Es una ilusión

En nuestro país, el consumo de drogas ha aumentado considerablemente, constituyéndose como un grave problema de salud pública. Esta situación está afectando a las familias, por lo que no debe ser ajena a los padres, ya que sus intereses y las acciones pueden ser efectivas para prevenir el uso y abuso de sustancias.

Ante éste problema social a nivel mundial, las diferentes autoridades de cada país no han encontrado las disposiciones para bajar el alza de los diferentes tipos de drogas en donde los criterios difieren entre legalizarlas o no pero mientras tanto también ha estado creciendo no solo la demanda de drogas sino también quienes la fabrican y tienen el control de éste mercado son los diferentes grupos organizados en donde cada nación la enfrenta a su manera.

Con la reciente decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en otorgarle a cuatro mexicanos el amparo para la autorización que permita la producción y consumo de cannabis para uso recreativo, se ve una posibilidad para que caigan una lluvia de amparos para que se le ordene a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios a que otorgue dicha autorización y aunque solo son especulaciones existe un gran ánimo para quienes la consumen.

Casualmente en noviembre pero del año 2012 se presentó una iniciativa para la legalización de la marihuana a la Cámara de Diputados Federales, en donde se contemplaba que los mexicanos pudieran tener hasta cinco plantas para consumo personal y que la venta se realizara a través de distribuidores controlados que obtuvieran permisos de la Secretaría de Salud.

Todo con la finalidad de tener una ley general para el control de la cannabis para que entrara a un debate y cambiar el paradigma punitiva a una visión de salud pública que contemplara un buen programa nacional de prevención y tratamiento contra las adicciones, y manejar el tema de la marihuana desde la persuasión, la información y la educación esto señalado por el entonces diputado Fernando Belaunzarán, del Partido de la Revolución Democrática.

Iniciativa que se dejó en la congeladora y sin cambios en el Artículo 237 de la Ley General de Salud en donde a su letra dice: “Queda prohibido en el territorio nacional, todo acto de los mencionados en el Artículo 235 de esta Ley, respecto de las siguientes substancias y vegetales: Opio preparado, para fumar, diacetilmorfina o heroína, sus sales o preparados, cannabis sativa, índica y americana o marihuana, papaver somniferum o adormidera, papaver bactreatum y erythroxilon novogratense o coca, en cualquiera de sus formas, derivados o preparaciones. Igual prohibición podrá ser establecida por la Secretaría de Salud para otras substancias señaladas en el Artículo 234 de esta Ley, cuando se considere que puedan ser sustituidas en sus usos terapéuticos por otros elementos que, a su juicio, no originen dependencia”.

El pretender sacar de la congeladora aquella iniciativa del 2012 con la justificación de legalizar la marihuana dizque para acabar con el narcotráfico, es algo tan inocente para quienes lo consideren así de simple, es decir, si hay una venta indiscriminada, especialmente a menores de edad, de alcohol adulterado y cigarros sueltos o de contrabando este hecho es suficiente para derribar la creencia de que el comercio autorizado acaba con el tráfico ilícito. Lo mismo tenemos con el caso del tráfico de armas.

En teoría, un particular puede adquirir legalmente un arma de fuego y un permiso para portarla, pero la realidad es que la mayor parte de los individuos que poseen pistolas las han adquirido en el mercado negro. Bastaría con que hubiera regulación para que cualquier droga, como la marihuana, invadiera el mercado negro y con él la corrupción y la violencia, sin importar que fuera el gobierno el encargado lógico de controlarlas, y de cualquier medida de seguridad que se diseñara para evitar prácticas delictuosas al respecto.

Tan solo en el 2006 en el marco del Congreso Internacional de Adicciones que organizan anualmente los Centros de Integración Juvenil, quedó muy claro que la despenalización de la marihuana en Holanda no resultó en un descenso del consumo como se pensaba, sino al contrario, lo que refrenda la regla infalible en esta materia: A mayor disponibilidad, mayor consumo. Tampoco ha evitado que el consumidor de esta droga migre al abuso de la cocaína o la heroína.

A pesar de lo que se creía, el narcotráfico no desapareció puesto que en sus alrededores de los coffee shops se venden drogas ilegales y estos expendios regulados por el gobierno holandés no sirvieron como punto de atracción para el narco-turismo con todos sus problemas de salud y seguridad. Por eso la despenalización total de las drogas es meramente una ilusión teniendo graves consecuencias. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org

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