Un gobierno lleno de muchos ceros

Después de haber posado como todo un héroe en la portada de una revista de los Estados Unidos, el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, ahora es criticado ante los medios periodísticos estadounidenses en donde no se pudo comprar el silencio e imagen con publicidad sino exhibiéndolo con la crítica objetiva y realista, mostrándolo ante los ojos internacionales que en México no existe una democracia, sino una oligarquía empresarial en donde la corrupción camina bajo el traje democrático y de acuerdo a analistas extranjeros visualizan un estallido de la desobediencia civil.

El país es visto como una nación dividida en donde se encuentra una reforma energética sin consenso, sin dirección o visión a futuro. Y no es para menos ante la encuesta reveladora de la revista Latinobarómetro, en donde indican que el promedio mexicano está perdiendo la fe en la democracia. En un comparativo se indica que en 1995, el 45 por ciento de los mexicanos aceptó la democracia como la mejor forma de gobierno hoy solamente el 37 por ciento está de acuerdo.

La situación económica por la que pasa México ha provocado una alta incidencia del cierre de múltiples empresas y negocios y en otros casos el recorte de personal en muchos corporativos, dejando sin ingresos a una cantidad muy grande de la población.

Esta misma situación ha sido provocada por el gobierno federal ante su ineficiente planeación para la generación de empleos y por una reforma hacendaria en donde se pretendía pegarle a los que más ganan.por lo que los mismos empresarios se rehúsan ante ello y quienes han pagado la factura de dichos cambios fiscales han sido los pequeños y medianos comerciantes en donde solamente se han unido más a la informalidad como la única vía de llevar dinero a sus familias.

A la falta de oportunidades la gente se ha visto obligada a salir a las calles en busca de dinero, cuando menos para poder subsistir y comprar aunque sea los alimentos de la canasta básica cuyo costo se vio incrementado también por culpa de los gasolinazos que azotala Federación, repercutiendo en la cadena de distribución de productos y servicios inmediatamente.

A final de cuentas la gente tiene que comer teniendo que ingeniárselas de diferentes formas; algunos tentados a sumarse a la fila del crimen organizado, otros a tener que robar comida para llevarla a su familia, es decir, ya el robo común del ladroncillo de carteras, estéreos, el asalto de los cajeros de tienditas, ha superado más la necesidad viéndose cada vez más común el hurto de alimentos.

Subiendo el escalón de sobrevivencia, se encuentra el de la fayuca de domicilio, pero los días buenos son los fines de semana, en donde cada ciudad se tiene ya su conocida ubicación identificada como los tianguis.

Estos puntos a sabiendas de las autoridades federales de que existen y tienen conocimiento de formar parte de la economía informal; pudiéndose encontrar una variedad de productos no solo estadounidenses sino también la competencia de artículos chinos que pasan por las aduanas mexicanas tanto terrestres y aéreas, así como marítimas para terminar su destino en las “pulgas”, en todo México, no habiendo algún rincón de la república que se escape de éstos localitos móviles hechos con estructuras de láminas, lonas o mantas.

Pero al final de cuentas no deja de ser comercio informal golpeando al comercio que sí paga desde los impuestos de uso de suelo municipal y federal o sea el impuesto que cobra “Lolita”.

Es innegable que los programas sociales para combatir la pobreza han fracasado, mientras que otras políticas del actual gobierno central sus resultados se evalúan en cero reactivación económica, cero obras sociales y puro bla.. bla .. bla siendo éste la dirección que ha dejado el gobierno federal, convirtiéndose en un camino en donde no existe la prosperidad y ni la democracia. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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