Que ingenio

Por Guillermo Robles Ramírez

Las Juntas locales de Conciliación y Arbitraje de Coahuila, se encuentran abarrotadas y saturadas de demandas laborales, a partir de la pandemia en donde se dispararon los despidos injustificados con el trabajo denominado Home Office.

Una situación que fue aprovechada por muchas personas que simulaban una relación laboral cuando en realidad solo eran prestadores de servicios profesionales, ya no lograban acreditar la factura nominal y no laborar en un establecimiento fuera de su hogar, sin embargo, las leyes laborales en México siguen siendo paternalistas al sector trabajador creyendo todo lo que dicen y teniendo derecho de demandar sin antes comprobar si es cierto lo dicho.

Pero no ha sido el único momento durante la pandemia del coronavirus sino ahora también en su reactivación económica, las diferentes juntas locales de Conciliación y Arbitraje en Coahuila están más saturados que antes y eso lo avalan viejos burócratas que tienen decenas de años laborando en esas Juntas, en las que dicen estar extremadamente llenos de trabajo y no es precisamente porque en la Entidad haya malos patrones que no quieren cumplir con la Ley Federal del Trabajo, sino que todo viene a crearse por el ingenio, aunque yo diría, que por el mal genio de muchos de nuestros trabajadores, hombres y mujeres, que trabajan dos o tres meses en una empresa y se hacen los despedidos por el patrón, para luego acudir a la Junta de Conciliación y demandar al dueño del negocio.

Aunque las Juntas de Conciliación y Arbitraje no lo dicen públicamente, es un secreto a voces que éstas están llenas de demandas, laborales de unas cuantas personas, es decir, hay trabajadores y trabajadoras de los diferentes géneros como secretarias, empleadas de mostrador, obreras de maquiladoras, etc.; que han interpuesto desde tres y hasta cuatro y cinco demandas laborales en un término de doce meses.

La verdad es que, gracias a ese ingenio e inteligencia, esos o esas vivales, encontraron ya una manera fácil de vivir, trabajando poco y cobrando mucho, pues aun cuando en la mayoría de los casos no se comprueba la dizque renuncia patronal, este sector procura llegar a un arreglo, no por justicia, sino para evitarse pérdida de tiempo y largos pleitos en donde el patrón pierde más y se descuida para atender su negocio.

Este sistema de vivir bien, sin trabajar y demandar a diestra y siniestra, no está aún muy claro quién fue su creador, si grupos de abogados y litigantes que generalmente rondan por las oficinas de la Junta de Conciliación y Arbitraje para capturar clientes, es decir, a trabajadores, dizque corridos o renunciados o fueron ingeniosos obreros que en muchos de los casos entran en complicidad con sus defensores con el cuento de que a ti trabajador no te cobro mis honorarios, pero si ganamos me das el 45 por ciento de lo que le saquemos al incauto patrón.

Nada o casi nada pueden hacer las Juntas Locales de Conciliación y Arbitraje, cuando se sustenta el criterio de que es una demanda o denuncia laboral y hay que atenderla porque así lo marca la Ley Federal del Trabajo.

Esa es, y no otra, la razón por la que las Juntas de Conciliación y Arbitraje, están saturadas y congestionadas de trabajo, pero bueno, no tiene la culpa el indio, sino quien hizo la Ley Federal del Trabajo, que es extraordinaria cuando realmente se emplea para hacer justicia laboral, sin embargo, no para mantener a vivales y defraudadores. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México).  www.intersip.org

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