Países caribeños en marcha para adherirse a Protocolo de Nagoya

La Habana (PL) Con talleres y conferencias, la Secretaría de la Comunidad del Caribe (Caricom) intenta mejorar la capacidad de los Estados miembros para poder aplicar el Protocolo de Nagoya sobre Acceso a los recursos genéticos y la participación en los beneficios (ABS, por sus siglas en inglés).
Durante la celebración del tercer taller de capacitación sobre el tema, en colaboración con la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), el ente regional llamó recientemente en Guyana a fortalecer la capacidad de los países participantes para ratificar o adherirse al Protocolo.
La directora de Desarrollo Humano de la Secretaría de Caricom, Myrna Bernard, dijo que el taller tuvo lugar en un momento en que muchos países miembros están actualizando sus estrategias y planes de acción.
Expresó que a través de su Programa de Desarrollo Sostenible se ha defendido durante mucho tiempo la integración del medio ambiente en las estrategias nacionales y regionales para el desarrollo económico y social de la zona.
Dijo que en un esfuerzo por ampliar la conciencia y profundizar la comprensión de las oportunidades y los beneficios que podrían derivarse de la participación en el marco del ABS, la Secretaría resaltó las implicaciones y beneficios en la región al asumir formalmente el Protocolo de Nagoya.
Según la experta, es importante contar con sistemas como ese Protocolo para salvaguardar los recursos naturales. Bernard también aprovechó la oportunidad para destacar algunos de los trabajos que se están realizando por la Secretaría de la Caricom para aplicar el Protocolo.
Señaló que un programa de capacitación para elaborar una legislación que permita implementar el Protocolo también ha sido entregado junto a una lista de consultores cualificados que podrían ayudar a los Estados Miembros en el proceso legislativo y político.
La muestra más vívida de que la región avanza hacia la adhesión a ese Protocolo la dio Guyana el 22 de abril último, cuando se convirtió en la nación número 30 a escala internacional y fue el primer país caribeño en acogerse a ese tratado mundial.
En esa ocasión Robert Persaud, ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Guyana, señaló que para los países ricos en biodiversidad como el suyo, es vital contar con un sistema que salvaguarde los recursos.
«En muchos casos, hemos sido víctimas de la apropiación indebida o la biopiratería de nuestros recursos genéticos y conocimientos tradicionales asociados, que a menudo han sido patentadas en otros países», observó.
Persaud explicó que el Protocolo define claramente los procedimientos para tomar en cuenta el consentimiento fundamentado previo antes de conceder el acceso a los recursos genéticos y los conocimientos tradicionales.
También muestra vías para la negociación de los términos mutuamente acordados que garanticen la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados de su utilización, añadió.
De acuerdo con el titular guyanés, como parte del Protocolo de Nagoya, los países pueden beneficiarse de la formación y la promoción de la investigación científica, el intercambio de información y mejores prácticas.
Asimismo tienen la oportunidad de acceder a los recursos y la orientación de otras partes que han firmado el Protocolo, un acuerdo hito en la gobernanza de la biodiversidad, según especialistas.
¿Por qué es importante para los pueblos menos desarrollados acogerse a ese Protocolo?
El documento de Nagoya ofrecerá mayor seguridad jurídica y transparencia tanto a los proveedores como a los usuarios de recursos genéticos (dígase plantas, animales o microorganismos), con sus propiedades benéficas y su utilización para incrementar el conocimiento científico o bien para el desarrollo de productos comerciales.
Este acuerdo ayudará a garantizar la participación en los beneficios, en particular cuando los recursos genéticos salen del país que los proporciona.
Una vez que el Protocolo aumenta la seguridad jurídica y promueve la participación en los beneficios, alienta asimismo la investigación en recursos genéticos que podría conducir a nuevos descubrimientos para beneficio de todos.
Otra de sus ventajas radica en que mejora la contribución de la diversidad biológica al desarrollo y bienestar humano.
Al establecer disposiciones claras sobre acceso a los conocimientos tradicionales asociados a recursos genéticos, este Protocolo ayudará además a fortalecer la capacidad de las comunidades indígenas y locales para obtener beneficios en la utilización de sus conocimientos, prácticas e innovaciones.
Abierto para su firma en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York desde el 2 de febrero de 2011, Argelia, Brasil, Colombia y Yemen fueron los primeros países signatarios del Protocolo de Nagoya, el 2 de febrero de 2012.
El Protocolo de Nagoya fue adoptado por la Conferencia de las Partes en el Convenio de Diversidad Biológica en su décima reunión, el 29 de octubre de 2010 en Nagoya, Japón, y diseñado para eliminar la larga historia de biopiratería a la que han sido sometidos los países con mayor diversidad biológica a nivel mundial, mayormente las naciones pobres doblegadas a la explotación de transnacionales de territorios desarrollados.
Ese tratado internacional entrará en vigor 90 días después de alcanzar los primeros 50 firmantes.

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