Guillermo Robles

Migrantes patitos

Por Guillermo Robles Ramírez

Con el argumento de que los coahuilenses somos muy bondadosos y solidarios con las penas ajenas, Torreón y Saltillo, se han convertido en las ciudades de la Entidad donde más centroamericanos llegan de paso, aunque no faltan los que logran quedarse porque encuentran un empleo, por cierto, es bueno para que estos desafortunados puedan mandar dinero a sus familias y, también, pagar su estancia en México.

No es problema que salvadoreños, hondureños y guatemaltecos, tomen a nuestra Entidad como santuario de reposo y tranquilidad durante su paso rumbo al “sueño americano”, mientras no sean una amenaza ni hagan daño a la comunidad.

La capital coahuilense fue tomada originalmente por los migrantes como un punto de paso para tomar fuerzas en su camino a la frontera del Norte, por esa razón como en otras comunidades del centro y sur de México, fueron multiplicándose los albergues o casas del migrante.

Después de Saltillo, es ahora Torreón, en donde se han multiplicado las casas del migrante, siendo precisamente en estas situaciones en que como en todo, aparecen los imitadores, “piratas”, falsos redentores y concretamente los vivales que haciéndose pasar por migrantes se han posesionado de infinidad de cruceros de las calles de las dos ciudades más importantes para medrar y estafar a la comunidad, vistiéndose como migrantes para implorar la caridad pública, defraudando al aparecer con mochilita sobre la espada, una cobija enrollada en el cuerpo, preferentemente a la altura de la cintura y tratando hablar como hondureño, guatemalteco o salvadoreño.

La Casa del migrante de Saltillo, ya había lanzado en el pasado una advertencia sobre la múltiple “aparición” de migrantes piratas que sorprenden a la comunidad que les da dinero.

La aparición de esos farsantes y abusones que, con su ropaje y cara con gestos de fracasados, dan lástima a los automovilistas cuando son abordados por esos “piratas” pidiendo una ayuda económica que, por fortuna para esos imitadores, no les faltan las almas caritativas que por desgracia caen en la farsa.

Los migrantes, no tienen ningún “uniforme” como esos vivales están apareciendo por distintos rumbos de Torreón y Saltillo.

La mayoría de los verdaderos migrantes que arriban y se quedan por horas en Saltillo, no llegan con esa apariencia y aunque no faltan verdaderos centros americanos que con esa vestimenta acuden a la Casa del Migrante, son los menos, porque no se trata de un “uniforme” como pretenden los falsos migrantes de crucero, que por cierto muchos de ellos, se les ve “estacionados” en la ciudad capital durante semanas cambiándose solo de un crucero a otro.

Además de Torreón y Saltillo, estos migrantes “piratas” también comenzaron hacer su negocio en Puebla, Tlaxcala y en la misma ciudad de México, abusando de la generosidad y solidaridad que identifica a los mexicanos alrededor del mundo.

Si realmente se quiere y desea apoyar la caritativa y solidaria labor que realizan las casas de migrantes que se han constituido no solo en Torreón y Saltillo, sino en otras comunidades coahuilenses, se exhorta y recomienda hacer el esfuerzo para que la ayuda económica o en especie se entregue en las verdaderas casas en donde se dan alimentos, techo y atención médica cuando se requiere, sin costo alguno para los migrantes.

Saltillo, al menos a saber, fue la primera ciudad de la Entidad en darle vida a la primera casa del migrante, para luego multiplicarse extendiéndose a las regiones de Coahuila, por donde acostumbran hacer su paso los centroamericanos, recalcando que los verdaderos migrantes llevan como meta y deseo llegar a la frontera con los Estados Unidos, con el único objetivo de pasar al “otro lado”, sea para trabajar o unirse a los familiares que halla se encuentran, etc.

Por tanto, como simple aviso a las almas caritativas que en los cruceros dan su ayuda económica a verdaderos centroamericanos o a sus imitadores o piratas, no olviden que los migrantes en verdad, no están más de dos días en la misma población, por tanto, identifican a uno o varios que llevan más de un día en tu ciudad de residencia, cuando esos falsos se acerquen extendiendo la mano, simplemente sonríeles y sin bajar el cristal de la ventana de su lado, salúdelo y deséale suerte con otros “clientes” o incautos que se conduelan de su apariencia. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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