La lucha que viene en el Edo. de México

La opacidad con la que se han manejado los fondos económicos de algunas instituciones, despierta la suspicacia y la evidente sospecha del uso indebido de los mismos.

El caso de los fondos de retiro del ISSEMYM y los fondos para la jubilación y del FAJAM, en manos del Sindicato de Maestros al Servicio del Estado de México (SMSEM), son emblemáticos.

Desde hace algunos años, se preveía una crisis de sustentabilidad para enfrentar el pago de la jubilación de los trabajadores al servicio del Estado de México. No obstante, dicha preocupación, los diferentes secretarios generales del SMSEM, se encargaron de mitigar la preocupación, aduciendo que el soporte para el pago de este derecho laboral estaba garantizado.

 Durante el trienio pasado, el líder sindical de los maestros al servicio del Estado de México, Abraham Saroné, reiteró de forma casi enfermiza, que las pensiones estaban blindadas pues éstas, eran autosustentadas por las aportaciones de los maestros en servicio.

 Lo cierto es que así debería de ser. Las aportaciones deducidas a los maestros de manera quincenal durante más de treinta años, aunado a las aportaciones del gobierno del estado que de acuerdo a los convenios, está obligado a dar, deberían de haber conformado un fondo, que garantizara los pagos de forma oportuna y eficiente.

Desafortunadamente, la suspensión de procesos de jubilación por parte del ISSEMYM desde el mes de diciembre de 2018 y la falta de pagos de los fondo de jubilación y del FAJAM (  fondo de ahorro para la jubilación y apoyo múltiple), por parte del SMSEM, desde hace más de un año, nos hablan de una terrible crisis financiera en ambos institutos.

En corrillos y de voz a voz, se habla del desvío de fondos y del uso discrecional de los mismos, para sufragar los gastos de campañas políticas del PRI.

Bien haría, el poder legislativo del Estado de México en promover y exigir auditorías externas en ambas instituciones para dejar en claro, dónde fueron a parar los fondos y fincar responsabilidades a los autores del desvío en caso de comprobarse dicha situación.

En el caso del SMSEM, debe señalarse que es durante el ejercicio del anterior secretario, Abraham Saroné cuando se da esta irregularidad. Sin ninguna explicación se suspende el pago de los fondos de pensión y del fajam y no se toca el tema públicamente hasta que cientos de maestros se plantan en el edificio que alberga las oficinas del sindicato y exigen, al nuevo titular de la institución gremial, Juan Manuel Uribe Navarrete, el pago de ambos fondos, que hasta ese momento, lleva un año de retraso.

Y aunque el nuevo titular se comprometió a liquidar el pago de los fondos de pensión o jubilación, el procedimiento para dicho pago deja entrever la sospecha de que los fondos para el finiquito de dicho rubro, no existen, ya que se programó el pago de manera escalonada en forma quincenal, lo que deja entrever que dichos pagos se harán con las deducciones quincenales que se les hace a los maestros en servicio.

No es la primera vez que se presenta un quebranto financiero en los fondos de pensiones del sindicato.

A pesar de estas irregularidades, no se han impulsado hasta ahora, medidas para blindar los recursos y garantizar el uso correcto de las aportaciones de los agremiados.

La corrupción, al parecer, galopa en caballo de hacienda. ¿Hasta cuándo lo permitirán los agremiados?

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