Francisco Tomas Gonzalez

Introducción al pensamiento de Francisco González Cabañas

Por Francisco Tomás González Cabañas

¿Es acaso un defensor, un atacante, ambas y contradictorias cosas a la vez de lo democrático? ¿Pretende el autor salirse de las lógicas binarias que impone el reinado del logocentrismo devenido en razón instrumentalizada? ¿Genera por saturación de propuestas, un diagnóstico que pretende indiscutible de la sociedad que lo circunda y del tejido social que lo considera bucólicamente desecho? ¿El estilo críptico y barroco que lo caracteriza, es una definición de su estilo, una táctica para no asumir su pretensión teórica, un descuido de su intensidad caudalosa como desbordante y poco prolija? ¿Su actividad política práctica lo lleva más a la izquierda o a la derecha, de las que a nivel teórico se aparta de ambas? ¿En cuánto influenciaron en sus postulados su singularidad existencial, corpórea y su cotidianidad económica?

Nacido en una ciudad del norte de Argentina (Corrientes) en 1980, Francisco Tomás González Cabañas debuta con su pluma con un cuento largo “El Salvador” donde el protagonista es el presidente de una Nación en problemas. No será casual, que a sus doce años, sus primeras líneas narrativas tengan que ver con lo político en un contexto democrático.

Pasarán seis años para que en el honorable congreso de la nación se presente su primera novela editada “El macabro fundamento”. Inscripto en facultades de filosofía como psicología, será expulsado de dos instituciones académicas, que incluirán también su paso por las ciencias de comunicación y ciencias políticas. Para no pocos, terminará de forjar un perfil antiacademicista, sin embargo, entronizado en perspectivas de otras lógicas el autor se declarará constructor de conceptos como de ageancimientos, los mismos serán en relación a significados propuestos en la filosofía política, en proyectos específicos para el quehacer político, como en instituciones y corrientes, entre las que se destacan el club mundial de filosofía, la escuela correntina de pensamiento y el centro de estudios Desiderio Sosa, núcleos que van más allá de la cosificación del pensar o del cosificar los caminos de tal búsqueda.


Entre tantas disrupciones, en algún punto transformado ya en un lugar común o de confort, de sus juveniles años cuando creó junto a otros intelectuales el movimiento “anarconihilista”, continúa siendo una constante su accionar en relación a fugar de los circuitos instituidos como los hasta por el mismo construidos.


Apartándose, de la lógica del libro como objeto y finalidad, como el acopiar certificaciones de publicaciones en revistas científicas y especializadas, como disertaciones en congresos y simposios, Francisco Tomás González Cabañas no sólo posee libros editados por reconocidas editoriales que demandan rigores en la ensayística filosófica, como más de una veintena de artículos de su autoría en distintas revistas de diversas partes del mundo, sino que además a sus incontables presencias, físicas como telemáticas en congresos y encuentros, le agrega el haber fundado un simposio de filosofía política en el terruño que lo vio nacer.


El poder de la palabra, el eje conceptual es una piedra basal en su constructo teórico, que corresponderá con su accionar cotidiano. En uno de tales simposios, se le dio el espacio y la palabra a un grupo insurgente que bajo el camino de las armas y la violencia, acepto el convite y la participación en el debate y diálogo de ideas, para después terminar amenazando al propio anfitrión por su permisividad en la convocatoria. A tal punto construye desde su vocación y no dejando de poner el cuerpo y el testimonio en la acción.


Publicado incluso en el continente africano, más precisamente en la República Democrática del Congo, aunará su latinoamericanismo con el africanismo como sectores marginales o apartados de la lógica logocéntrica aún imperante desde la vieja Europa. Sin por esto, caer en las categorías de la emancipación y demás abordajes ya transitados en los setenta, bajo la consideración de la “aporofilia” propondrá tanto el voto compensatorio, como paliativo a la crisis de legitimidad, para integrar la pobreza en el ámbito electoral y a partir de allí concebirla como problema para resolverla, como la cámara de “dipunadores” rescatando el principio de igualdad bajo el sorteo. Detallará en la integralidad de su sistema político y social de organización “La otrocracia” un perfeccionamiento de lo democrático, su reemplazo o superación.


Aquí el autor, ya despojado de todas y cada una de las etiquetas bajo las cuales se le seguirá pretendiendo rotular, incluso mucho más allá del fin de sus días terrenos, será tomado desde los diversos pliegues del que podrán seguir leyéndolo.


No tendrá sentido ahondar en su vida en curso, en sus vinculaciones varias y con distintas significancias con los poderes establecidos y sus administradores o representantes.


En algún punto, así como su período de formación culminó en la diversificación de ámbitos del conocer y del saber, saliéndose de la rigidez de la estructura académica, para luego del tránsito en la orfandad, crear sus propios ámbitos para hacerlos más integrales y participativos, como luego realizó con el libro, más allá de escribir para tal formato o finalidad, sino para hacerlo sin tales objetivos ocluyentes, el ir y venir de sus vinculaciones con hombres y mujeres del poder como de la intelectualidad, lo harán una corriente en sí mismo que aglutina más de una posición que habita dentro suyo, como de los suyos y del tiempo en el que vive.


Tenerlo disponible y a disposición es una ventaja con la que contamos a los efectos de encontrar incluso que tendrá, desde su retórica o discursividad pública, algunos aspectos que serán diferentes o distintos a los que podamos leer en sus libros, en sus blogs, en sus posteos, en los lugares donde lo publican o lo citan e interpretan.


Estimulante, provocador, sui generi, novedoso, liberador como impactante, una voz, una posición, un cuerpo, un nombre y apellido, que se ha salido de sí mismo para interpelarse e interpelarnos con la mirada de frente, ¿Cúan democrático somos o creemos ser en estos tiempos en donde con la indiferencia proverbial ocluimos pensadores y desechamos al pensar como una posibilidad del humano acontecer?

Por Hernán López, escuela correntina de pensamiento. 

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