Guillermo Robles Ramírez

Que no sea un día ordinario

 Guillermo Robles

Este domingo que viene será un día para festejar en familia. Sin dudas este confinamiento que se ha vivido en este 2020, ha hecho que de una u otra manera cada uno de los miembros de los hogares convivan más tiempo o en algunos casos en donde el trabajo estaba primero impedía esta relación en el núcleo familiar.

No podemos negar que, con el cambio de horario de algunas actividades esenciales, así como la suspensión de clases presenciales durante la pandemia, fue un factor importante no solo para contrarrestar el contagio de este virus mortal, sino también para romper con la cotidianidad y el andar siempre a las prisas.

Todo lo anterior sirvió para que los hombres hicieran una pausa en su vida y ese tiempo dedicado con calidad hacia sus hijos es la verdadera función de un padre en donde la paciencia, la enseñanza y la educación son valores importantes en la vida, así como la mejor herencia.

El origen del Día del Padre; algunos lo ubican en una misa de West Virginia en 1908 en EU, otros quienes opinan en Vancouver, Washington, pero la mayoría consideran el primer día organizado fue en 1915, repitiéndose el tercer domingo de este mes haciéndose costumbre por el Club de Leones, presidido por Harry Meek en Chicago por ser la fecha más cercana a su cumpleaños.

Existirán muchas fechas, pero realmente a la persona promotora que se le debe el Día del Padre es por el señor Bruce John Dodd, de Spokane, Washington, considerando de haber tenido una extraordinaria vida porque además de haber sido un veterano de la Guerra Civil, este viudo se hiso responsable de sus seis hijos. El señor Dodd organizó una misa en su honor donde hubo una festividad con niños y comida con platillos favoritos de los papas.

 A raíz de este suceso, diferentes Estados y organizaciones presionaron al Congreso Estadunidense para declarar oficialmente un Día anual del Padre no sucediendo hasta en 1916 se aprobó la idea, pero nunca se hiso nada para celebrarse sino hasta 1924 cuando se estableció un evento nacional para la convivencia entre padres e hijos para reafirmar las obligaciones y derechos que se tienen entre ambos.

Muy a pesar de que existe un origen en su día es muy notorio y no hace falta meter una consulta Mitofsky para saber que se le da más atención al Día de la Madre que el del Padre.

Para muchos papás consideran injusto ésta diferencia por compartir las mismas responsabilidades como es el cuidado de los niños, también dedican tiempo a las obligaciones de la casa como fregar baños, trapear los pisos y lavar los platos de la cocina, como también en lavar la ropa; en pocas palabras el típico mandilón.

El padre moderno también hace este tipo de roles compartidos con su conyugue mientras en tiempos atrás eran ubicados únicamente en el rubro financiero pasando a ser como el proveedor de la casa dejando toda la responsabilidad a la mujer para que criara a los hijos, enseñándoles valores, instruyéndolos en las tareas de las escuelas, haciendo el papel de formadores de hombres y mujeres de bien para el futuro de la sociedad, teniendo ese apego registrado como huella de inclinación tan fuerte hacia la madre.

En la medida en que  no se limita las responsabilidades y funciones que un padre puede hacer, es necesario que todos aquellos tienen la fortuna de tener a su papá en vida, ser más expresivos sentimentalmente, para no tener que dejar pasar los años ya después de viejos o que estén fallidos para estarlos recordando con las cinco canciones más escuchadas como, “Mi Viejo” con Alejandro Fernández, “Mi querido Viejo” con Vicente Fernández; “Hoy tengo que decirte Papá” con Timbiriche, la de “Camina Siempre Adelante” con Alberto Cortez, “Mi árbol y yo” con Danny Rivera.

Tristemente casi todas estas canciones entre otros más, pero son las más populares hablan del reconocimiento del padre una vez siendo los hijos adultos para reconocerles su papel una vez ya que están de la tercera edad.  Porque no inculcar ese amor y agradecimiento desde niño para que, en lo largo de la vida de ambos, es decir, padre e hijo se puedan reconocer la trayectoria de los papás y no tener que hacerlo una vez que están ya grandes o peor cuando ya están muertos, así como el poema de Ana María Rabatté, titulado “En vida, hermano, en vida”.

Aunque a manera personal no es fácil escribir estas líneas, siempre recordaré a mi papá con mucha admiración, amor y mi mejor mentor no solo en lo profesional sino como persona y como padre que soy de una hermosa niña.  (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018) 

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