Veneno Puro

*Un día Importante
*Las “Colas” Largas
*Político Maniatado

Es un día importante. Amanecemos y sabemos que están por instalar las mesas electorales en todo el país. Puede llover… o caer un aguacero sobre las urnas inhibiendo a los votantes. Cualquier cosa es factible bajo el dominio de las viejas mafias, las del poder que confluyen a cuanto entendemos como “sistema” y las del crimen organizado con lujo de impunidad y exceso de prepotencia: ya avisaron que no prosperará ninguna candidatura no avalada por los capos. Será difícil a los vencedores, remontar la sospecha.
Pero, además, el tropiezo insólito del órgano electoral tras el racismo mostrado por su consejero presidente, Lorenzo Córdova Vianello, puso a éste en la línea de sus predecesores: nada pasa de trascendencia en el país ni en el INE a no ser las malhadadas campañas de quienes, con propósitos perversos, pretendieron descalificar al proceso u al instituto propagando, con maledicencia dicen, las palabras del sujeto que aseguran debe ser imparcial pero para quien, es obvio, no vale lo mismo el sufragio de un Chichimeca que el de cualquiera de los habitantes y operaros de la residencia oficial. Perdida la autoridad moral creyó que exhibiéndose con la Premio Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú, dejaría atrás el espinoso episodio pero no fue así: por diez mil dólares –de veinte mil que cobró la dama de la etnia maya quechú de Guatemala por viajar a México- los cubrió el señor Córdova en la mayor parodia protagonizada jamás por un consejero electoral. Una vergüenza.
Veamos, sin mencionar partidos ni siglas para no violentar el ánimo ni dar cauces a las torpes alegaciones sobre si se debe perseguir a los periodistas que informen o den seguimiento al proceso –como si la libertad fuera como el uniforme que no puede traspasar las mamparas de una cantina-, cuáles son las posturas divergentes a las que enfrentaremos en estas horas para “cumplir” nuestros deberes, más bien nuestros derechos, de ciudadanos conscientes.
1.- Los apoyadores del continuismo para quienes es indispensable una concurrencia “aceptable”, esto es de más del 40 por ciento, para avalar con ello el apoyo recibido a sus candidatos. Aseguran que cuando no es masiva la afluencia suele suceder que gana la tendencia a mantener el estado de cosas y, por ende, no se preocupan demasiado por si las colas son o no largas.
2.- Quienes desean retornar al primer piso de la residencia oficial, tras infortunados traspiés difíciles de superar en la conciencia colectiva, alegan que, después de todo, deben compararse los resultados de las administraciones federales en cuestión de estadísticas o de estabilidad financiera, a sabiendas de que ésta, la rectoría económica, hace mucho tiempo que no depende de los “sabios” nacionales resignados a seguir, sin variar un ápice, los lineamientos del Fondo Monetario Internacional. Así y todo cuestionan las crisis del presente y, con relativismo opaco, pretenden llevar agua a su molino.
3.- También consideramos a los obtusos que no pudieron concentrarse en una sola línea a causa de juicios viscerales sobre si han estado o no de acuerdo con la estructura gubernamental, entre otras cosas por la firma del Pacto por México que nació muerto ante la ausencia del principal opositor quien se ha dicho defraudado dos veces. Las escisiones, los desafíos y la imposibilidad de poner a contraflujo a sus militantes, les obliga a insistir que debe votarse con un alto sentido de responsabilidad –un eslogan en boca de todos los directivos partidistas-, y no caer en un divisionismo asfixiante… cuando precisamente las separaciones se concretaron ya de manera dramática.
4.- Otros aducen que debe sufragarse por alguno de los nuevos partidos por no estar contaminados y representar los intereses generales. Esto es, casi a ciegas, sin conocer los orígenes de partidos, financiados desde los Estados Unidos, que aparecieron en la palestra como si salieran de la chistera de un mago, sin que nadie los conociera o hubieran escuchado sobre ellos. Ni siquiera el INE tuvo la generosidad de informar cómo le hicieron para obtener su registro si nunca se supo de asambleas –que los interesados aseguran haber realizado, casi en un bosque de hadas madrinas-, ni de movimientos de masas como sí lo hizo el partido más temido por la derecha considerando el poder de aglutinamiento de su fundador.
5.- Precisamente la más joven opción de izquierda, apuró todos sus recursos en la promoción de su principal icono y guía moral, dirigente y precandidato presidencial, con muy pobres referencias a los que sí serán o no vitados en la jornada de ayer. Este solo hecho revela cuál sería el escenario para el caso de un avance significativo de esta causa: el mesianismo que, con facilidad puede desviarse hacia el fascismo, esto es a la omnímoda voluntad de uno. La intolerancia hacia la crítica, y hacia quienes no encuadran dentro de su militancia, no hacen temer una ausencia de mesura total si avanzan en el camino hacia el poder presidencial.
