EZLN – Esperanza fallida

Por Walter Fernando Vallejo Romero.

El 1° de enero de 1994, con la Primea Declaración de la Selva Lacandona, que iniciaba la guerra contra el estado mexicano, y la toma armada de una buena cantidad de presidencias municipales en Chiapas, saltó a la fama mundial el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Los izquierdistas de todo el país le brindamos nuestro apoyo casi incondicional pues lo entendimos como el surgimiento de una luz de esperanza para los indígenas y los pobres y humillados de México. El gobierno salinista respondió con el Ejército y la Fuerza Aérea, en un combate desigual cuya finalidad era exterminar ese brote de rebeldía.

Desde la izquierda reprobamos esa respuesta y exigimos la paz con justicia y dignidad en Chiapas. Salinas dictó entonces una tregua unilateral y el EZLN se acogió a ella. Respaldamos la respuesta que el subcomandante Marcos dio al ofrecimiento de perdón (“¿De qué nos van a perdonar?”), respuesta magníficamente escrita que sintetizaba los anhelos de justicia de muchos mexicanos.

Después apoyamos decididamente las movilizaciones de los neozapatistas hacia el centro del país, en apoyo a los todavía hoy incumplidos acuerdos de San Andrés Larrainzar.

Parecía haber surgido una esperanza de transformación en México, que se uniría al neocardenismo, encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas. La foto de Cuauhtémoc y Marcos estrechándose las manos nos llenó de optimismo.

Pero a poco el neozapatismo comenzó a dar muestras de que no rechazaba ningún apoyo pero no estaba dispuesto a brindar ninguno.

Primero dejaron morir sólo a Cuauhtémoc en la campaña electoral de 2000 y, desde 2005, se opusieron a López Obrador, organizando lo que denominaron “La Otra Campaña”, cuyo único objetivo visible era restar votos al candidato de la izquierda, pues ni siquiera postularon candidato propio. Esto se concretó en una gira nacional en contra de la participación electoral, misma que fue ampliamente apoyada por el gobierno federal, encabezado por Vicente Fox.

Como resultado de “La otra campaña”, 900 mil 373 votantes anularon sus votos y otros 29 millones 583 mil 51 se abstuvieron de votar. Esto facilitó el fraude electoral que impuso a Felipe Calderón en la presidencia de la república. Todavía padecemos los mexicanos las consecuencias de ese fraude.

En la campaña electoral de 2018, el EZLN lanzó la candidatura de la médico tradicional María de Jesús Patricio Martínez “Marichuy”. Su falta de representatividad se denotó en que no logró siquiera reunir los requisitos para ser considerada como candidata independiente. Pese a ello, el EZLN mantuvo su campaña a sabiendas de que cualquier voto por ella sería anulado y mermaría las posibilidades de triunfo del candidato de la izquierda.

En julio de 2018, cuando aún no terminaba el festejo popular  por la histórica victoria de AMLO, desde el sureste llegó un frío mensaje: Diferenciándose de las organizaciones de izquierda, el EZLN anunció: «No, nosotras, nosotros, zapatistas, NO nos sumamos a la campaña ‘Por el bien de todos, primero los huesos’», en alusión al lema lopezobradorista, pero su contracampaña había fracasado.

Hoy, de consuno con la derecha más retrógrada del país, el EZLN se opone a los proyectos gubernamentales encaminados a detonar el desarrollo del sureste mexicano. Rotundamente dice NO al Tren Maya, al Corredor Tansístmico y la refinería de Dos Bocas, calificándolos como “Proyectos de muerte”, sin ofrecer alternativa a cambio y abrogándose ser los únicos e incontestables “voceros de la Madre Tierra”.

Es de hacer notar que durante los 25 años que el EZLN ha gobernado la zona neozapatista de Chiapas, poco han cambiado las condiciones de sus habitantes… pero lo que sí ha cambiado ha sido para empeorar.

Salud, educación, seguridad, infraestructura, etc. están abandonadas por el neozapatismo. Durante su régimen no se ha construido un solo hospital, carretera, entubamiento de agua, drenaje, carretera, escuela, ni nada que implique sacar a los indígenas de la miseria en la que ancestralmente han permanecido. Sólo la inseguridad ha crecido exponencialmente.

A cambio, ha sido notorio su silencio ante acontecimientos como el secuestro y posible asesinato de los normalistas de Ayotzinapa, el incendio de la Guardería ABC, las “contrarreformas” educativa, laboral y energética, la atención con agua a los niños con cáncer, la corrupción galopante, el saqueo inmisericorde de los bienes nacionales, etc. Al ser cuestionados sobre estos asuntos, los defensores del EZLN manifiestan que son cuestiones que no se encuentran en su ámbito, ya que los neozapatistas están ocupados en “construir las autonomías regionales” y en “organizar los caracoles en defensa de la madre tierra”.

Esto denota una enorme contradicción en un movimiento que se autodenomina nacional pero que se desentiende de los problemas nacionales. Bueno, ni siquiera se pronunciaron respecto al golpe de estado contra el presidente indígena de Bolivia, Evo Morales.

Fuimos muchos quienes fincamos grandes esperanzas en el nacimiento del EZLN. Hoy declaramos a esa esperanza como fallida.

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3 thoughts on “EZLN – Esperanza fallida”

  • El pueblo siempre a Sido manipulado para el beneficio de unos cuantos y los que comandan las multitudes llegan a un acuerdo con los que gobiernan el país o el estado

  • A pesar de todo debe buscarse y construirse una interlocución válida, un diálogo urgente y necesario entre el Poder Ejecutivo y el Congreso con el EZLN para evitar un enfrentamiento armado fratricida y lograr levantar Acuerdos Políticos para poder avanzar, venciendo y superando el sectarismo y la animadversión. Sólo el diálogo puede evitar una guerra intestina. Activar los Acuerdos de Larrainzar o un nuevo instrumento político para evitar cualquier derramamiento de sangre que superando la situación actual lleve a la inclusión del EZLN a participar y debatir y discutir realmente los proyectos federales del supuesto desarrollo y progreso de los pueblos indígenas,