Por Arturo Ríos Ruiz 

Norma Piña sostiene Autonomía 

* Palacio arremete con el vocero  

Con antelación, los medios informativos del país, despertaron las expectativas respeto al encuentro que el pasado 5 del mes entre el Presidente y la ministra de la Suprema Corte del país, en el 106 Aniversario de la Constitución de 1917, Quedó clara la distancia entre ambas partes. 

Jesús Ramírez vocero de la Presidencia soltó el primer dardo al hacer notar en su tuit que la ministra Norma Piña no respetó el protocolo y no se levantó a aplaudir a AMLO. Fue el primer aviso de golpear en público a la dama. 

Ayer, en la Mañanera el presidente, aprovechó el espacio para dar contestación a la actitud de la ministra presidenta de Norma Lucía Piña, por quedarse sentada cuando él ingresó el al teatro: “Es un orgullo y una muestra de que la transformación de México sigue su curso». Dijo.  

Una frase para deslindarlo que requiere lupa para comprender su significado y fin, que podría ser el matiz para ser interpretado como un reclamo de su parte y dejó viva la voz de la crítica a su comunicador social. Doble rasero. 

En su turno, la ministra Piña, recalcó la postura inicial: “La independencia judicial no es privilegio de los jueces, es el principio que garantiza una adecuada impartición de justicia para hacer efectivas las libertades y la igualdad de las y los mexicanos”, expuso en su intervención. El carácter de la autonomía constitucional del organismo que representa, el que no le agrada al mandatario. 

O séase, quedó refrendado el distanciamiento entre los dos; uno, la demanda de obediencia total sin miramientos y en automático, el otro, el apego a la Carta Magna que tanto estorba al régimen actual,  

La SCJN es el Máximo Tribunal Constitucional del país, en virtud de lo cual, tiene como responsabilidad fundamental la defensa del orden establecido por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, además de solucionar, de manera definitiva, otros asuntos jurisdiccionales de gran importancia para la sociedad, Así reza su primer enunciado. 

Se entiende pues que este organismo es el equilibrio gubernamental para evitar distorsiones y ambigüedades y hasta abusos de poder. Esto explica el entreguismo de Arturo Zaldivar y la intención de imponer a la ministra acusada de plagio Yazmín Esquivel, que desaprobaron los ministraros.  

Absorber el INE, cambiarle de nombre y despojarlo de sus facultades autónomas, ha sido una insistencia frecuente desde Palacio, con el eco de sus corifeos del gabinete para dejarlo sin sus efectos actuales en calidad de elefante blanco al servicio gubernamental. 

Hasta ahora, ese propósito, está de frente y es un enigma su futuro aún, despende de la SCJN de la nación aprobar o negar la Reforma Electoral que tanto le importa al gobierno para sus fines de imposición y esperemos el curso de los días para conocer la realidad. 

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