La sucesión para el 2024 

Por Arturo Ríos Ruiz 

* Morena, las mismas Corcholatas” 

*Enigma en la cancha opositora 

Estamos en las postrimerías de la lucha por la sucesión presidencial, el manejo de la baraja de aspirantes que por ahora la más exhibida es la del partido en el poder, azuzada por el propio presidente que goza con matar el tiempo, aunque sea con conceptos pueriles de carácter inútiles. 

El talante del mandatario siempre informal se ocupa de distractores y lo vimos semana pasada en la que confirmó a sus tres “Corcholatas”, los mismos de siempre: Claudia Sheinbaum, Marcelo y Adán Augusto, antes, simuló apoyo a Ebrard, el mismo día ratificó ante diputados a Adán y cerró con Claudia. 

En términos llanos jugó con la opinión pública y seguidores que se enmarañaron confusos sin saber qué hacer, pues en política el chiste de todo, es saber interpretar los mensajes velados del mandamás para acertar. AMLO es un enigma que ni él mismo se entiende.  

La realidad es clara, hasta ahora son solo tres los macizos en el ánimo del mandatario, los ya mencionados, saldrán perturbados que alzarán la mano sólo para llamar la atención a sabiendas que no tienen ninguna oportunidad, Noroña entre ellos. 

Falta la oposición que como se ve, hasta ahora es incierta: por ahí los panistas, muy abiertos, Ricardo Anaya, que ya fue candidato albiazul perdedor en 2018 y ahora es constante en su autopromoción y soterrado, Santiago Creel, que tiene bajo su control a Marco Cortés. Ambos “Cartuchos quemados”. 

Por el PRI, se promueve con cierto éxito Enrique de la Madrid, hijo del expresidente del mismo apellido, aunque no se sabe si desea la Presidencia o el gobierno de la Ciudad de México. Pero se exhibe indefinido y atrae la atención. Hasta ahora se le nota ambigüedad. 

Por ahí Alejandro Moreno, líder del tricolor soltó sus aspiraciones, pero se le tomó como ocurrencia, es poco agraciado en aceptabilidad. Desde que gobernó Campeche se dio a conocer como un desmedido farsante sin criterio y volátil que pasaba del ataque a la sumisión con descaro y menos pudor. 

Desde el 6 de junio de 2021, se marcó la posibilidad d la Coalición PAN-PRI-PRD que así podrían ganar al empoderado Morena y el resultado fue regular, pero marcado arrebato de espacio al del poder. 

Viene otra prueba interesante en el interés y fijación del presidente por controlar el INE, o desaparecerlo a través de su promoción de la Reforma de la Ley Electoral, que únicamente con los 54 votos del PRI podría lograr y, hasta ahora la posición tricolor está decida a no dejarla pasar. De mantenerse así, será otra derrota a AMLO como ocurrió con la Reforma Eléctrica. 

Estamos en el año definitorio del inicio suspensivo de lo que podría ocurrir en el 2024 y desde hoy estamos atentos a cada movimiento tendiente para la fecha en qué futuro del país quedará definido. Por ahora es un enigma.

rrrart2000@hotamil.com y Facebook 

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