Guillermo Robles

El agua no se le niega…

 

Por Guillermo Robles Ramírez

Doy por hecho que las actuales generaciones, al menos los que viven dentro de las zonas urbanas de los 38 municipios de Coahuila, desconocen que en los años muy del pasado, todos sin excepción bebíamos agua directa de las tuberías de la red domiciliaria de distribución de este líquido.

            Considero que al menos muchos que pertenecen a mi generación fuimos de los últimos que tomábamos agua directamente de la llave dentro de la casa o afuera sin que tuviéramos pendiente de alguna enfermedad.

            Recuerdo cuando la primera vez que escuché que eso cambiaría y que posteriormente se vendería el agua en garrafones de vidrio, algo que en aquel entonces en mi adolescencia pensé que se trataba de alguna broma y me resultaba hasta absurdo.

            Posterior y poco a poco, comenzaron aparecer los conocidos garrafones de vidrio, para después cambiarlos a envases de plástico con agua llamada en ese entonces como “Agua Electropura”, probablemente porque así se identificó la primera marca de venta en garrafones del agua.

            No recuerdo en el caso de Coahuila hace justo cuantos años llegaron los garrafones de agua “Electropura”, teniendo una ligera idea por ser todavía muy joven.

            En Torreón empezó a escucharse sobre la famosa agua “Electropura” que la compraban, al menos en esas épocas, los “ricachones”, los demás nos prendíamos de las llaves de la casa, de la manguera del vecino cuando regaba el jardín del frente de la casa o se “barría” a “manguerazos” las banquetas, pero en aquel entonces siempre era un buen momento de tomar agua, y si fuera hasta de la lluvia también se hacía.

            Allá por l991 al igual que a otros países de Latino América, en México se registraron los primeros casos de cólera, enfermedad que se dijo su principal contagio provenía del agua común y corriente o sea la que llegaba directamente por las tuberías de las tomas domiciliarias.

            A partir de ese año empezó el desorden y desaforo de los mexicanos por el agua embotellada a tal grado que en la actualidad además de ser un multimillonario negocio para empresas certificadas sanitariamente y otras piratas que sin miramientos y concretamente por lo que hace a nuestro Coahuila, la falta de vigilancia permanente hay desalmados “comerciantes” de agua “dizque” “Electropura” (que se empezó a usar indebidamente como un genérico) porque es sometida a un proceso especial y particular para la potabilización de este líquido que el llenado de los garrafones que dicen son de 20 litros, pero la realidad solo contienen 19 litros, se viene haciendo y seguirá, en casas particulares con un “modernísimo y tecnificado sistema” que es con una simple manguera directo a cada garrafón.

            Esto no es inventado por este columnista, aunque ocasionalmente se hacen inspecciones y esto cuando hay quejas de distintos tipos por los compradores, hay algunas ciudades de Coahuila en donde inspectores de Salubridad Estatal, han clausurado y aplicado sanciones económicas a algunos “industriales aguadores” por ser sorprendidos vendiendo agua “Electropura” y que viene directo de la llave domiciliaria, como antes se ingería.

            Aunque personalmente me ha tocado observar por simple casualidad, de quienes hacen el relleno del vital líquido, en arroyos que colindan en carreteras estatales en donde descaradamente llenan garrafones y hasta pipas de agua para posteriormente venderla. Ahí no más se paran en la orilla de la carretera los vehículos para hacer el abastecimiento de agua que escurre de los arroyos y que a simple vista la toman, y aunque no puedo asegurar el destino final todo me hace suponer que se trata para uso comercial.

            En más de una ocasión, el titular en turno a la Secretaría Estatal de Salud, ha declarado que el agua de la llave es totalmente potable y lista para beberse de manera directa o sea al muy antiguo estilo de “pegando la boca en la llave”. Al menos en Administraciones pasadas del Gobierno del Estado se ha publicado que Coahuila cuenta con el 98.5 por ciento de agua potable en todo su territorio.

            Hago toda esta historia porque acaba de publicarse que México es el país del mundo que tiene el mayor consumo de agua embotellada. Lo anterior avalado por firmas como Fan México, Euromonitor International y Kantar Worldpanel en años anteriores y para el 2020 cuando se conmemoró el Día Mundial del Agua, los mexicanos liderábamos de los que más compramos agua en Latinoamérica, siguiéndonos Centroamérica, Ecuador, Bolivia y Perú.

            Los mexicanos representamos el 13 por ciento del total mundial de consumidores de agua embotelladas teniendo el mayor consumo Per cápita, con 174 litros de agua embotellada por año.

            El Fondo Mundial para la Naturaleza, opina que el agua embotellada es común y corriente a la que se nos vende y compramos de manera alarmante en los diversos envases de plástico desde 250 mililitros y hasta el enorme garrafón de 19 litros.

            Las mismas firmas que dan números sobre el gran negocio, señalan que los factores principales que nos ha convertido a los mexicanos ser bebedores compulsivos de agua es la desconfianza en la calidad del agua de la llave y su escasez en algunas regiones, además del mal servicio público en la distribución de agua domiciliaria, los impuestos a las bebidas azucaradas, una macro tendencia al consumo de algunos productos más saludables y a la falta de regulación. ¿Será?  (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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