Qué es más dañino

Para las extorsiones el uso de los teléfonos celulares ha aumentado de manera notable en los últimos años, siendo su uso cada vez más complejo o también llamadas como teléfonos inteligentes por su sofisticación y múltiples funciones no solamente para comunicarnos sino como herramienta de trabajo, oficina, deporte y entretenimiento.

Por eso, su demanda cada vez va más en aumento en donde éstos dispositivos inteligentes empiezan a formar parte de la vida cotidiana de todos y en un incremento a menores de edad sobre todo desde el último grado de primaria y todos los grados de secundaria.

Ante tal crecimiento es evidente que también las compañías telefónicas han tenido que aumentar la instalación de sus redes de antenas repetidoras para poder hacer la transición de datos y señales móviles.

El avance tecnológico sobre todo el de la telefonía celular ha invadido nuestros hogares y centros de trabajo hasta el grado de que los teléfonos convencionales no solo dejaron de ser un equipo de lujo, luego necesidad y ahora algo secundario.

Para otro sector de no consumidores de éstos servicios, no tan grandes pero si lo suficiente como para hacer eco en la sociedad y otros sectores han logrado despertar al mismo tiempo la preocupación sobre los potenciales efectos indeseados para la salud, debido a que uno de los señalamientos más fuertes al respecto, es la generación de cáncer, enfermedad que aún con los avances de la ciencia médica, es difícil vencerla.

Así, el hecho de vivir, trabajar, ir a la escuela o estar cerca de un dispositivo de comunicación, ha generado tal preocupación entre los usuarios, que por el momento, se ha creado una psicosis colectiva para alejarse lo más posible de las antenas de telefonía celular, sin importar que compañía ofrezca el servicio.

Hasta el momento, no se ha documentado con exactitud ningún caso de cáncer o cualquier otro padecimiento ocasionado por la exposición prolongada a las frecuencias de teléfonos celulares, pero esto no quiere decir que no se lleven a cabo estudios al respecto.

Los estudios realizados que se han dedicado a determinar los efectos potencialmente adversos, tanto en el ámbito biológico como en el caso de la salud humana en general son muy diversos. La mayoría de los estudios los realizan las universidades más prestigiadas del mundo y llegan hasta experimentar con animales de laboratorio, cultivos de células o tejidos y los resultados de las pruebas de afectación al ser humano, son tan variables como el número de personas que porta un teléfono celular y la exposición de cada usuario.

Ante el constante número de quejas que la ciudadanía realiza a las autoridades de Coahuila así como las diferentes cabeceras municipales de la misma entidad solicitando que no permita la instalación de antenas en las zonas urbanas, ya que el mito de que éstas generan cáncer aumenta cada vez más así como los permisos para su instalación mismos que están llenos de ocultamiento y falta de transparencia sobre cuántos permisos han otorgado así como las condiciones para poder tener una autorización de la misma.

Nadie sabe en realidad que hace más daño, pudieran ser las antenas de las que se dice producen cáncer o pudiera ser la corrupción de funcionarios sin escrúpulos que lucran con el temor de la sociedad civil para encarecer los costos de los terrenos o pedir atractivas comisiones por liberar los permisos, lo cierto es que la telefonía celular es un mal necesario de nuestra época moderna, pero mientras no exista un estudio real sobre el impacto de la radio frecuencia, continuarán los actos de impunidad, ignorancia y de corrupción no solo en nuestra entidad sino en todas las Entidades donde se instalen las estructuras de comunicación.

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