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El teléfono
En el viejo reloj del estanquillo del barrio, suena a las doce de la noche. Un ratón pasa veloz por el mostrador y se esconde presto entre los paquetes de café. El gato, echado sobre el banco, levanta la cabeza presintiendo la presa; sin hacer el menor ruido, se desliza con suavidad enarcando el lomo; luego, se detiene, junta las cuatro patas, y espera, espera…
Redacción