Guillermo Robles Ramírez

La inercia de la población

Por Guillermo Robles Ramírez

El principal problema que enfrentan las autoridades municipales, estatales y federales, es la inercia en que viven todas las comunidades del país. Una inercia que se ve reflejada diariamente tanto en actividades de los ciudadanos para incumplir sus responsabilidades como también la postura que toman para exigir sus derechos.

Ejemplos claros de ello son las largas filas que se forman para el pago al derecho vehicular y antes cuando se pagaba tenencia en nuestra Entidad, después de que las autoridades estatales sacaban un ultimátum de retirar de circulación aquellas unidades que carecieran de su documentación actualizada y placas. Lo mismo sucede con las aglomeraciones cuando algunas cabeceras municipales empezaron a señalar aquellos inmuebles para castigos administrativos por no haber pagado a tiempo el cobro del impuesto predial.

La tradicional actitud de violar los reglamentos de tránsito y vialidad es todo ejemplo de esta inercia, y otros más es el de ofrecer “mordida” a los agentes de tránsito que sorprenden al ciudadano cuando está en la comisión flagrante de la violación a cualquier artículo de reglamento de tránsito o seguridad pública.

Tal parece que la mentalidad de la gente es de que las leyes se hicieron para violarlas, que Hacienda fue creada para evadir impuestos y que las autoridades gubernamentales de cualquier nivel son únicamente títeres de intereses privados.

Esta actitud irreflexiva se ve también en las dependencias gubernamentales, donde la más frecuente es el burocratismo para atender las solicitudes o demandas de la población. Un clásico ejemplo es la recepcionista que está en todo, pero menos en sus responsabilidades, y que se enoja cuando algún ciudadano pide información o tramitación de alguna índole.

A esta lista de patrón de conductas a la que la sociedad y autoridades, equivocadamente lo ha visto como algo normal. Hay que esperar a la avalancha de inercia que se viene durante la actual Administración federal.

Un gobierno paternalista al que ha intercambiado los programas sociales, por recurso directo a la gente. Lo mismo con la desaparición de 109 fideicomisos y fondos, en la que incongruentemente se impulsó como todo un gobierno de una dictadura, es decir, primero impongo y luego lo discutimos. Y para apaciguar a los sectores de la población afectada, el gobierno que encabeza López Obrador, ofrece mandar dinero directamente a los afectados. Aunque en la practica solo una minoría reciben esos recursos y por si fuera poco a cuenta gotas.

Papá gobierno le está enseñando a los ciudadanos una nueva inercia de estirar la mano y que sea el pueblo el que pida que se cubra todos los gastos para vivir, ante la falta de empleo, falta de infraestructura social, y educación en todos los niveles, pero aún más imposibilitando la búsqueda de que los jóvenes puedan gozar de la gratuidad de los estudios superiores o universitarios.

Esta es la inercia de la población. Muchos paterfamilias encontrarán cómodo que sea el gobierno quienes se ocupen de los problemas de las carencias, representando esto una mayor carga económica para las autoridades de los tres niveles puesto que ese sería el fenómeno dominó en donde la primera pieza que cayó fue la del gobierno federal. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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