Julian Santiesteban

A tiro de piedra: La desfachatez administrativa y un conflicto político

Los políticos son siempre lo mismo. Prometen 

 construir un puente aunque no haya río 

Nikita Jrushchov 

Por Julian Santiesteban 

Tres fenómenos públicos que evidencian la naturaleza similar de la clase política, han caracterizado a la semana que termina: El “arrepentimiento” de José Alfredo “Chepe” Contreras Méndez, en Bacalar, de atacar con todo el poder a la síndico municipal, Vanesa Piña Gutiérrez; la designación en Solidaridad por parte de la presidenta, Lily Campos Miranda, de su ex esposo, Pedro Escobedo Vázquez, como tesorero; y la abierta confrontación entre la encargada de Despacho en Benito Juárez, Lourdes Cardona Muza, en contra del Partido Verde Ecologista (PVE), a quien acusa de intromisión en el proceso interno de Morena, que ocasionó que no alcanzara la consejería para ser, a la postre, dirigente estatal guinda, como ya se proyectaba en Quintana Roo. La clase política es igual, no importa el origen partidista. 

Primero, el “Chepe” Contreras, entre su escasa formación, su obstinación personal y mal asesoramiento, lanzó una ofensiva en contra de su síndico, acusándola de afectar la hacienda municipal por dejar de realizar su trabajo; ante ello, se lanzó con todo su cabildo para arrebatarle las funciones que por ley le corresponden; logrando la funcionaria medidas cautelares por parte del Tribunal Electoral de Quintana Roo (Teqroo) y, ante la denuncia por violencia política en razón de género, el “limitado” presidente, después de meses de hostigamiento, dio marcha atrás este jueves. Ciertamente, la inclusión de Piña Gutiérrez en la planilla del ahora presidente, pueden ser parte de los más inconfesables acuerdos con su antecesor, Alexander Zetina Aguiluz, pero habría que recordarle al munícipe que, por muy inmorales que sean dichas componendas, él fue quien las aceptó para acceder al poder y las arcas. Si los ciudadanos y políticos bacalarenses son racionales, a partir de hoy puede afirmarse que, el fin de la carrera del intrascendente alcalde, ha llegado a su fin. (y muy probablemente sea sustituido por quien quiso destruir públicamente). 

Pero “en San Juan también hace aire”, reza el dicho popular, y allá en el municipio de Solidaridad, Lily Campos Miranda acaba de dar muestra de todo el anacronismo que representa su gobierno, como parte de un panismo que llegó al poder, llenó “las alforjas” y se va, con la misma intrascendencia que existió, antes de la bonanza económica. Este martes, sin ruborizarse siquiera, designó –con el aval del Cabildo, faltaba más- a su ex esposo, Pedro Escobedo Vázquez, como tesorero municipal. Antes de eso, ya existía el rumor de que su actual pareja, el ex magistrado del Tribunal Administrativo de Quintana Roo, Fernando Gama Rodríguez, es asiduo “visitante” de hoteleros, comerciantes y todos aquellos empresarios que requieren “agilizar” trámites municipales. Por lo menos los cercanos a la presidenta, son muy buenos para las finanzas, la imagen es lo de menos, total, es la “última cosecha.” Y conste también, rumores existen. 

Y en lo político, la encargada de despacho en Benito Juárez, Lourdes Cardona Muza, arremetió en contra de los verdes, a quienes acusó de entrometerse en el proceso de Morena para la elección de consejeros, mismos que votarán por la nueva dirigencia guinda en Quintana Roo. Hasta antes de que la también primera regidora no alcanzara los votos para ser consejera, el rumor de que sería la futura dirigente partidista, había corrido como reguero de pólvora, pues, se supone, tenía el aval del futuro gobierno morenista que está por iniciar…pero ahora, lo interesante será ver la forma en que se desarrolla la relación entre la primera regidora y la presidenta municipal que asumirá en los siguientes días, Ana Patricia Peralta de la Peña, ¡del Partido Verde Ecologista! 

Nótese pues que, aunque el discurso de los políticos es siempre de “avanzada”, sus actos siempre terminan en lo mismo: en la apropiación del poder por cualquier medio, y su ejercicio para beneficio de los que tienen acceso a las arcas; los anhelos y demandas ciudadanas, están siempre en un segundo término; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima. 

COMENTARIO MORBOSO 

En la cuenta regresiva, a partir de este viernes queda un mes con cinco días a este gobierno estatal, la evaluación ciudadana es siempre la más importante, cuando de calificar gobiernos se trata, pues la estadística aguanta todo y el discurso aún más. Los tomadores de decisiones siempre encontrarán una excusa de la cual echar mano para explicar el incumplimiento de las promesas que se hicieron al ciudadano que le pidieron el voto. No sólo eso, el actor político se indigna ante la crítica, antes de reconocer que estuvo lejos, muy lejos de lo que prometió, tal vez porque nunca pensó en cumplir, pero también asumió que el votante es acrítico e ignorante. Craso error, pues con prejuicios y todo, pero el elector demanda cada vez más a quien le solicita apoyo para llegar al poder. 

Y bueno, en lo tangible, las obras de remodelación del bulevar bahía de Chetumal, la digna, pero maltratada capital de Quintana Roo, han sido postergadas en su conclusión, por cuarta vez en el año. ¿El responsable administrativo? El ya muy conocido –por lo malo- titular de la Secretaría de Obras Públicas (SEOP), William Conrado Alarcón; pero los corresponsables son los constructores que no han realizado los trabajos con la atingencia, eficiencia y calidad debida, por lo menos así ha trascendido públicamente, pero el discurso oficial dice que se han apegado a todas las normas y exigencias. No se entienden entonces los retrasos y cuestionamientos. 

La lección que sea para todos, futuros gobiernos y ciudadanos, para que en la “penitencia” de optar por uno u otro en las urnas, se piense también en los años por venir. Por lo pronto, la mejor manera de decirle al quintanarroense que los futuros gobernantes no serán iguales, es no mantener a sus integrantes en las posiciones de poder, pero eso no ocurrirá; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima. 

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