México, 30 dic (PL) Víspera del año nuevo, los mexicanos preparan ese festejo y muchos incluirán en este varias tradiciones para divertirse y que en los próximos 12 meses se cumplan sus deseos.

En la cena de la Nochevieja, de acuerdo con las posibilidades económicas de cada familia, se consumen diversos platos de la amplia gastronomía nacional, caracterizada por sus insustituibles chiles picantes.

Entre estos manjares están los pozoles (un caldo con carne y vegetales); así como las postas de pavo, cerdo, pollo o bacalao, con algunas de las diversas salsas de esta cocina.

También se sirven los romeritos (hojas de esa planta, acompañada con salsa mole, camarón y papa); además de ensaladas, pasteles y frutas.

A las doce de la noche en punto, de acuerdo con esa tradición española, aquí igualmente se consumen 12 uvas o pasas, cada una seguida del pedido de un deseo.

Es recomendable que para la ocasión se lleve una ropa interior de color rojo, para atraer el amor; o amarilla, para llamar dinero. Aunque un vecino me confesó que él se las pone de los dos colores.

Otra vía para que entre «lana» (pesos) es colocar un borrego de peluche o de cualquier otro material detrás de la puerta principal de la casa.

También hay quienes salen con una maleta y dan un breve recorrido por la calle, para que así les llegue la oportunidad de viajar durante el calendario entrante.

A estas prácticas se añaden muchas otras, algunas comunes en otros países, como botar las malas influencias acumuladas en el año pasado al barrer la casa y botar el polvo a la calle, así como tirar un cubo de agua por la puerta.

En fin, como en todas las naciones, la llegada del nuevo año es motivo para que cada quien se haga sus propósitos y formule sus deseos, en lo cual, más allá de la superstición, esos rituales añadidos alegran más al corazón por su optimismo, una de las virtudes del ser humano.