6.- Insisto: no debemos temer a la realidad. No entiendo, si estamos de acuerdo en la severa confrontación entre el presidencialismo y la partidocracia, como reconocen los activistas del apartado anterior, que no seamos capaces de resolver un diagrama bastante fácil. Esto es: si se desea combatir al sistema –el que de verdad parece invulnerable después de dos alternancias fracasadas-, ¿debemos hacerlo refrendando sus métodos supuestamente democráticos y acudiendo a sufragar cuando miramos hacia atrás y observamos un fraude tras otro? Si, en cambio, la hoja de ruta es hacer vulnerable al régimen actual para modificar al sistema –por ejemplo exigiendo que si una elección no cuenta con el respaldo de la mitad más uno de los empadronados debe ser declarada nula-, y dejarnos de profanaciones fariseas hacia los mexicanos que temen, increíble me parece, alguna represalia si no se acercan a las urnas.
Este mito debe terminar y de una vez por todas: nadie, ni en las elecciones más cruda y reñidas, ha sido procesado o molestado por no votar; propagar la idea en contrario es una de las fórmulas que siguen los manipuladores, desde el poder central, para extender el temor lo mismo cuando se insiste que se vote por el partido en el poder a una burocracia siempre cobarde y tan ignorante que ni siquiera prevé poder sufragar en secreto, como se hace, y luego contar cuanto se les antoje a sus jefes.
En las últimas semanas he recogido más opiniones a favor de abstenerse o anular el voto –las dos posiciones chocan con los intereses de la partidocracia- que en contra. Algunos se exaltan porque insisten en la construcción de la democracia por la única vía, la del voto. Pero no es así, hay un amplio abanico de posibilidades, como la exigencia de un referéndum sobre un gobierno ilegítimo –el del señor peña nieto-, hasta los indeseables, pero posibles y cercanos, estallidos sociales.
No le tengamos miedo a las palabras. No saben cuánto me duele escribir esto pero ya llevo muchos años esperando que las cosas cambien a través del voto; ahora quiero explorar otras vías y este es mi derecho también como ciudadano consciente que, de verdad, ama a su país. Puedo o no estar equivocado pero, cuando menos, pretendo tomarle el pulso a una sociedad profundamente lastimada y a la que se burla, cada tres, seis años, con parodias indecorosas, ruines y totalmente fuera de la modernización. Porque, como bien se sabe, llevamos más de un siglo votando en ánforas de cartón y plástico. Y quedamos, por tanto, en las manos de escrutadores que poco pueden hacer cuando los paquetes electorales llegan a los institutos y consejos, en el caso federal al INE en donde, personalmente, no quiero ni puedo aceptar el racismo de la nueva compañía de “niños bien”.
Mirador
Para evadir las acusaciones formuladas por este columnista –concretamente sobre asesinatos de periodistas, de líderes sociales de izquierda, y de cuanto significó su presencia en Bucareli, arrebatando publicaciones que no le eran cómodas; remito a los lectores a mi obra “Denuncia”, editada por Grijalbo en 1987-, el impresentable tabasqueño-poblano sólo se atrevió a simular, como siempre lo ha hecho:
–¿Quién es Rafael Loret de Mola? –preguntó a los reporteros poblanos-. ¿Usted lo conoce?
–¿Y usted? –le preguntó un colega-.
–Lean sus panfletos para que sepan quién es.
Entonces, si recomienda la lectura de mis libros –es un elogio que él les llame panfletos-, ello quiere decir que me conoce de sobra. Lo que pasa es que le avergüenza aceptar cómo ha actuado cuándo me ha visto y hay decenas de testigos de ello: sencillamente palidece y corre. Lo hizo en la Plaza México, en la inauguración de la temporada taurina hace dos años, y más recientemente en el Centro Banamex en donde, convocado por mi amigo Vicente Morales, le espeté a Bartlett, a la cara, el veredicto que sobre su persona tengo, No lo repito por respeto a ustedes, amables amigos. El tipo lo escuchó, confirmó de quien se trataba -¿Es Loret de Mola, verdad?-, con su anfitrión y pidió que se le resguardara en un cuartucho mientras terminaba mi exposición para evitar el “peligro” de un segundo encuentro. Así es éste cobarde.
Pese a ello, le agradezco que recomienden la lecturas de mis críticas hacia él –que califica como panfletos, claro, como llamaron panfletista a Lenin y a Mao, iconos de la izquierda de todos los tiempos por si no se acuerda el oportunista-, porque generan expectación. ¿Punto final?
Por las Alcobas
Por cierto, me siguen preguntando, los colegas poblanos interesados en la trama del esbirro de un líder que no tenía porque aceptarlo como faldero, si no temo a una denuncia de parte del sujeto. Y les respondí:
–Me encantaría que lo hiciera. Y si no lo hace es porque sabe que tengo, en mi poder, documentos, actas y fotografías, así como testimonios directos, de cuanto he sostenido en su contra. Ante un juez, siempre que él tome la iniciativa, podría exhibirlo a placer.
No lo denuncio yo porque desde el asesinato de mi padre, Don Carlos Loret de Mola, en 1986, he perdido mi fe en la justicia en México. Abundaré cuantas veces sea necesario.
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E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com
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LO MÁS DIFÍCIL PARA UN HOMBRE PÚBLICO O UN PERIODISTA ES CONSERVAR SU AUTORIDAD MORAL. BASTA RELEER CUANTO SE HA ESCRITO SOBRE BARTLETT PARA CALIFICARLO. BUSQUEN EN WIKIPEDIA LOS INTERNAUTAS. Y LUEGO, SI NO ES MUCHA MOLESTIA, REPASEN MI BIOGRAFÍA. ASÍ ENCONTRARÁN LAS DIFERENCIAS SUSTANTIVAS. GRACIAS POR TOMARSE LA MOLESTIA.

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