La plaza de los huevones

La capital de Coahuila conocida también como la “Atenas de México” por su gran cantidad de instituciones educativas, surgiendo de ahí grandes pensadores e ilustres poniendo muy en alto el nombre de Saltillo, Coahuila, también tiene sus leyendas y mitos, pero como cualquier otra ciudad cuenta con ese glamour y cosas picarescas con su muy toque mexicano.

Entre sus calles que todavía conserva su muy estilo colonial con sus banquetas y calles de cantera percudidas por el pasar de los siglos todavía se respira ese Saltillo antiguo.

Sus plazas llenas de recuerdos de la gente vieja de cuando eran jóvenes llenaban con palabras dulces y románticas a las que ahora pasan el resto de sus vidas y aquellas nuevas generaciones repiten la misma historia.

Inclusive, muchas de las plazas de Saltillo tienen sus sobrenombres como aquella que se encuentra contra esquina a espaldas del Palacio de Gobierno conocido por las nuevas generaciones como la plaza de los “huevones” que cualquier extranjero o foráneo que preguntara el por qué le dicen así, los jóvenes siempre contestan de manera despectiva: “¡que no vez!.. la cantidad de viejillos sentados sin hacer nada..  más que huevoneando.”

Esa es la versión de quienes no conocen la verdadera historia de ellos pero muy pocos pueden creer que esos ancianos reunidos ahí no tienen otro objetivo más que el de buscar un beneficio o dádivas apostándole a sus edad una justicia del pasado.

A indiferencia del resto de la sociedad y motivos de burla de la juventud, se trata de la unión de los que cada vez menos quedan porque algunos tocan la puerta del cielo y otros sus movimientos torpes o enfermedades propias de su edad les impide continuar yendo para reclamar al gobierno federal el dinero al que legítimamente tienen derecho y les corresponde que de manera alevosamente les fue arrebatado desde 1964.

Esta lucha por recuperar el Fondo de Ahorro, el que les fue descontado cuando se incluyeron en un programa binacional de Trabajo Agrícola de Emergencia, cuando los campos de cultivo estadounidenses fueron abandonados al inicio dela Segunda GuerraMundial y que motivó abrir la frontera a más de cinco millones de jornaleros mexicanos que atendieron esas necesidades laborales de1942 a1964.

Las falsas promesas de recuperar los descuentos que se hacían del diez por ciento a sus percepciones se alargan por el desdén del Ejecutivo Federal y porque pareciera que en cuestiones de política es más urgente atender las necesidades más apremiantes de quienes forman parte del voraz sistema político, que de un anhelo al que tienen derecho quienes entregaron sus mejores años a las labores del campo en el vecino país del norte.

Mientras el gobierno federal le apuesta a la corta vida que les queda para evitar el pago, con el pensamiento cavernario de que sale más barato que se mueran a querer pagarles, también existen la voracidad de falsos líderes que han vendido la idea de que una gestión para agilizar el retorno de ese dinero que les ha retenido, sin explicación alguna por parte del gobierno desde aquel entonces.

Y peor aún, a la mayoría les asalta una angustia adicional, porque muchos de esos falsos redentores de la gestión han desaparecido y con ellos los contratos y otros documentos que avalan antela Secretaríade Gobernación que fueron jornaleros agrícolas o bien, familiares directos.

Ahora, envejecidos y enfermos siguen siendo presa de líderes idealistas y ex políticos que les cobran cuotas para dizque gestionar y agilizar los trámites y a pesar de que algunos han podido recuperar parte de ese recurso, a muchos aún se les adeuda y pareciera indicar que el gobierno le apuesta al paso del tiempo para mermar ese reclamo a la muerte de los beneficiarios directos.

Así historias como éstas se ocultan detrás de esos chascarrillos a los que son objetos por parte de la juventud al no conocer lo que hay detrás de esas miradas perdidas y muecas de disgusto dando testimonio de ese coraje al sistema  político que les ha arrebatado el fruto de su trabajo y los mejores años de su juventud. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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