Guillermo Robles

¿Y aquellos tiempos?

Por Guillermo Robles Ramírez

La situación económica del campo mexicano, de unos años para acá, es cada vez más desalentadora y dramática. Presenta un panorama más que triste que se agrava con la falta de lluvia, aunque para ser sinceros, qué caso tiene que llueva y haya agua, si no hay crédito para cultivar y si llega a haber dinero, la verdad es que también existe la carencia de herramientas para trabajar el campo, e insisto en mi observación cuál es el caso que llueva y haya agua, si no hay crédito para cultivar y si llegó el  dinero de la federación la verdad es que se cuenta con los dedos de una sola mano.

Coahuila, como el resto del país, sufre las consecuencias de todo esto y más sobre todo regiones netamente agrícolas y ganaderas como La Laguna y la Región Norte.

Empero, si hemos de ser justos y honrados, no siempre ha sido la misma situación en el campo mexicano, al menos en el de Coahuila, no eternamente ha sido desalentador porque tuvo muchísimos años muy buenos, tan buenos que funcionarios de los bancos ejidales y agropecuarios oficiales en general se daban el lujo de robar y quedar libres de toda culpa y disfrutar los millones y millones de pesos que se llevaron.

También fue el caso de los jefes y líderes campesinos, quienes también se sirvieron con la cuchara grande.

Hay que recordar aquella triste y desalentadora época en la que tuvo allá por los años 50´s. 60´s y 70´s, principalmente, muy buenos años en que se hartaron e hincharon de lana muchos campesinos, ejidatarios, pequeños propietarios, ganaderos, etc., al grado de que se daban el lujo de viajar a las “europas”, una vez, dos veces y hasta tres veces al año y si ellos, el jefe de la familia, no podía ir, mínimo iba la señora e  hijos que se hartaron de dinero hasta no poder y que si no lo aprovecharon, entonces eso era  problema de ellos, o al menos así se pensaban quienes desviaban el dinero del campo.

Fueron también buenos tiempos en que nuestra gente del campo, hasta los más “humildes” campesinos, se daban el lujo de cerrar allá en mi querida Comarca Lagunera, las casas de “citas” y las zonas de tolerancia. Qué felices épocas en que nuestros campesinos alquilaban taxis por días completos con la cajuela llena de cartones de cerveza bien fría y dos que tres muchachonas en el interior del coche.

Viene todo esto al caso, porque ahora, después de tanto despilfarro, derroche, fraudes, robadera de funcionarios y gente del campo de todos los niveles y jerarquías, la frase común en cuanta reunión agraria se realiza, es de “el gobierno nos tiene en la ruina, nos tienen abandonados, nos tiene muertos de hambre, etc., etc.”; pero no hay recuerdos o, al menos no quieren acordarse de aquellos buenos tiempos en que el gobierno los tuvo con las arcas abiertas, cuando el gobierno con los créditos otorgados y no pagados, no solo les dio de comer, sino hasta para ir a las “europas”.

Ah, qué tiempos aquellos, pero también hay que recordarlos si hemos de ser justos y honestos, que hubo mucho dinero de los mexicanos despilfarrado y nadie fue detenido, como tampoco hubo político mal criticado. Un sector de la población que en estos momentos se podrán quejar todo lo que quiera, pero las autoridades a sabiendas no hacen nada porque nadie los escucha. Lamentablemente solo tienen voz y voto en tiempos electorales.  (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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