En “Alito” destino de la GN

Por Arturo Ríos Ruiz 

* Con votos del PRI a Sedena 

* Llegaría el final del tricolor 

El 27 de septiembre, 1821, Iturbide entró a la cabeza del Ejército Trigarante a la Ciudad de México. Se trataba de la primera milicia del México Independiente, con un número aproximado de 16 mil hombres, predominaba en él la vieja oficialidad colonial que se inclinaba por defender una política centralista. 

Tras de la consumación de la independencia, el camino fue largo y peleado, fueron varias décadas, en guerra fratricida. De 1824 a 1855 con 45 periodos presidenciales, definitivos e interinos; el número de pronunciamientos se acerca a la centena, y se promulgaron tres constituciones. Según Estudios de la Historia Moderna y Contemporánea de la UNAM. 

Porfirio Díaz fue presidente de 1896 a 1911, los sucesores fueron 26, de los cuales Emilio Portes Gil fue contador, todos los demás militares, hasta el abogado Miguel Alemán, que llegó en 1946, hijo del general Miguel Alemán González. 

Así fue cómo rescindió la era castrense en el poder en el país y se mantuvieron en los cuarteles en estricto apego a la constitución y de repente eran activos socorristas en desastres y en los tiempos de Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas persiguiéndolos en las Sierra de Guerrero. 

Su regreso triunfal a la vida pública recomenzó en 2018, pero encargados de funciones distintas a su preparación y mandato constitucional y están encargados en ocupaciones muy distantes de su finalidad y aparecen en la escena nacional como los preferidos de la administración. 

Hoy con tranquilidad los altos mandos de la milicia observan con atención la ardua polémica de ampliarse en elementos de la Guardia Nacional en la que hay puntos de vista controvertidos, incluso en el mismo seno del presidente que se esmera en militarizar la institución civil de hecho, no de Derecho. 

Daira Arana, en Nexos ofrece un interesante punto de vista en torno al polémico tema sobre este asunto tan llamativo, preocupación para otros y la imposición de la medida a través del voto de los senadores:  

“Transformar ejércitos en policías no es una tarea sencilla, parece que es una acción prioritaria. Así lo deja ver el presidente, trasladar la Guardia Nacional a la Sedena con un decreto o acuerdo por la falta de condiciones para una reforma constitucional y, además, referir que el traspaso de la GN se llevaría a cabo durante el desfile militar del 16 de septiembre”. 

En el Senado, se requiere mayoría calificada para el objetivo presidencial de GM a Sedena, se requieren 85 votos de 128 legisladores para lograrlo, Morena cuenta con 60, se sumarían 6 de PVEM, 5 del PT, 4 del PES con lo que lograrían 75 y si ya doblaron al PRI 13; obtendrían 88 y con ello se impondría la militarización de la GN. 

Sería el fin de tricolor, decepcionaría a legiones que aún creen en él, similar con lo del 2018, defraudados de la severa corrupción del régimen de Peña Nieto y cobraría actualidad un comunicado que circuló en ese año antes de las elecciones: Qué el PRI se esfumaría y quedaría Morena fortalecido que ya está. “Alito” está a un paso de reivindicarse o quedar como un traidor en la historia. 

rrrart2000@hotmail.com y Facebook  

Deja un comentario