Discapacidad de conciencia

Por Guillermo Robles Ramírez

Durante años, ha sido notoria la cantidad de placas vehiculares para gente discapacitada, al menos así son identificadas, aunque en gran parte de los vehículos portadores de esas “concesiones”, generalmente no son conducidos por personas inválidas.

Este problema y abuso se ha mantenido en Coahuila, sin que las autoridades de ningún nivel le han puesto un alto y, por el contrario, lo fomentaron y permitieron con el disimulo y hasta complicidad, claro, con una buena gratificación económica entregada entre algunos de los empleados de la dependencia que extiende esas placas.

Muchos de los dueños de los vehículos con placas de discapacitado, llevan bastante tiempo disfrutando de esa canonjía al hacer el plaqueo sin mayor exigencia que pagar y pedir una “renovación” y, lógico, sin faltar la “mordida” o chantaje, aunque en muchos de esos “renovadores” ya falleció el familiar por quien pedían la tan codiciada placa de minusválido.

Tan solo en el 2012, se extendieron 11 mil juegos de placas dizque para personas con problemas de movilidad y en el 2015 llegó a incrementarse a 19 mil, algo así como un 80 por ciento más de discapacitados, esto dicho y confirmado por el ex funcionario, Roberto Díaz García, quien estuvo al frente en el pasado de la Administrador Fiscal del Estado.

En el 2016 se incrementó en 400 % más la solicitud para la entrega de laminados para personas con discapacidad. Aunque también hay que decirlo se endurecerán los trámites exigiéndose un certificado médico y una carta notariada sobre la existencia del familiar discapacitado y demostrar que el vehículo está a nombre del inhabilitado físicamente.

Como se puede observar cada año siguen incrementándose las solicitudes de este tipo de placas que en teoría son exclusivo para personas o quienes realmente tengan una discapacidad motriz o de movilidad.

Sin embargo, una cosa es lo que se dice y otra cosa lo que se pone en práctica, ya que quienes terminan beneficiándose son aquellas personas que sufren de discapacidad de conciencia, que son aquellas personas que, por flojera u obesidad, quienes utilizan no solo el laminado y espacios asignados para personas que realmente tienen una discapacidad motriz.

Desde hombres y mujeres jóvenes a adultos sin llegar a la tercera edad, con poder adquisitivo y con vehículos de alta gama demuestran su poderío e influentísimo al portar una placa especial o discapacidad de movilidad, y estacionarse en los cajones especiales y asignados para este sector de la población. Pero lo peor de todo es que los conductores y conductoras, siendo más frecuente en el último mencionado, se bajan sin presentar problema alguno para caminar y sin compañía de nadie, es decir, tampoco se observa que baje una persona que tenga alguna imposibilidad de poder caminar por sí solo.

Está muy claro que cada vez que se renueva placas o laminas, no se actualiza las ya existentes y simplemente se vuelven a entregar, aunque ya hayan fallecido las personas con discapacidad o bien que se haya obtenido a través de la clásica mordida, aunque en esto último no se pueda comprobar pero como  popularmente, “piensa mal y acertaras”, o bien como se explican los coahuilenses la existencia de discapacitados de conciencia.

Las autoridades recaudatorias del Estado, es posible que no deseen rascarle mucho al asunto, porque de ser así saldría más pus o sea podredumbre que siempre ha existido en el plaqueo y replaqueo con los “gestores” de siempre que acostumbran hacer su agosto, contando en complicidad con empleados de esas áreas públicas que dan el “visto bueno”.

Hay oficinas de Recaudación de Rentas en las distintas Regiones de Coahuila, que gracias a esos “gestores” se han regularizado hasta vehículos de Onappafa, lo que confirma que eso de las placas para discapacitados, es simple migaja.

En principio, no hay dudas de que los nuevos requisitos de cada año endurecerán los trámites para en realidad dar ese beneficio a los verdaderos discapacitados, quedando a medias la disposición al no exigir renovación de documentos a los que ya tienen las anheladas placas y de ser así: ¿Qué está sucediendo?  (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org

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