México: Esperando el terremoto

México (PL) El 19 de septiembre de 1985 México sufrió el terremoto más mortífero de su historia. Veintinueve años después el país no sólo recordó a las víctimas de aquella tragedia, sino que evidenció estar mejor preparado ante la eventualidad de un movimiento telúrico.
A las 07:19 hora local, momento en el que se registró aquel sismo, el presidente Enrique Peña Nieto izó la bandera a media asta en la Plaza de la Constitución del Zócalo capitalino.
A las 10 de la mañana de ese día, las alarmas sísmicas sonaron en las principales ciudades de México como parte de un gran simulacro de evacuación de edificios en el Día Nacional de la Protección Física.
Solo en la capital, el gobierno del Distrito Federal reportó la participación en el ejercicio de más de seis millones de personas que evacuaron 17 mil inmuebles públicos, hospitales y escuelas.
Por  primera vez se ponía en funcionamiento el Sistema de Alerta Temprana que permite dar un tiempo de aproximadamente 50 segundos para evacuar un edificio antes de que ocurra el sismo.
Como parte de las acciones para reforzar la cultura de la población, en la capital se comenzará a repartir de manera masiva folletos con el denominado Plan Familiar de Protección Civil.
Además, se trabaja en el Atlas de Riesgos del Distrito Federal, cuyos resultados estarán a mano del Centro de Comando Control, Comunicaciones, Cómputo Inteligencia, Integración, Información e Investigación, conocido como C4.
También en Ciudad de México se instalarán más de mil 500 alarmas sísmicas en igual número de edificios, que se suman a otras ya disponibles en complejos habitacionales.
El supuesto en el que se basó el simulacro fue de un sismo de 7,6 grados Richter, el cual incluyó la realización de los protocolos de seguridad y revisión de la ciudad.
Varias escuelas primarias hicieron sonar sus alarmas. De forma ordenada los escolares abandonaron sus aulas y se concentraron en el patio, donde adoptaron la posición fetal, como indican las previsiones.
A esa hora la policía detuvo el tráfico, mientras en los medios de comunicación se repetían las medidas a tomar en caso de movimiento telúrico.
En muchas dependencias, en las estaciones del Metro, edificios e instituciones de esta capital existen carteles que orientan a la población sobre cómo proceder ante la eventualidad de un terremoto.
Rubén Hernández, quien vivió aquella experiencia, dijo a Prensa Latina que el sismo de 1985 cambió la fisionomía de la capital, pero también la conciencia de las personas.
Rememoró iglesias, teatros, hoteles y otras edificaciones que ya no existen, en particular en la avenida Juárez, donde Prensa Latina tenía su oficina cuando ocurrió ese desastre natural.
El terremoto del 85, como fue llamado, tuvo una duración de poco más de dos minutos e intensidad de 8,1 grados en la escala de Richter, superando al registrado en 1957.
Las zonas sur, centro y occidente fueron las más afectadas por el sismo, que se sintió en estados como Michoacán, Guerrero, Jalisco y Colima; sin embargo, la zona más devastada fue el Distrito Federal.
En la capital dejó tal daño que fue necesaria la ayuda internacional. En total, 152 edificios tuvieron que ser demolidos debido a los daños ocasionados. Hospitales, canales de televisión, edificaciones multifamiliares colapsaron, al igual que avenidas y calles.
Se calculan en 10 mil los muertos, pero la cifra exacta no se pudo establecer. Más de cuatro mil personas fueron rescatadas de entre los escombros, algunas de ellas hasta 10 días después de la tragedia.
Desde entonces, se han tomado varias medidas, entre ellas la celebración de simulacros, como el del 19 de septiembre. También se creó la «Brigada de Rescate Topos Tlatelolco», mejor conocida como «los topos», que asiste nacional e internacionalmente a zonas afectadas por sismos.
Desde altavoces en edificios hasta aplicaciones para teléfonos celulares la alerta temprana permite implementar acciones preventivas antes que las ondas sísmicas lleguen a Ciudad de México.
El Sistema de Alerta Sísmica Mexicano es el responsable de enviar la señal de alarma. Está integrado por 97 estaciones en operaciones y 28 en construcción a lo largo de la costa del Pacífico.
La alerta sísmica funciona con base en las mediciones de las estaciones y con un cálculo promedio según el cual las ondas superficiales viajan a una velocidad de cuatro kilómetros por segundo.
El Distrito Federal es una zona con alta actividad sísmica, donde además las ondas generalmente se amplifican pues la ciudad fue construida sobre un lago. El suelo blando impide que las ondas se disipen como lo harían en uno sólido.
Lo cierto es que un centenar de sismos de magnitud mayor o igual a 4,5 grados Richter ocurren anualmente en este país, que no sabe con certeza cuando volverá a temblar la tierra, pero se prepara para el próximo terremoto.

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