Las entrañas del poder: El país de la no-corrupción… y otras fábulas

Por Olegario Roldan

Las manos quietas, por favor

No somos iguales 

Por Olegario Roldan

Todo hombre tiene su precio, lo que hace falta es saber cual es.

Joseph Fouché (1758-1820) Político francés.

Quién lo diría: a casi un año de haber dejado la silla presidencial, el paladín de la honestidad, Andrés Manuel López Obrador, comienza a ver cómo su impecable legado de pureza republicana se mancha… ¡y no con mole! Sino con presuntos actos de corrupción que no solo salpican, sino que más bien empapan a exsecretarios de Estado, a miembros de su partido y, por supuesto, a su muy discreta familia.

Sí, esa misma familia que, según el relato oficial, no se beneficia del poder ni se mete en política. Pero que ahora, por esas casualidades del destino —o por el molesto trabajo de algunos periodistas— aparece vinculada a tramas que harían palidecer a más de un protagonista de telenovela, de esas de Epigmenio el “debedor” Ibarra. 

Y lo mejor: todo este lodo ha caído en el escritorio de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien tiene la delicada misión de limpiarlo… sin despeinar el discurso de “unidad” de Morena… good luck babe.

Porque resulta que el problema no es solo con los que ya se fueron, sino con los que siguen ahí, bien acomodados en el poder. 

Morena, la fuerza “distinta” y “regeneradora”, hoy se ve embarrada por escándalos que incluyen desde huachicol fiscal (una modalidad muy original de robo al fisco) hasta nexos con grupos criminales como “La Barredora”, que suena más a equipo de limpieza… pero con antecedentes.

Y cada día sale una joyita nueva… 

Porque si algo tiene esta administración es creatividad: esquemas de desvío que podrían hacer ver a la Estafa Maestra como un error contable, a Segalmex como un mal día en la bolsa, y a la Casa Blanca como una remodelación doméstica sin importancia. 

La Cuarta Transformación, al parecer, también transformó la escala de la corrupción.

Mientras tanto, el expresidente guarda silencio desde su rancho, ese bastión de la ética revolucionaria donde se cultiva la memoria selectiva. 

Y la presidenta Sheinbaum, con un temple admirable, intenta tapar el sol con un dedo sin que se le note el sudor. 

Pero la pregunta continúa: ¿hasta cuándo podrá sostenerse esta ficción? ¿Cuánto más se puede repetir que “no somos iguales” mientras los hechos gritan lo contrario?

El problema de haber prometido ser diferentes es que tarde o temprano alguien se atreva a comparar, y entonces el mito se cae, porque en la tierra de la no-corrupción, resulta que todos tenían las manos limpias… hasta que las metieron donde no debían…

Corrupción.- Abundan las definiciones. La más aceptada es nuestro país es la que nos brinda el Diccionario Político Mexicano: “Corrupción: recurso ilegítimo para alcanzar un fin legítimo, lo cual no sólo justifica al medio, sino termina purificándolo y haciéndolo imprescindible”

Cortesía de – Diccionario edificante y vulgar

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