Guillermo Robles

¿Quién es más culpable?

 Por Guillermo Robles Ramírez

Un grupo considerable de personas de Los Mochis, Sinaloa; han estado en marcha para exigir a las autoridades federales para que actúen sobre un “asesinato” de un perro llamado “Rodolfo Corazón”, para que se haga justicia a quien se le fue capturado en video en el momento de matarlo aparentemente con un hacha o un machete.

            Aunque el video no se ha borrado en su totalidad en las redes sociales por el contenido sensible y de acuerdo a las políticas de cada compañía social cibernética, también se puede observar una gran parte de videos en contraparte en donde piden justicia para el can “Rodolfo Corazón”, y efectivamente se ve imágenes donde se trata de un perro callejero y querido por la gente de ese sector.

            En lo personal he estado siempre en contra del maltrato de los animales, que es el concepto correcto para describir cualquier tipo de acción en contra de un ser vivo, y no es el concepto de asesinato cuando este se trata para referirse a la acción de la privacidad de la vida entre humanos o personas.

            Ha sido tanta la presión de esa comunidad en la que han revelado al culpable, en la que también sin deberla, ni temerla han involucrado a su pareja sentimental que nada tuvo que ver en el maltrato animal y de acuerdo a sus declaraciones en redes sociales mostró imágenes donde “Rodolfo”, había atacado sin motivo alguno, el rostro y otras partes del cuerpo dejando lesiones físicas.

            No se malinterprete lo anterior, ya que nada justifica el maltrato de ningún animal. Hay quienes no les gusta tener mascotas, aunque preferentemente soy de los que están a favor de cuidar cualquier animal domesticable. Posiblemente mi sensibilidad viene desde la infancia en donde tuve una variedad de animalitos como perritos, tortugas, pajaritos, pollitos, patitos, hámster, entre otros más.

            El llamado que hace esa comunidad al Gobierno Federal y a los Legisladores es para endurecer los castigos a las personas que maltratan a los animales, algo que es muy legítimo.

            Sin embargo, como lo he dicho innumerables veces por medio de mis columnas; México no le hace falta tener más leyes, es decir, estamos llenos de ellas y se fabrican como si fuera pan caliente.

            El problema es que de más del 70 % de ellas carecen de asignación de presupuesto para poder tener no solo personal para hacer que se cumplan las leyes, y menos para crear una logística que también implica dinero.

            Pero lo peor de una indignación o maltrato animal, es la hipocresía de la misma gente quienes aseguran que el can “Rodolfo Corazón”, era un perrito tierno y sociable, pero me cuestiono: ¿Por qué de todos esos fans nadie se sensibilizó para adoptarlo?

            Estamos hablando que se trata de un perro que inspiraba ternura y la gente lo cuidaba en la misma calle dándole alimento, pero no le ofrecían un techo, sí se toman fotos con él como algo tierno o con gracia, pero nadie dijo, “yo o mi familia adoptaremos este perrito que peligra en la calle”. Nadie se preocupó por llevarlo al veterinario para verificar si contaba con plena salud, o bien, asegurarse que cuando menos tuviera una vacuna antirrábica, porque cualquier canino sin una de éstas es una amenaza no solo para las personas sino un riesgo para otros animalitos.

            Insisto nada justifica el maltrato animal, pero el dejar a su suerte a cualquier animal que alguna vez fue domesticado es igual de culpable como quienes lo maltratan ya sea de manera indirecta, pero es una realidad.

            He visto amantes de los animales o “dizque” defensores de ellos, que son indiferentes e ignorantes, sobre las leyes locales, es decir, municipales sobre el maltrato animal, así como las normas de tener una mascota.

            Hay reglamentos en las que indican que el espacio mínimo de un perro de tamaño mediano es entre los 100 metros cuadrados, siendo que la mayoría de las veces el espacio de los perros no llega ni a los 30 metros cuadrados y conviven con otros perros de la misma o diferentes razas.

            Y que tal la norma de que todo perrito debe de tener una correa cuando lo pasea su dueño, y aquellos considerados como razas de alta agresión, deberán tener un bozal.

            También no faltan los dueños “limpia puercos”; que sacan a sus perros para que dejen todas las heces por todo el trayecto y sin recoger los excrementos en una bolsa de plástico para posteriormente tirarlas en donde debe de ser.

            No hace falta más leyes para proteger a los animales, o endurecer aquellas para castigar a las personas que los maltratan, cuando ni siquiera hay personal suficiente en las perreras municipales, vehículos y/o espacios para contener a los perros callejeros.

            Falta una concientización sobre el cuidado y responsabilidad de tener animales domésticos en nuestros hogares, algo que esos grupos de personas que en lugar de manifestarse deberían de crear conciencia o sensibilidad de los animales, comenzando por su propia comunidad y junto con las autoridades locales y reglamentación existentes. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

Deja un comentario