Es inexplicable

Por Guillermo Robles Ramírez

Cuando las autoridades municipales de Coahuila dicen que durante su gestión no han concedido permiso alguno para la apertura de nuevas cantinas, bares u otro negocio donde se expendan bebidas fuertes de alcohol, no está mintiendo, creale porque es cierto.

Efectivamente, es inexplicable, pero es la realidad, los permisos o licencias para la venta de vinos y licores ya no los otorgan los municipios. Desde hace muchos años atrás los fabricantes de cerveza acapararon todas los permisos o al menos la mayoría de ellos. Los motivos, de toda autoridad dice ignorarlo, pero la verdad es que saben la razón.

Desde hace años atrás, en algunos municipios ya pasaron 20 o más años y en otros menos tiempo, pero quienes lo hicieron se ¨hincharon¨ de lana dándole a los fabricantes de cerveza en bloques o como dirían a manos llenas, los bloques de licencias y permisos para la venta de bebidas etílicas en bares, cantinas, loncherias, expendios y restaurantes.

Estos señores, los zares del vicio de todos los niveles, son los únicos que deciden a quién darles, bueno más bien prestarle; una licencia o permiso para vender vinos y licores. La única condición impuesta es la exclusividad de vender las cervezas de su fabricación y en cuanto a vinos y licores las marcas con los que los cerveceros están comprometidos o tienen otro tipo de sociedades.

Los coahuilenses que se quejan de que tal o cual autoridad ya dio uno o más permisos para abrir tugurio alguno, ya no se queje en contra de las autoridades municipales, sino ahora debe exigir a los diputados locales para que legislen sobre la supresión de este tipo de negocio porque de lo contrario, de nada sirve campaña alguna contra la inseguridad sino se acaba o reduce infinidad de antros de vicio que son en la mayoría de los casos la guarida principal de distribución de drogas, independientemente de que se convierten en los principales centros de alcoholización para menores y mayores de edad.

Por más que se pregunte uno el porqué se dio esa jugosa y próspera canongía, la verdad es que no se le encuentra explicación; lo cierto es que está mal y debe buscarse una solución en bien de la comunidad coahuilense.

Por eso no es nada extraño que de la noche a la mañana aparece una nueva cantina a escasos metros de una escuela, de una iglesia, de un hospital o en lugares prohibidos y el primero en sorprenderse es la autoridad municipal.

Al pedirse el permiso o licencia al nuevo centro de vicio, se presenta de inmediato éste, con refrendos, renovados y con todas las de la ley.

Muchos de esos permisos y licencias funcionan con copias, en especial en los ejidos en donde de una zona a otra existen hasta tres y cuatro copias de la misma licencia.

Ojalá y a esto que es inexplicable, tenga una explicación cancelando y suprimiendo esos sencillos, pero valiosos permisos que permiten se continúe enviciando y perdiendo a nuestros jóvenes. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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