Riquezas de unos, problema de otros

Quiénes de ustedes se han preguntado cómo nuestra especie ha sobrevivido durante tantos siglos y además entre tanta variedad de especies mucho mayor de tamaño y con herramientas propias diseñados para matar como colmillos, garras, etc., seguramente la respuesta a esto es que la mayoría ni piensa en eso, pero de algo sí es seguro desde la existencia del ser humano el sentido de pertenencia y posesión han sido una necesidad para sobrevivir como especie en la gran variedad de seres vivos en este planeta azul.

En un principio fueron cosas sencillas y básicas como el pertenecer a un grupo para poder poseer lo más valioso entre el resto de la fauna en donde la existencia de animales depredadores superando en tamaño al hombre la vida era algo fundamental y la familia como su único patrimonio.

Como fue evolucionado nuestra especie, también su complejidad al igual que el sentido de la pertenencia y posesión fueron retomando nuevos valores y lugares en la vida del hombre.

Su perspectiva fue cambiando al momento de la existencia de vivir un mundo donde el capitalismo y sus reglas se convirtieron en las herramientas de subsistir entre nosotros mismos. Entre nuestra misma clase y así sus deseos fueron cambiando entorno a éste régimen de la economía mundial.

Dentro de los anhelos del hombre moderno busca una vez consolidando una familia, trabajo y un techo donde vivir la búsqueda no termina ahí sino siempre quiere más para darle ese sentido de pertenencia y posesión encontrando la manera de tener un patrimonio familiar teniendo una variedad a considerar particularmente en criterios diversos.

Para algunos la inversión en los diferentes instrumentos bancarios como son las divisas, acciones, cuentas de ahorro, etc., existen otros que compran dólares, centenarios o joyería y los esconden en los lugares menos inimaginables de la casa porque ya no se pueden confiar en el colchón o la famosa caja fuerte familiar porque se la llevan completa para abrirla después con toda la calma del mundo.

Otros pueden considerar como un patrimonio aquellos bienes materiales como una casa, muebles, autos de colección o bien hay quienes consideran los valores familiares inculcados como el mejor de los patrimonios humanos y culturales que puede tener el ser humano.

Años atrás se pensaba que el banco y los centenarios era la mejor manera de hacer un patrimonio aunque al transcurrir el tiempo se ha comprobado que la mejor manera es la adquisición de bienes inmuebles como la compra de una casa y terrenos.

La adquisición de éste último es la mejor de ellas porque simplemente no requiere de mantenimiento de los servicios de agua, luz, entre otros que demanda una vivienda normal aunque no se esté habitando en su momento, ya que se requiere de un velador para que no sea objeto de vandalismo.

No hay nada de malo el hecho de tener un patrimonio para cualquier situación; siempre y cuando sea para echar mano de los bienes para mejorar los males, es decir, cuando se requieren vender para alguna contingencia no esperada o simplemente para heredarlos para algún familiar, y por último existen quienes lo conservan pensando en la vejez.

Mientras son peras o son manzanas aquellos lotes se dejan sudar para que en el momento en que va creciendo la ciudad vayan adquiriendo más valor para cuando tengan que echar mano de esas propiedades, porque los terrenos suben de precio al momento que crece la plusvalía conforme el desarrollo de la urbanización de la ciudad crece.

Aunque sin duda no hay conciencia del impacto negativo de esos lotes vacíos que por negligencia no se les da mantenimiento para que estén limpios siendo un foco de contaminación visual con la primera impresión.

Un impacto ambiental ciudadano al momento de convertirse en un basurero clandestino para muchos vecinos o cualquiera que pase se le hace fácil hacer de ello un relleno sanitario.

Si a eso le sumamos que en la temporada de lluvia contribuye a la creciente hierba o matorrales haciendo de ello un nido para roedores, serpientes, plagas e inclusive para hacer de ahí un depósito caldoso favorable para crecimiento de bacterias, infecciones y dengue.

Todos aquellos que sufren de éstos inconvenientes son los vecinos de alrededor no sabiendo que hacer al respecto exponiendo la salud de los integrantes de sus familias.

Existen muchas quejas en toda la entidad en contra de los dueños de éstos lotes baldios, siendo en vano porque la mayoría de ellos no se sabe dónde localizarlos por no existir un registro con la información completa para tener al menos conocimiento si los dueños radican dentro de la misma ciudad o en otra parte de la república e inclusive viven en el extranjero.

Por desgracia ésta situación deja en estado de indefensión a las autoridades locales para poder actuar con una multa porque no tienen en donde notificarles. En otros casos no pueden actuar porque la colonia no ha sido entregada a los municipios dejándolos atados de las manos para poder actuar y en ocasiones la recepción de una colonia no es aceptada por tener alguna irregularidad dentro del reglamento del Departamento de Planeación y Urbanización.

Es fundamental hacer un padrón de registro con información más completa y actualizada para localizar a todos aquellos dueños irresponsables que dejan en el olvido sus terrenos y hacer reformas en el reglamento de los ayuntamientos para darles facultades jurídicas de sancionar a las constructoras de hacerse responsables del mantenimiento de limpieza de todos aquellos lotes baldíos mientras estén todavía bajo su responsabilidad la colonia, es decir, mientras no tengan recibida por parte de la autoridad pero mientras tanto lo que es considerado un patrimonio familiar para algunos, para el resto es un problema social de salud que hay que atender de alguna manera. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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