EN POLÍTICA, la percepción social es definitiva. Podría decirse que es 50% del triunfo. Y es que los mexicanos somos proclives a estar de lado de los poderosos, de los más fuertes y de los más “trinchones”. Tenemos la necesidad ancestral de que un ser omnipotente nos cuide y nos ampare. Y por eso la devoción a la virgen de Guadalupe y al Niño de Atocha. Y al PRI y a las Chivas del Guadalajara durante décadas. Y ahora al Canelo ÁLVAREZ y al CAUDILLO LÓPEZ. Nos gusta estar con los ganadores. Y la percepción social de que tal o cual es el seguro ganador provoca las cargadas.