Aguas con el agua

Para quienes no han caído la vida acelerada de la cotidianidad que tienen en su camino hacia sus lugares de trabajo, escuela, universidad, o cualquier otro destino y durante el trayecto se encuentra con el paso de un arrochuelo seco se han visto trascabos y personal que labora en el municipio limpiándolos de escombros dejándolos limpios para la venida de la temporada de lluvia 2016.

Al menos eso es lo que se ha visto en aquellos municipios de Coahuila que tienen este tipo de geografía en donde alguna vez pasó por ahí algún río que se fue formando a través de los años.

Los coahuilenses anhelan que en ésta próxima temporada de lluvia el dios Tláloc se apiade de nuestra entidad para que caiga suficiente agua de los cielos, no solamente para siembras de temporal sino también para que se alimenten los mantos acuíferos.

Pero la mejor manera de que se aproveche ese recurso natural, según los expertos en la materia, no es que llegue el chubasco sino la llovizna que es constante y finita para evitar escurrimientos logrando la penetración.

Se tiene una falsa idea de que cuando hay lluvia en las ciudades también lo hubo en el campo, pero el único beneficio que encontrarán los ciudadanos es meramente para refrescar el interior de sus hogares y para otros las latosas goteras con las que tendrán que convivir.

Sin embargo, la llegada del tiempo de lluvia también trae su lado negativo para aquellos tramos dentro de las ciudades que carecen de un pésimo drenaje pluvial provocando inundaciones en colonias y calles.

Otro de los problemas que causa son para quienes buscaron un patrimonio en la inversión de comprar un terreno como el mejor instrumento de ahorro porque la adquisición de éste bien inmueble es el más seguro porque simplemente no requiere de mantenimiento de los servicios de agua, luz, entre otros que necesita una vivienda normal, aunque no se esté habitando en su momento porque aun así vacía la vivienda o bodega se requiere de un velador para que no sea objeto de vandalismos.

No hay nada de malo el hecho de tener un patrimonio para cualquier contingencia; porque siempre se ha dicho que los bienes son para mejorar los males, es decir, cuando se requieren vender para alguna emergencia no esperada o simplemente para heredarlos a algún familiar y, por último, existen quienes lo conservan pensando en la vejez.

Mientras son peras o son manzanas aquellos lotes se dejan sudar para el momento que va creciendo la ciudad vayan adquiriendo más valor para cuando tengan que echar mano de esas propiedades, porque los terrenos suben de precio al momento que crece la plusvalía conforme el desarrollo de la urbanización de la ciudad.

Aunque sin duda no hay consciencia del impacto negativo de esos lotes vacíos que por negligencia no se les da mantenimiento para tenerlos limpios siendo un foco de contaminación visual con la primera impresión.

Entre los males que ocasionan esos lotes vacíos o abandonados, es el impacto ambiental ciudadano al momento de convertirse en un basurero clandestino para muchos vecinos o cualquiera que pase se le hace fácil hacer de ello un supuesto o remedo de un relleno sanitario.

Si a eso le sumamos que en la temporada de lluvia contribuye a la creciente hierba o matorrales haciendo de ello un nido para roedores, serpientes, plagas e inclusive para hacer de ahí un depósito caldoso favorable para crecimiento de bacterias, infecciones y dengue.

A final de cuentas quien, y quienes sufren más con éstos inconvenientes, son los vecinos de alrededor, no sabiendo qué hacer al respecto; exponiendo la salud de los integrantes de sus familias.

Existen muchas quejas en toda la entidad en contra de los dueños de éstos lotes desolados y abandonados, siendo en vano porque la mayoría de ellos no se sabe dónde localizarlos por no existir un registro con la información completa para tener cuando menos conocimiento si los dueños radican dentro de la misma ciudad o en otra parte de la República e inclusive si viven en el extranjero.

Por desgracia, ésta situación deja en estado de indefensión a las autoridades locales para poder actuar con una multa porque no tienen en donde notificarles. En otros casos no pueden actuar porque la colonia no ha sido entregada a los municipios dejándolos atados de manos para poder actuar y en ocasiones la recepción de una colonia no es aceptada por tener alguna irregularidad dentro del reglamento del Departamento de Planeación y Urbanización.

Es fundamental hacer un padrón de registro con información más completa y actualizada para localizar a todos aquellos dueños irresponsables que dejan en el olvido sus terrenos y hacer reformas en el reglamento de los ayuntamientos para darles facultades jurídicas de sancionar con transparencia a las constructoras de hacerse responsables del mantenimiento de limpieza de todos aquellos lotes baldíos mientras estén todavía bajo su responsabilidad antes de la recepción a los ayuntamientos de la entidad o su defecto que tuviera facultades para poder rematar aquellos lotes abandonados o convertirlos en espacios verdes que no solo servirían como un generador de pulmones para la ciudad sino también para mitigar las temperaturas tan altas registradas en estos últimos años.

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