Guillermo Robles

Nunca será suficiente

Por Guillermo Robles Ramírez

          ¿Cuántas veces ha escuchado o incluso usted mismo se ha quejado que no alcanza con su sueldo? Pero se ha preguntado usted mismo o a los demás: ¿cuánto es lo justo?

            Recuerdo en alguna ocasión me invitaron a una reunión de la Comisión de los Salarios Mínimos, celebrado en la capital de Coahuila, y durante ese evento con estadística en mano, a nivel mundial no existe nación alguna que tenga un salario mínimo que esté por encima del déficit, aunque se trate del país con el Producto Interno Bruto (PIB) más alto.

            Dicho lo anterior no es ningún consuelo o mucho menos para justificar que el sueldo de cualquier mexicano siempre será tema de discusión, el nunca será suficiente sin importar si se es profesional, honorarios o asalariados. Pero dentro este grupo hay quienes reciben por arriba del mínimo y tampoco será suficiente.          Por años y años ha sido una pregunta que he escuchado de infinidad de amigos, familiares, compañeros de trabajo, etc., además de que no solo es una simple inquietud, sino es también, la aspiración de millones de mexicanos que claman tener un sueldo digno o justo que les permita dar calidad de vida a su familia o cuando menos tener un ingreso mensual que le permita cumplir medianamente con la comida, renta de la vivienda, vestido, estudios, etc., a sus hijas e hijos.

            Generalmente en las reuniones sociales, no faltan las conversaciones en las que no se aborde este tema. Cada participante tiene distinto punto de vista, predominando aquellos que consideran que el salario justo es el que les permita darles mejor vida a los suyos.

            En contrapartida, hay aquellos que contradicen a sus acompañantes al señalar que ningún ingreso mensual de jefa o jefe de familia alguna, es suficiente para proteger a sus familias, pues cuando se aspira a tener algo, el siguiente paso es otra cosa o necesidad más arriba de lo que se tiene y luego el próximo es superar el bienestar que se está dando a la familia y así sucesivamente porque es parte de la vida misma.

            En verdad es un problema complejo y son pocos los mexicanos que puedan sentirse satisfechos con el sueldo e ingreso mensual que tienen, pues siempre el deseo de estar más arriba, se impondrá a todo, quedando la disyuntiva si el querer más es justo o no.

            Y, si hablamos de satisfechos con el salario que reciben, si bien son pocos, éstos sí que con lo que les pagan “dizque”, por su trabajo pueden darse todos los gustos que deseen al igual que el resto de sus familias.

            Los pocos que están en esas listas son los legisladores federales y locales, los gobernantes en todas sus categorías, los funcionarios públicos de cualquier nivel, quienes además del salario mensual en su mayoría cuentan con una gran cantidad de canonjías o privilegios como bonos bimestrales, sexenales, viáticos, gastos de representación, vehículo público para no usar el propio, incluyendo combustible y servicios automotrices de mantenimiento y hasta chofer. Aunque se diga que en este nuevo gobierno federal se acabó todo es una falsedad.

            En estas pláticas sociales y tratándose de empleados en general, jamás queda al margen ni se excluye de la conversación, lo mucho que cada quien, según lo que se gana, paga de impuestos al fisco, lo que reduce sensiblemente el sueldo nominal o los ingresos por actividades independientes y más si se tiene que entregar factura o recibo de honorarios que para el caso es igual, ya que en cualquiera de los regímenes fiscales hay que rendirle a “Lolita”, unos más que otros, pero nadie se escapa de una imposición gubernamental y que es de donde viene precisamente su nombre de impuestos y como nadie los queremos pagar, terminamos odiando a las instituciones recaudadoras de contribuciones.

            Movimientos sociales van y vienen cada uno con sus propios tintes e intereses pero aquellos que se manejan por medio de sindicatos grandes como el de maestros, los de CFE principalmente hacen sus huelgas y amenazan con el paro laboral sin ser castigados de ninguna manera ya sea por la Ley Laboral como lo establece sus artículos de abono de trabajo o simplemente los establecidos en la misma SEP en el caso de los docentes al abandonar las aulas para irse a sus manifestaciones pandilleras en las calles de nuestros estados, en donde siempre piden lo injusto para los seres mortales y al final siempre se salen con la suya como es el evitar pagar impuestos.

            Mientras millones de mexicanos de siempre han pagado religiosamente sus impuestos, la burocracia del país en general, desde trabajadores municipales, estatales y federales, así como maestros estatales y federales son condonados o bien mínimo cuando llegan a pagar y mantiene a las autoridades recaudadora de impuestos con el Jesús en la boca con sus amenazas de paros nacionales.

            Hay países en donde las inconformidades laborales se demuestra y hacen patente, trabajando más y no cometiendo desmanes y perjuicios a terceros en las vías públicas, como son protestas callejeras, pues los alumnos nada tienen que ver con el mentado subsidio como para pagar los platos rotos ni tampoco el pueblo en general tiene porqué aguantar y soportar sus bloqueos en las vías públicas. Algo que nunca sucederá en nuestro país, y no solamente demuestra que nos falta mucho por crecer como ciudadanos y autoridades. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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