La cartilla moral y la delincuencia

Es evidente que la sociedad ha experimentado un cambio radical. Los valores que antaño, fueron la base para conformar una ciudadanía respetuosa, responsable y honesta se diluyeron y fueron dando paso a otro conjunto de valores que la  sociedad contemporánea aún no termina de entender y asimilar.

La transmutación de valores, fue efectuándose  de manera silenciosa y discreta. Por ello es que la sociedad sólo se percató del cambio radical hasta que se comenzaron a percibir los efectos de dicha transformación.

La delincuencia, manifiesta en casi todos los ámbitos de la vida social, ha obligado a las instancias  gubernamentales y a la sociedad misma, a implementar medidas y mecanismos para recuperar el estatus moral con que se rigió la población, antes de que detonara la crisis y se desatara la ola criminal que hoy asola a la población mexicana.

Para enfrentar esta situación, el gobierno actual, ha proyectado como medida inmediata, la implementación de una cartilla moral, que tiene como propósito, instruir a la sociedad mexicana en valores.

La intención, aunque meritoria, me parece un esfuerzo que a la larga rendirá resultados poco satisfactorios.

Explicaré el porqué de mi afirmación. Sócrates, eminente filósofo griego, sostenía que nadie es malo a sabiendas, es decir que el mal se practica o se ejecuta por ignorancia.

Una persona, que sepa lo que es el bien, sostenía, difícilmente tenderá a hacer el mal.

El principio sostenido por Sócrates, parece inobjetable, no obstante, los hechos han venido a demostrar que la tesis Socrática contravienen los dichos por él expresados.

Y es que la realidad ha mostrado que no necesariamente el mal, es producto de la ignorancia.

Muchos delincuentes, saben o han sabido con certeza que lo que estaban haciendo, es una transgresión a las normas morales y jurídicas y a pesar de ello cometieron el acto.

Saber con certeza que un acto es malo, no necesariamente es un dique para la contención de la acción.

Teniendo como base estas evidencias, es un hecho que la tesis Socrática, difícilmente puede ser sostenida.

La cartilla moral que impulsa el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, pareciera haberse diseñado bajo la perspectiva Socrática, pues la intención de informar se encuentra, como parte esencial del documento.

Es un hecho que los valores se viven. Cuando los valores promovidos por una sociedad, encuentran  respaldo en la visión de progreso y de éxito personal, éstos, por añadidura, serán adoptados por la sociedad en su conjunto.

Actualmente, valores como el de la honestidad y la justicia, no encuentran respaldo pleno porque la visión de progreso o de éxito, se encuentra sustentado en la idea de la riqueza material.

Quien logra posicionarse laboral o económicamente es considerada una persona  exitosa, aunque los medios para su obtención no sean productos de la justicia o de la honestidad.

La cartilla moral es sin duda, un proyecto digno de elogio, sin embargo, se requiere algo más que un conjunto de acciones de carácter educativo para transmutar la tabla de valores morales que hoy sustenta la sociedad mexicana.