Guillermo Robles Ramírez

Sarcásticas o incongruencias

Por Guillermo Robles Ramírez

Nuestras leyes y reglamentos siguen siendo en estos tiempos contemporáneos y de la supuesta modernidad, además de incongruentes, sarcásticos, burlescos y nada serios. Para muestra de lo ridículo e inverosímil de una disposición en materia de protección civil o, bien, a las autoridades locales que correspondan es el hecho de que las 38 cabeceras municipales de Coahuila, está prohibida la venta de cuetes o artículos de pirotecnia.

Sin embargo, en fechas tradicionales como Navidad, Año Nuevo, el Festejo del Santo Patrono y otras festividades más, todos los coahuilenses truena o enciende los famosos “cuetes” y no pasa nada, pero, insisto, su venta está prohibida, por lo que los amantes de la pólvora buscan y encuentran hasta las famosas bazucas que no es otra cosa que la improvisación de un tubo de un metro y medio de galvanizado o material similar, introducción a la pirotecnia.

Otra “mafufada”, tonta y pecadora es, por ejemplo en aquellos municipios de Coahuila  en donde se ha llevado a la cárcel a personas que son sorprendidas haciendo una necesidad fisiológica en un terreno baldío, cuando al dueño de éste no se le requiere y menos se le sanciona económicamente por no tenerlo cercado con alambre de púas, bardas de bloques o ladrillos u otros materiales que delimiten y señalen que se trata de una propiedad privada y, por tanto, su acceso es una violación a una ley para justificar así la detención quien se atreve a meterse en tierras ajenas para hacer pipi o popo, como si los gobiernos mexicanos de cualquiera de sus niveles, tuvieran instalados sanitarios en vía pública como se hace en ciudades europeas, aunque se cobre.

Otra más son los anuncios en las carreteras donde indican la prohibición de no pararse en acotamiento alguno, es decir, la franja de no menos de metro y medio que se estila a partir de algunos años para acá, como si el gobierno federal a través de la Secretaría del Transporte y Comunicaciones, haya construido las suficientes paradas provisionales que, a excepción de las autopistas particulares, en el resto de esas carreteras, los citados espacios brillan por su total ausencia.

Las autoridades locales de cada municipio de la Entidad del área de Protección Civil, o bien policiaca, en el mes de diciembre pasado dijeron que se sancionaría irrestrictamente a todo aquel que venda cuetes o artículos pirotécnicos. Y, sin embargo, con los hechos dicen lo contrario, ya que dan a entender ante la nula acción que sí se puede tronar en cualquier calle de la ciudad coahuilense, pero venderse “never”, jamás, es decir, su posesión sí se permite porque cuando existe voluntad se pueden investigar exactamente cuándo se escucha toda la pirotecnia prohibida y arrestar en flagrante a esos adultos haciendo sus travesuras.

Lo burlesco e incongruente de nuestros reglamentos y leyes, es que se prohíbe la venta y uso, cuando que no se tiene personal suficiente para proceder contra quién violen esa disposición.

El uso o encendido de cuetes ha causado ya lesiones irreparables como la inhabilitación de los dedos de una de las manos al tronar ese artefacto antes de lanzarlo y evitar resultar lesionado, pero seguimos sin actuar y pisoteándose las leyes y reglamentos donde se instituye su prohibición. Y para demostrarlo está el caso del hombre que murió de una explosión en su cara de este artefacto descrito anteriormente conocido como “bazuca” en la ciudad de Reynosa, para recibir este 2023.

Para que tanta legislación, si no se aplica la ley, transcurriendo los años y seguimos con esas barbaridades de la vida cotidiana de los coahuilenses a los que se les prohíben muchas cosas y estas son siempre las que se hacen sin ser molestados.

En balde las lamentaciones que los distintos sectores hacemos respecto a la placidez de cómo se llevan sus años cobrando los diputados locales, a quienes siempre los tachamos de “buenos para nada”, si sus legislaciones para regular y avanzar por una vida mejor, no pasan de simples pronunciamientos.

Hay mucho trabajo para las autoridades locales como es proceder contra los propietarios de los terrenos baldíos que en la mayoría de los casos están sirviendo de guarida de pandilleros y malvivientes, pero criticamos mucho y no hacemos nada.

Vaya que, en verdad, es sarcástica la vida no solo de nosotros los coahuilenses, sino de todos los mexicanos que cada quien, en su Entidad, enfrenta similares anomalías, sin que proceda. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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