Claudio Montaño

El control parental, un artilugio en desuso

Por Claudio Adrián Montaño Mier

La familia proporciona unos valores que quedan para toda tu vida. Una familia unida y llena de amor es el lujo más difícil de conseguir. 

Daryl Hannah.

Este fin de semana se estrena en los cines de México la película con el titulo original The Joker en inglés, El Guasón en español, dirigida por Tom Collins, protagonizada por Joaquín Phoenix y Robert De Niro. Se anticipa una película cruda y muy violenta que muestra la evolución de una mente trastornada. Por la violencia, el lenguaje, las escenas de sexo o su simulación y el uso de drogas alcohol y tabaco durante la trama, la Secretaría de Gobernación a través de la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC) regula la calsificación de las peliculas que se proyectan de acuerdo a la edad. La película de Joaquín Phoenix tiene una clasificación B15, que indica que esta dirigida a un público mayor de 15 años de edad.

Hasta aquí mi texto parece el inicio de un reportaje en una revista de espectáculos, esto cambia cuando vemos en las salas de cine a niños menores de 15 años donde se exhibe dicha película; algunos salen con sus papás, otros con amigos y algunos solos. Dicha clasificación, más que una prohibición, es una herramienta que orienta al público a reconocer las características de dicho filme.

Una de las herramientas que posee cualquier televisión es el control parental, una parte de la programación que permite bloquear el acceso a ciertas clasificaciones para que los menores no puedan verlos sin supervisión, sin embargo, el control parental se remota a muchos años atrás de la invención de este aparato. Cada papá o mamá, ejerciendo su buen juicio, permitía o no el acceso a sus hijos a los contenidos adecuados para ellos. De esta manera, cuando niño, podía ver el cómic “Capulinita a color” o “Memín Pinguin”y no los cómics de “Hermelinda linda” o “Aventuras de Aniceto”; de la misma manera que había un horario para ver la programación televisiva y un horario no apto para niños.

Muchas veces cuestioné la restricción a ciertos contenidos, y no fue sino hasta que tuve mis propios hijos y la experiencia docente donde comprendí la verdadera importancia de que cada padre de familia ejerza el “control parental” en todo aquello que pudiera alterar el natural desarrollo de los pequeños.

Las mentes jóvenes son susceptibles a cualquier influencia del exterior, aun no han desarrollado un criterio para diferenciar la violencia, el bien o el mal. Esto no quiere decir que no sean capaces, pero aun requieren del acompañamiento de sus padres, de los adultos que a través de la experiencia han llegado a la madurez para orientar a las jóvenes generaciones en el camino de la toma de decisiones.

El control parental es una utilidad que tiene el objetivo de proteger a nuestros hijos de cualquier riesgo, en el caso de nuestra vida cotidiana, los padres asumen el control para evitar las vulnerabilidades que encontrarán en nuestro camino: las actividades fuera de casa que realizan, con quíen se relaciona, con quíen tiene contacto en redes sociales, la ropa que usa, las películas que ven, los videojuegos a los que tienen acceso, la hora de dormir, las golosinas permitidas, las lecturas que realizan, etc.

Podemos caer en la pretención de ser amigos de nuestros pequeños y eso es un error, son nuestros hijos y nosotros somos los padres, asumir nuestro rol de autoridad en casa es fundamental en el desarrollo de su integración en la sociedad, pues esta es una de las tareas que debe cumplir la familia. Un estudiante sigue en la escuela los patrones de conducta inculcados o asimilados en su hogar, si relajamos la aplicación de las normas, lo harán en cualquier ambito donde participen. En la escuela conocemos a los padres a través del comportamiento de los hijos.

No teman invadir el espacio de sus hijos, si lo hacen con amor y con el noble interés de protegerlos, dialoguen, negocien, expliquen y, por encima de todo, no deleguen a las redes sociales o a la televisión su hermosa tarea de educar ciudadanos.

«Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres»Pitágoras

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