Guillermo Robles Ramírez

Es una falacia

Por Guillermo Robles Ramírez

Siempre se ha dicho que la tela y las modas son tendencias. Aunque también el bajar de peso puede ser por una tendencia o una motivación, pero al final del día se trata de algo cíclico como son las fechas cercanas a vacaciones cuando todos quieren lucir bien. Lo mismo sucede cuando se tiene algún compromiso social como una boda de algún familiar o amistad cercana, entre otros.

Todos estas causas o tendencias hasta pueden venir por ciclos de épocas, pues siempre se ha dicho que las modas regresan, pero aun así estas tendencias pueden ser hasta políticas cuando algunos organismos internacionales nos estiran las orejas para decir, como es que nuestro país ocupa el primer lugar de obesidad infantil.

Solamente cuando México es señalado por ojos internacionales es cuando se pone las pilas tanto autoridades como particulares en buscar la mejor dieta para todos nosotros, incluyendo el de los hijos.

Dietas hay muchas como aquella que usan el chicharrón deshidratado, la dieta del nopal, la de arroz, la de atún, la de cerveza que si bien no adelgazas te convierte en un alcohólico potencialmente.

Existe una gran convección entre los nutriólogos principalmente, o bien, tendencias de dietas conservadoras en creer que tenemos los mexicanos la idea de que el pan y las harinas son malas para la salud. Una de las principales fuentes para engordar. Posiblemente sus componentes en base a levadura, azúcar, etc., lo hace más verosímil como la principal causa de la obesidad. Pero contrario a eso la Organización Mundial de la Salud, recomiendan su ingesta en beneficio de la salud.

La OMS, opina que el principal ingrediente del pan es el trigo. Este grano es una excelente fuente de carbohidratos complejos y por tanto de energía, proporcionando igualmente proteínas, vitaminas, minerales y fibra, siendo su aporte de grasas muy limitado.

Su consumo se considera indispensable para que nuestro organismo pueda realizar todas sus funciones, además de que ayuda a la ingesta de vitaminas y minerales, considerado como un alimento muy versátil que puede acompañarse con múltiples alimentos ayudando a una correcta salud.

Dicha organización de salud internacional, indica que al pan se le han hecho en su torno mitos de mala reputación por quienes ofrecen dietas modernas, asegurando que el pan engorda; sosteniendo la OMS que es una falacia, recomendándose diariamente y en cada comida, un trozo o pedazo moderado, porque insistimos, no hay nada malo en la vida, sino lo malo son los excesos, pues existimos mexicanos que nos “atascamos” al día no un pan completo, sino cuatro y en ocasiones hasta cinco o más, en particular a aquellos que nos encanta el famoso “chopiadito” tomando un pedazo de pan con los dedos gordo e índice de una de las manos, luego meterlo en el vaso de la leche y con delicadeza absorberlo con estilo. ¡Ah! qué delicia de ese “chopiadito”.

Lo recomendable, incluye la O.M.S. es buscar los panes de harina integral o entera, pero todo con medida, porque el pan no es malo, lo es su exceso como en todas otras muchas costumbres de los mexicanos.

Por otro lado, la Cámara Nacional de la Industria Panificadora, informa que el consumo de pan por año de cada mexicano es muy reducido si nos comparamos con otros países como Alemania.

En Latinoamérica, Chile ocupa el primer lugar de consumo de pan con un total del 96 por ciento por persona al año, en segundo Argentina con 76 por ciento, le sigue Ecuador y cuarto lugar está México con el 34 %.

Así es que ya sabemos, no es malo el pan de harina, lo que si lo es son las cantidades que se comen, por tanto, todo con moderación y se disfruta más y mejor. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México)
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