PRI se mantiene, PRD recibió castigo y Morena con buen debut

México (PL) Las elecciones intermedias en México confirmaron al Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el gobierno, como la principal fuerza política del país, aunque a nivel nacional hubo una dispersión del voto que benefició a otras agrupaciones más pequeñas e incluso algunas de nueva aparición.
Fueron elecciones intermedias, las primeras luego de la reforma político-electoral impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto, entre otras de rango estructural y constitucional adoptadas en los dos últimos años.
Los comicios del 7 de junio se decidieron con menos del 50 por ciento de participación popular y de manera general en calma, pese a los llamados y acciones de boicot por parte de organizaciones sociales, magisteriales en particular, opuestas a la reforma educativa.
Más de un centenar de personas fueron detenidas durante la jornada  por disturbios y quema de documentación electoral, sobre todo en Oaxaca, Chiapas y Guerrero, donde familiares de los 43 jóvenes normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos hace más de siete meses, se pronunciaron contra la consulta.
En la votación nacional el PRI aventajó en alrededor del ocho por ciento al opositor Partido de Acción Nacional (PAN), al que siguió en la votación el Partido de la Revolución Democrática (PRD), la fuerza política más castigada por el electorado.
Divisiones internas, la salida de varias de sus figuras más representativas, y los compromisos adquiridos por la actual dirigencia perredista con el gobierno federal, estuvieron entre las causas del fuerte retroceso del llamado partido del sol azteca.
También debió haber pesado que el exalcalde de Iguala, en Guerrero, señalado como responsable intelectual de la desaparición de los 43 de Ayotzinapa, fue en su momento apoyado por el PRD, que entre sus bajas contabiliza ahora la gobernación de ese estado.
Esa agrupación malgastó además la hegemonía que mantuvo durante los últimos 18 años en el Distrito Federal (DF), donde las delegaciones se repartieron ahora con el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el PRI y el PAN. El PRD también dejó de ser el líder en la Asamblea Legislativa del DF, allí Morena sacó más legisladores.
Lo que perdió el PRD lo ganó Morena, que asistió a sus primeras elecciones. Esa fuerza está encabezada por Manuel López Obrador, excandidato presidencial, exjefe del gobierno capitalino y experredista.
Morena alcanzó el ocho por ciento de la votación nacional, aunque López Obrador ya advirtió que no hará alianzas a futuro con la actual dirigencia del PRD, a la que acusa de entreguista y pactista.
Pese al éxito de Morena, la izquierda no quedó bien parada en los comicios del 7 de junio, en las que el Partido del Trabajo (PT) , que hizo alianza con el PRD, quedó relegado en las urnas.

EL VOTO NULO
Los 1,7 millones de votos nulos ayudan a salvar, hasta ahora, el registro del Partido del Trabajo (PT) y benefician sobre todo al PRI.
La votación total suma 36 millones 623 mil 125 sufragios, pero si se descuentan los votos nulos, los recibidos por los candidatos no registrados, independientes y el Partido Humanista (en su primera elección y pierde el registro), la llamada ‘‘votación total emitidaâ€Öâ€Ö se reduce a 33 millones 768 mil 270 sufragios.
Para efectos del reparto de curules y de prerrogativas, la votación que cuenta es de 33.7 millones de votos, no la primera, según la ley electoral. Por tanto, los votos nulos, que suman un millón 788 mil 393, es decir, 4.88 por ciento, impactan notablemente para que los partidos que mantienen el registro obtengan mayores beneficios.
El mejor ejemplo es el PT. Considerando los votos nulos obtiene una votación de 2.87 por ciento con respecto a los 36.6 millones del total de sufragios. Pero si a este universo se le resta el voto nulo y los otros que literalmente no cuentan en la ley electoral, alcanza 3.028 por ciento, es decir, rebasa, aunque por poco, los tres puntos requeridos para mantener el registro.
Los priístas también obtienen ganancias del voto nulo, porque en el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) el tricolor alcanza 29 por ciento de la votación. Gracias al voto nulo y los otros que se descuentan llega a 30.66 por ciento. Este será su porcentaje de votos y por tanto su base para prerrogativas.
Es decir, el voto nulo le da una fuerza electoral superior que también cuenta para el reparto de curules, en el que podría ganar dos o tres diputados más.
Los 1,7 millones de sufragios nulos fueron superiores a los obtenidos por cuatro partidos. Los 786 mil del Humanista, el millón 53 mil del PT, el millón 210 mil de Encuentro Social y el millón 372 mil de Nueva Alianza.

UN CANDIDATO INDEPENDIENTE A GOBERNADOR
En la consulta estuvieron en juego nueve gobernaciones, cinco de las cuales las ganó el PRI, dos el PAN y una el PRD. En Colima, pequeño estado en el Pacífico, la votación está cerrada y los principales contendientes se acusan crudamente en los medios locales
Allí y en otros cargos electos en diversos estados y municipios se anuncian litigios de todo tipo que deberán decidir las autoridades judiciales electorales.
Pero entre las novedades de estas elecciones estuvo la figura del candidato independiente, luego de décadas en las que las aspiraciones a cargos de elección popular solo estaban reservadas a los abanderados de los partidos políticos.
Jaime Rodríguez, alias Bronco, se hizo de la gobernación de Nuevo León, en el norte, cuya capital Monterrey es uno de los principales centros industriales de México.
El Bronco es un disidente del PRI e hizo una fuerte campaña a través de las redes sociales. Rodríguez ha sufrido dos atentados por parte del crimen organizado y su propio hijo murió víctima de la violencia en esta nación.
Para la próxima legislatura, el PRI aparece dominando la Cámara de Diputados en alianza con el Partido Ecologista Verde Mexicano (PVEM), agrupación que recibió multas millonarias del Instituto Nacional Electoral por violar el reglamento de los comicios.
El PRI bajó en el número de diputados, pero tampoco recibió el voto de castigo que muchos esperaban ante lo que califican de baja popularidad del presidente Enrique Peña Nieto. Al final de la jornada, el PRD fue el gran perdedor.

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