Mantenerse donde habitan

Las pandillas lanzan un recio desafío a la sociedad contemporánea, la complejidad de las realidades que envuelven las convierten en el más agudo convicto de la ciudad actual.

Las pandillas de Saltillo, son un fenómeno de la globalización actual dominante, nacen y crecen en uno y otro lado, aparecen además en los países industrializados, y se adueñan poniendo de presente el caudal de exclusión y miseria en la que viven, mostrándolo con escritos en las paredes y calles de la ciudad, delinquen sin parar.

Hoy en día, éste grupo de jóvenes se encuentra marcando su territorio y por nada del mundo dejan pasar a quienes consideran sus rivales.

Se estima que en la capital de Coahuila se aproximan de 550 a 600 pandillas, esto conforme a lo informado por Clemente Yáñez Carrillo, Director de Seguridad Pública en Saltillo, aunque de esas se considera que son unas 300 las de mayor movilidad y las que se han apoderado de los barrios y calles en donde habitan; hace algunos años algunos hasta terror sembraron entre sus vecinos, y generaron numerosas riñas, especialmente por la división de las líneas que establecen por el crecimiento urbano.

Hay bandas donde al menos hay 75 en los diferentes sectores de la ciudad, cada uno de ellos entregados en un cien por ciento a la dudosa agrupación donde el “marcar territorio” es el lema.

Para las pandillas, el concepto de territorio es muy importante, es por eso que las marcan en las paredes de sus barrios o pueblos con sus siglas alusivas a su pandilla o manifiestan en el arte del graffiti su sentir, como el no tener un empleo o plasman imágenes alusivas a su persona.

Esta manera de expresión debe de conservarse limpio, demostrando así que ninguna pandilla rival puede introducirse en su territorio para manchar su pintadas, porqué de lo contrario habrá pelea segura, incluso algunos de ellos se han visto envueltos en accidentes fatales y en ocasiones hasta llegar a la muerte solo por defender su barrio.

El pandillero está orgulloso de su militancia y para demostrarlo se hace tatuajes referentes a la pandilla, dichos tatuajes suponen también un desafío a la sociedad. Ellos se consideran una institución casi anárquica, donde no hay una jerarquía claramente establecida, y la posición de cada uno de los miembros se mira por su prestigio.

Por lo regular se reúnen cayendo la tarde, y a cuando el sol se mete, algunos hasta bebidas embriagantes compran sin importar el día de la semana ya que para ellos es necesario para ambientarse y poderse reunir con música sin importar si resulta molesto para quienes habitan en la zona.

Las reglas internas de las pandillas son muy semejantes de unas a otras, siempre se exige una prueba al candidato al pandillero para incorporarse a la pandilla.

El aspirante tiene que enfrentarse durante unos segundos a tres pandilleros más, si logra salir ileso ya es parte de la pandilla, o bien, tiene que comprar las bebidas alcohólicas durante cierto tiempo para pertenecer a la banda, otras exigen una prueba, el joven ya es miembro del pleno derecho de la pandilla, incluso han llegado hacer actividades extra especiales para sentirse querido y aceptado por los demás.

Organizan bien las actividades que van a realizar, una de ellas tiene que ver con ir a otra colonia a provocar a sus rivales, para quitarles droga, alcohol o simplemente reñir con ellos.

Algunos más se organizan para delinquir robando a negocios, domicilios, vehículos, interior de vehículos, para así revenderlo y sobrevivir a la vida que llevan que es la lucha por mantener el territorio en donde habitan. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org