A tiro de piedra: Cobro sin saneamiento ambiental

El arte de los impuestos consiste en desplumar al ganso de forma tal

que se obtenga la mayor cantidad de plumas con el menos ruido

Jean Baptiste Colbert

 

Por Julian Santiesteban

La carencia de recursos ha obligado a los municipios quintanarroenses a idear maneras de hacerse de ellos para intentar sanear sus finanzas, lo reprobable es que uno de los gravámenes propuestos se pretende disfrazar de un “saneamiento ambiental” que no sólo no se aplicará como tal, sino que se le carga a los mismos tributadores sin que se amplíe la base de los que contribuyen a mantener la administración pública.

Si bien es cierto que la actuación de los políticos es contradictoria, pues el Partido Acción Nacional (PAN) promovió la medida para municipios como Solidaridad y se le pretende negar a otros como Othón P. Blanco, lo verdaderamente reprobable es que los ayuntamientos argumenten que cobrarán 20 pesos por habitación de hotel por noche ocupada y que lo recaudado será destinado para acciones de saneamiento ambiental, cuando el gobierno estatal ya planea solicitar a la administración federal unos 650 millones de pesos tan sólo para retirar el sargazo de las playas en 2019.

Solidaridad es el único municipio que ya cobra el saneamiento ambiental, pero a partir de 2019 pretenden hacerlo Benito Juárez, Puerto Morelos, Lázaro Cárdenas, Cozumel e Isla Mujeres y Othón P. Blanco, sin que medie a la aprobación en sus respectivos cabildos una explicación real sobre el destino específico de lo recaudado, y si a ello se suma que las finanzas de tales ayuntamientos se encuentran más que comprometidas por deudas heredadas, lo único claro es que los recursos se aplicarían para mantener a flote las respectivas administraciones, pero sin “saneamiento”, y eso constituye un engaño al tributador.

Ahora bien, para la recuperación de playas ya existe el llamado Impuesto al Hospedaje, pero además con el mismo argumento se incluyó desde el año anterior en ese gravamen también a los que utilizan la plataforma Airbnb y ahora se pretende crear incluso un nuevo impuesto en cuya justificación, de nuevo, aparece la recuperación de playas; pero ¡oh sorpresa! En Quintana Roo no se realizan trabajos de ese tipo desde 2009; de hecho, la Manifestación de Impacto Ambiental tramitada para los mismos vence en 2019 y no hay hasta ahora proyectos concretos para el próximo año, pero eso sí, los ayuntamientos ya planean un nuevo impuesto.

Si se considera que ya hay un impuesto por hospedaje, el de 20 pesos por habitación por noche ocupada representa una doble tributación; más aún si la justificación de ambos impuestos es la recuperación de playas, su limpieza y mantenimiento; pero además, ¿entonces para qué el gobierno estatal solicita 650 millones al gobierno federal para limpieza de sargazo? En tanto que el ciudadano vive en un núcleo social, la tributación es obligada, pero la “oscura” aplicación de los recursos es lo que genera evasión y desconfianza, así que justificado no está el señalado gravamen.

Mención aparte merece, por cierto, la “convenenciera” actuación de partidos como el PAN, el cual siendo gobierno apoya la creación de impuestos como el señalado y en la oposición se muestra en contra; lo mismo ha ocurrido con temas de seguridad como el mando único y así ocurre siempre mientras se anteponga la lucha por el poder al éxito de los gobiernos o las necesidades ciudadanas, todo lo que toca la política tiende a pervertirlo; pero eso no obsta para que la administración pública justifique bien lo que quiere hacer en supuesto beneficio de los gobernados.

COMENTARIO MORBOSO

Este sábado que transcurrió el Partido Confianza por Quintana Roo  realizó la asamblea estatal donde designó a Roger Cáceres Pascacio como dirigente estatal y la protesta la tomó el otrora poderoso jefe de Gabinete, Miguel Ramón Martín Azueta, a quien designaron consejero político vitalicio.

El evento llamó la atención no sólo por el regreso a la política de Martín Azueta, sino por el comunicado enviado por la agrupación, en donde el nuevo dirigente dejó en claro que “se tiene compromiso de lealtad con el jefe de estado (Carlos Joaquín González)”, pero además Miguel Ramón Martín Azueta recalcó que quienes integran el partido, que contenderá por primera vez en el proceso electoral intermedio de 2019 son “hombres y mujeres decididos que representan el joaquinismo real.”

Si se considera que Confianza por Quintana Roo ha tenido siempre el mote de “partido joaquinista”, que el consejero político vitalicio dijo que ellos son los “joaquinistas reales” y el ahora dirigente estatal señaló que el partido tiene ese compromiso con el “jefe de estado”; ¿en qué calidad quedan los que acompañaron a Carlos Joaquín González en su búsqueda por la gubernatura en 2016, sólo como aliados? ¿entonces en la segunda mitad del gobierno actual aflorarán los verdaderos joaquinistas y los aliados pasarán a segundo término? Dicen que en política la forma es fondo. Polémico el regreso de Miguel Ramón, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra, Nos leemos en la próxima.

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