Saludando con sombrero ajeno

Por Guillermo Robles Ramírez

Cada vez es mayor el llamado “redondeo” que se lleva a cabo en infinidad de supermercados y negocios llamados de “conveniencia” que no son otros que los minisúper de conveniencia.

¿Quién no conoce el famoso “redondeo” que llevan a cabo las tiendas de conveniencia o supermercados y que no son otra cosa que cooperar con la “morralla” para tal o cual organismo o institución de beneficencia?

Es un sistema tan simple que es suficiente con una sola pregunta que hace la cajera en el momento en que cierra la cuenta, diciendo: Desea redondear su cuenta. Así de fácil y sencillo.

Antes que cualquier cosa, se reconoce esta labor, pues no hay que olvidar ni hacer a un lado que él, o los negocios que se adhieren a estos programas sociales, ponen sus empleados y cajas para esa recaudación, lo que definitivamente hay que tomárselos en cuenta.

Sin embargo, tampoco debe desconocerse y, por el contrario, debe tomarse en cuenta que ese dinero o “redondeo” es una aportación directa de los clientes de esos “súper” y tiendas de conveniencia, porque es definitivo que son los compradores o clientes los que hacen la donación.

¿Por qué ésta no aclaración, sino precisión para saber de donde viene el dinero del redondeo?

No pasa desapercibido que en la mayoría de las ocasiones en que se hace pública a través de los medios la entrega del “redondeo”, se resalta demasiado el mérito para el supermercado o tienda de conveniencia, relegándose el agradecimiento o reconocimiento para los clientes de ese negocio.

Aunque no en todos los casos, pero si en su mayoría, cosa que se oculta, no se difunde qué hay tras fondo del mentado “redondeo”, e inclusive se hace con demasiada reserva, pues las organizaciones no gubernamentales o instituciones de beneficencia al recibir el monto del “redondeo” entregan un recibo deducible de impuestos por el total de lo que le fue entregado como donación o “redondeo”; lo que a final de cuentas, se beneficia no solo para quién se hace la donación de la recaudación, sino igualmente el negocio que se encargó de pedir a sus clientes la donación de las monedas fraccionarias.

Hay cadenas de tiendas de conveniencia que se encargan de llamar a los medios de comunicación para difundir la entrega del “redondeo”, siendo común hasta la denominación del programa instituido, llamándolo algunos corporativos como “Programa de Responsabilidad”, olvidando de siempre los representantes de la cadena de supermercado o minisúper, referirse a los clientes por su adhesión “redondeando” sus cuentas para que las monedas lleven bienestar a gente desamparada o instituciones que hacen el bien sin fijarse a quien.

No se pretende desmeritar la nobleza y bondad de estos programas, sino sí dar el mérito y reconocimiento a cada quien, pero también hacer mención que no únicamente ganan los entes a quienes se selecciona para recibir lo recaudado, sino también quien hace el redondeo, lo que nos muestra que el negocio redondo es también para quien pone su estructura, ya que se le entrega un recibo deducible de impuestos, es decir, a la hora de rendirle cuentas a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, los miles de pesos del “redondeo” se descuentan a la hora de pagar los impuestos, lo que el tan cacareado redondeo beneficia a más de una persona o institución. Las cosas hay que decirlas con claridad y verdad. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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