monclova, Piedras Negras, y Saltillo la mancha urbana es mayor que en el resto de los 34 restantes de la entidad.
Debido a esto existe una carga muy numerosa de todo tipo de vehículos, es decir, desde carros compactos, medianos, grandes y carga pesada, teniendo todos ellos algo en común que también son conocidos unidades de transporte de cuatro ruedas.
Sin embargo, no podemos olvidar aquellos que son los más pequeños de dos ruedas como las bicicletas y motocicletas, siendo estos últimos el tema principal a discutir.
Se ha incrementado en las principales cabeceras municipales de Coahuila el uso de personas con motocicletas y también scooter. Pero no solamente personal del Servicio Postal Mexicano, conocido en la actualidad como Correos de México, usan este tipo de vehículos de dos ruedas, sino también algunos cobradores de negocios particulares y ferreterías.
Su incremento fue en aumento con la llegada del comercio restaurantero o comidas rápidas, en donde el servicio de los alimentos a domicilio han sido una manera de incrementar las ventas para el comercio restaurantero. También se le puede sumar los más recientes como es el Uber Eats o Rappi.
El 99 por ciento de todos estos conductores, además que no portan placa de circulación, conducen como “motoril”, siendo éste una metáfora para la gente de la vieja guardia que le decía así a quienes estaban bajo la influencia de la mariguana, pero a diferencia de aquellos tiempos quienes se echaban un carrujo de mariguana se les decía que andaban bien moto o motoril.
La analogía de lo anterior se asemejan a los conductores actuales de las motocicletas y scooter, manejan muy despreocupados y desorientados como caminan quienes están bajo la influencia de la droga alucinógena como lo es el cannabis porque su comportamiento imprudente de conducir sin precauciones en donde se atraviesan entre vehículos sin usar direccionales, no usan su propio carril sino van entre dos prácticamente en la raya de en medio, alta velocidad, sin casco de protección, más de dos o tres hasta cuatro pasajeros en una sola motocicleta, entre otras más estupideces que hacen durante la trayectoria de manejo exponiéndose a ellos mismos, a conductores vehiculares y peatones es la manera “normal” para ellos de conducir.
Las autoridades municipales hacen recomendaciones, pero sobre todo en la capital de Coahuila hacen constantes recomendaciones y llamados a la ciudadanía para que se respete a los motociclistas en general.
El problema no son los conductores en general de vehículos de cuatro ruedas, sino que es todo lo contrario, quien y quienes no respetan a los automovilistas son precisamente esos que andan en motocicletas y scooter; quienes se la pasan conduciendo precisamente estas unidades de dos ruedas, pues dan cada susto mayor a conductores de unidades motrices que se han hartado al grado de que se han registrado incidentes de reclamos.
No hay, al menos hasta el momento, autoridad vial o de tránsito que pueda controlar a estos “correlones” a quienes sus empresas les pagan por batir récords de velocidad para llevar los alimentos a domicilio sin mayor tardanza o bien medicamentos o el mandado o mercancía del hogar de amas de casa que prefieren pagar el servicio a domicilio ordenando telefónicamente lo que necesitan para sus quehaceres domésticos, que “perder” tiempo yendo personalmente al super o tienda de conveniencia de su preferencia.
Es correcto que las autoridades municipales pidan a los conductores en general de unidades motrices de cuatro llantas, respeten a los motociclistas, como lo es igual de justo y correcto, que se exhorte a estos que conducen montados en motos que, por cierto respeten a los automovilistas porque parece y dan la impresión de andar bien “motos” o “motoriles” dado su desgarbado, intrépido, audaz e irresponsable estilo de manejar sus motos que si no andan “bien motos” o “motoriles”, por lo que se exponen y exponen a un accidente fatal, no dan otra impresión más que les vale, que podría ser cierto, aunque a ningún automovilista le agradaría estar en esa situación porque tradicionalmente aunque el motociclista no respeta los carriles, es un hecho que el responsable del percance y más cuando es trágico o quedan malheridos los motociclistas, se señala como culpables al chofer o conductor del autobús, de pick-up, camión de carga, tráiler o de un automóvil.
Vamos respetándonos, diría el vecino, porque si bien es cierto que todos tenemos prisa por cualquier motivo, no tienen por qué violar tan constante y exponiendo la vida propia y la del prójimo por no respetar, porque si queremos respeto, también tiene que venir del otro lado, además de que es urgente que las autoridades de tránsito o vialidad gasten menos saliva y actúen y por lo pronto exigir o de lo contrario sancionar económicamente a quien ande conduciendo una moto, porte bien puesto el casco protector y si conduciendo una motocicleta anda bien “locochón”, “motoril” o “moto”, pues abrir las puertas de la chirona para que tras las rejas duerma en la cama de piedra y escarmiente y vaya aprendiendo entre garrotazo y garrotazo.(Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org
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