Se suman tiradores a la “Grande”

Por Arturo Ríos Ruiz

*Como en la postrevolución 

*Monreal y Noroña se añaden 

La silla presidencial, el tesoro más preciado para cualquier político, cuya formación los trasmuta en ambiciosos del poder, todos en su interior la desean.  

Después de la revolución de 1910, eso pasó y los actores, después de la ejecución de Francisco Ignacio Madero, fueron desfilando en la silla mayor cobrando su participación en la lucha armada. Hasta Pancho Villa la deseó. 

Venustiano Carranza, sustituyó a Madero y por su asesinato, interinamente Adolfo de la Huerta gobernó seis meses, para dar paso al presidente electo Álvaro Obregón, luego Plutarco Elías Calles; en fin, las figuras revolucionarias se convirtieron en mandatarios, matándose unos a otros por el poder. Lázaro Cárdenas también fue agraciado y otros más. 

Se dice que la historia es muy útil para corregir el presente y que sirve para mejorar el futuro, pero en el caso de la política no aplica, pues cada vez que se aproxima la sucesión se alborotan los personajes que pretenden el ansiado “trono” presidencial y se suelta la “gallera”. 

Hoy en nuestro país, en una gestión convulsionada, en medio es una polarización tremendamente marcada, ya se agitaron los pretensos presidenciales, cuando los planes del mandamás aún no se concretan, pero la ambición los mueve a tejer sus redes, que comienzan con expresar un “¡Yo también quiero”! 

Desde el arranque de la gestión, se empezó la especulación de los posibles y figuraron Claudia Sheimbaun y Marcelo Ebrard, que, sin aceptarlo, han trabajado con ese sello velando al máximo sus pasos sorteando cuidadosos de no perder el halo protector del presidente que no le agradan aspavientos de esa naturaleza.  

Ante el huracán provocado por la Línea 12, están temblando, su figura manchada y han perdido credibilidad, al tiempo que otros aprovechan para lanzar sus aspiraciones, tenemos a Monreal que ya lo admitió y ahora salta al estrado Gerardo Fernández Noroña, que ya lo había expresado, pero más en serio. Sabe que no tiene oportunidad, pero ya es mucho para su agitada personalidad. 

Incluso, salieron a la luz los celos entre la dama y el canciller, pero al manotazo del mero mero, ahora dicen que hasta se aman, en clásica obediencia a su mentor, pero por dentro son enemigos políticos. 

No olvidemos que el presidente tiene sus propios planes y por sentido común se desprende que al menos le interesarían otros dos años más, como la intentona, por hoy en expectativa, de Arturo Záldivar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que definirán los magistrados en su momento. 

Así ha sido en todos los sexenios y nada extraño es lo que hoy vivimos, pues la mayor parte de las figuras en todos los niveles, portan el ADN tricolor heredado por los propios revolucionarios, Plutarco Elías Calles, conformó las instituciones y la raíz del PRI, las que mandó al diablo nuestro mandatario, pero las prácticas son las mismas.

 

rrrart2000@hotmail.com y Facebook 

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