Guillermo Robles Ramírez

Tierra del sarape y pan de pulque

Por Guillermo Robles Ramírez

            Como cualquier ciudad de nuestro país nacen de manera desordenada, es decir, sin planear una fundación de una ciudad. Por lo general siempre va acompañado de hechos históricos de conquista, algunos accidentales y también hay aquellos que nacieron por una leyenda o una creencia de nuestros antepasados.

            Un ejemplo de ello es la ciudad de Torreón, Coahuila de Zaragoza; que muy poco se sabe el nacimiento real de esa cabecera municipal. En mis inicios de periodista tuve la dicha de conocer en vida al Lic. Homero Héctor del Bosque Villarreal, quien fuese historiador de aquella ciudad, así como lo fue alcalde del municipio de Torreón.

            Un hombre con un basto conocimiento no solo de política sino también como investigador y escritor de diversos temas, pero entre los más sobre salientes aquellos de la ciudad de Torreón.

            Una platica entre espacios de descanso de la entrevista, me platicó que el nacimiento de Torreón, fue en las vías de ferrocarril por su importancia comercial tenía un punto de encuentro muy importante de varias rutas y siendo a su vez un lugar de descanso para los comerciantes. Y fue ahí en un simple furgón donde se instaló la primera Presidencia Municipal de Torreón.

            Así como esa historia existen más en todo nuestro territorio mexicano. Pero en esta ocasión nos concentraremos a la ciudad de Saltillo, Coahuila de Zaragoza, y siendo sus autoridades municipales los primeros en estar haciendo sus preparativos con semanas antes de anticipación para festejar su 442 aniversario de nacimiento. Aunque se dice que fue fundado antes de 1574 de acuerdo a la cosmografía, pero a la fecha se ha aceptado el año 1577.

            La ciudad del sarape y del pan de pulque, el del clima ideal conocida desde hace siglos como “La Atenas de México”, catalogada al día de hoy como la ciudad más segura de México y la más limpia, gracias a su alcalde Manolo Jiménez Salinas.

            Es también la tierra de gente trabajadora y hospitalaria, es simplemente nuestro Saltillo, que este mes se viste de fiesta al celebrar sus 442 años de su fundación.

            Con casi un poco más de 700 mil habitantes, la ciudad, y con sus municipios conurbanas, es decir, Ramos Arizpe, y Arteaga suman por encima de los 920 mil y es el fiel reflejo de su herencia mestiza, con una mezcla entre lo provinciano y lo cotidiano, sin dejar a un lado la modernidad y el desarrollo, que se combinan para hacer de Saltillo, algo muy especial.

            La historia se escribe con los detalles más sencillos y cotidianos, resulta interesante de dónde surge el nombre de Saltillo, quién le pone ese nombre y sobre todo quién fundó ésta, nuestra ciudad.

            Como consecuencia de la toma de Tenochtitlan tras la conquista de los españoles, éstos iniciaron la exploración del territorio mexicano buscando riquezas, en su búsqueda encontraron sitios aptos para la minería, la siembra y la ganadería.

            Con el descubrimiento de yacimientos de plata en Zacatecas se desató una fiebre de enriquecimiento que se extendió desde Mazapil a Laguna de Patos, hoy General Cepeda y posteriormente al Valle de Saltillo, tierra rica en vegetación, Ciénegas y numerosos manantiales.

            Fue así cuando en el año 1557, los conquistadores españoles encabezados por el capitán Alberto del Canto, fundaron la Villa de Santiago de Saltillo, haciendo referencia al pequeño salto de agua que éstos encontraron a su arribo en lo que hoy se conoce como la Iglesia del Ojo de Agua.

            Dos décadas después, con el establecimiento de la vecina Villa de San Esteban de la Nueva Tlaxcala, pobladores se empieza a forjar una amalgama de culturas de ambas y que se oficializa en la primera mitad del siglo XIX bajo el nombre de Saltillo.

            Desde entonces y a la fecha cada 25 julio, la comunidad se reúne en aquel punto, la Iglesia del Ojo de Agua, donde se celebra la fundación de una ciudad, que está llena de historias, tradiciones y cultura.

            No obstante que, en los últimos años, Saltillo ha crecido considerablemente, la esencia de una provincia se mantiene, guardando la esencia de una sociedad, con aire provinciano, que día a día ha sido testigo del cambio.

            Saltillo se ha caracterizado por el florecimiento de la cultura, lo cual le ha dado el nombre de “La Atenas de México”, ya que la ciudad ha contado con poetas como Manuel Acuña, escritores como Julio Torri y Artemio de Valle Arizpe, gobernantes como Andrés S. Viesca, Francisco I. Madero y Venustiano Carranza, pintores como Rubén Herrera y Octavio Morales, artistas como Ildefonso Villarello Vélez, Vito Alessio Robles, Carlos Pereyra y Francisco L. Urquizo.

No hay que olvidar que hasta Presidentes de la República como, el general Eulalio Gutiérrez Ortiz, que aunque nació y pasó algunos años en su tierra natal, Ramos Arizpe, Coahuila, siempre se concentró y se le identificó en Saltillo.

            Historias que han surgido y que han trascendido, mismas que solamente pueden ser contadas por aquellos grandes hombres que han visto como la capital del estado de Coahuila no deja su esencia de una sociedad con aire provinciano, una sociedad que quiere a Saltillo y disfruta el vivir aquí y celebrar sus 442 años. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018) www.intersip.org

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