Solicitar asilo en Reino Unido: un camino de espinas

La Habana (PL) Llegan al Reino Unido en busca de ayuda y refugio pero los tratan como prisioneros culpables de algún delito, son personas extranjeras obligadas a vivir situaciones tan extremas, que muchas veces para salir solo encuentran la alternativa del suicidio.
El panorama es calificado de catastrófico en un informe elaborado por parlamentarios británicos con el fin de visibilizar el fenómeno, silenciado por las autoridades, casi ausente en la prensa, e ignorado por el público dentro y fuera del país.
Los centros de reclusión para solicitantes de asilo en esa nación europea se asemejan a cárceles de alta seguridad, indicó el reporte, mientras la gente sabe cuándo entra en ellos, pero no cuándo sale.
Las conclusiones de los legisladores indican que el régimen impuesto conlleva serios riesgos para la salud de las personas, y quienes enferman de los nervios no reciben tratamiento médico ni siquiera después de haber intentado matarse.
De acuerdo con Shami Chakrabarti, directora de la organización Libertad -dedicada a la defensa de los derechos humanos-, el escandaloso sistema de detenciones es una gran mancha en la historia del Reino Unido en las últimas décadas, y un desperdicio colosal y sin sentido de fondos públicos y de la vida humana.
El representante del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados, Gonzalo Vargas Llosa, señaló que la política de retener a quienes buscan asilo, sin normar un tiempo máximo, constituye una violación de los principios internacionales de los derechos humanos.
Las reglas europeas indican que el límite mayor para detener a un solicitante de refugio es de 18 meses, etapa en que las autoridades deben decidir si la demanda procede o si se trata de migrante.
Solo Irlanda y Reino Unido decidieron romper tajantemente la norma pero mientras los primeros redujeron a solo 21 días el tiempo reglamentado de retención, en el país británico no existe límite alguno.
En Francia, por ejemplo, el periodo máximo establecido es de 45 días y en España y Portugal de 60.
«Comparado con otros países, Londres detiene más personas y por etapas más largas que el resto de los europeos, y la diferencia es grande», indicó el reporte parlamentario, citado en el diario The Independent.
El texto precisó que en 2013 más de 30 mil personas fueron retenidas por las autoridades británicas, mientras en Alemania, por citar otra nación del mismo continente, la cifra solo llegó a cuatro mil 309.
De ahí que quienes buscan asilo pasen temporadas interminables en los centros, en condiciones consideradas inaceptables.
El camerunés Ivo Kuka, de 39 años, abandonó su país huyendo de la persecución política y las torturas. «Cuando pedí protección, mis derechos fueron confiscados y perdí mi libertad», afirmó.
En declaraciones citadas por el rotativo, contó que cuando adquirió conciencia de la situación, ya estaba totalmente detenido, y tuvo que pelear mucho con el Ministerio de Interior para que le fuera otorgado el asilo.
Peny Keza, de 40 años, fue traficada al Reino Unido como trabajadora sexual tras sobrevivir al genocidio de Ruanda, y cuando consiguió escapar de sus explotadores, resultó detenida por portar documentos falsos.
Entonces pidió asilo y finalmente lo obtuvo de manera temporal, pero antes debió pasar tres meses en un centro de reclusión, que según dijo, era peor que una prisión.
«No había espacio para tener esperanzas. Yo estaba en vilo preguntándome si finalmente me expulsarían del país. Me sentía privada de la independencia y no podía controlar mi vida», recordó.
«Allí una es solo un número -agregó-, una se convierte en nada. Ellos olvidan que están lidiando con seres humanos sicológicamente deprimidos. Yo intenté suicidarme dos veces, pensé que era mi única salida», recordó.

HORIZONTE DE POCAS ESPERANZAS
Según las cifras, al final de 2014 había tres mil 462 solicitantes de asilo detenidos en el Reino Unido, un 24 por ciento más que a finales de 2013.
Del total, unos 400 estaban recluidos hacía más de seis meses, y 100 llevaban más de un año.
Un reportaje de la televisora Rusia Today ilustró cómo Londres mantiene retenidos a niños en ese tipo de instituciones, pese al compromiso gubernamental de terminar esa práctica.
El material refleja que los menores llegan solos, asustados, muchas veces traumatizados y, sin embargo, son tirados en centros de adultos sin ningún cuidado para garantizar su seguridad o bienestar.
Los testimonios presentados indican que las personas no solo mueren por suicidio, sino también de hambre y por falta de atención médica.
El sitio web Globalresearch comentó que las víctimas no tienen ningún derecho, y al final de tanto sufrimiento, la mayoría de los que buscan refugio son enviados de vuelta a sus países.
La comisión parlamentaria que investigó el fenómeno, integrada por representantes de todos los partidos con presencia en el legislativo, instó al gobierno que resulte electo en los comicios de mayo próximo a realizar una reforma radical del sistema de detenciones.
De entre las varias recomendaciones para subvertir la situación, sobresale la propuesta de fijar 28 días como tiempo límite de retención, en el cual las autoridades deberán decidir la suerte de los solicitantes.
Incluso si se consigue aminorar el problema, el horizonte no parece muy alentador para quienes en el futuro lleguen a tierra británica en busca de asilo.
En un país donde cada vez crece más el sentimiento anti-inmigrante, aupado por la crisis económica, probablemente la balanza se incline por considerar a las personas como migrantes y no como legítimos merecedores de asilo, y sigan siendo mayorías los enviados al camino del retorno.

*Periodista de la redacción Europa de Prensa Latina.

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