Desafío: Deformación Abismal

*Deformación Abismal
*Compromisos Ocultos
Por Rafael Loret de Mola


En materia de justicia y política no basta sólo con plantearse inocente: es necesario demostrarlo. Durante tantos años de escribir y analizar a nuestros políticos he constatado algunas de sus conductas recurrentes sin importar filiaciones partidistas:

1.- A las denuncias periodísticas reaccionan como fieras heridas, defendiendo sus territorios, sin explicar a satisfacción los señalamientos que los exhiben. Mucho más cuando se trata de elementos cuyos mensajes van dirigidos a favorecer a una causa contraria o están sujetos a las empresas en donde trabajan; suponen que éstos reciben líneas –no siempre ocurre ello-, y negocian con las respectivas cúpulas.

2.- Desde luego, ignoran los sustentos porque se saben intocables, no sólo desde el gobierno sino también desde la oposición. Por ejemplo el caudillaje que recaló en el presidencialismo es equiparable al mesianismo de quienes, desde la oposición, se pretenden o pretendían tocados por el dedo divino para redimir a México de sus males ancestrales así sea tirando piedras y escondiendo las manos. El caso más visible –aunque terminara con una disculpa poco usual- fue el del zacatecano Ricardo Monreal Ávila, por ahora adorador de López Obrador, quien será recordado por denunciar, entre nosotros, la presencia fantasmagórica de los muertos vivientes. ¿Y por qué no habla, ni siquiera tangencialmente, de los posibles narcos favorecidos por los operativos en los que se les presenta como cadáveres? Integran el que llamo “cártel del paraíso”.

3.- Pasado el tiempo, y cuando dejan de ejercer cargos o pierden convocatorias, comienzan a revelarse, con exactitud, cuanto de malo fue denunciado a tiempo sin tener el oportuno eco de la justicia; a veces la tarea se empantana porque saltan como chapulines de un plato a otro: tal es el caso de los falsos “izquierdistas” entre ellos el siniestro Manuel Bartlett –el mayor represor durante la época del priismo hegemónico-, convertido ahora en director de la CFE y miembro del PT ; cuando fue secretario de Gobernación, trabajó a la par durante el sexenio del extinto Miguel de la Madrid, padre de la “cofradía de la mano caída” cuyo mayor representante en la actualidad es, precisamente, el yucateco Emilio Gamboa por ahora al margen.

4.- Se ha dicho, hasta la saciedad, que una de las claves de la estabilidad política del país se debe al derrotero de la impunidad. Esto es, cómo se protege a los ex mandatarios –y a algunos de sus peores secuaces-, la historia sigue, sin remedio, dejando episodios pendientes de resolver cuya gravedad es evidente a la sombra de los hechos sucintos; por ejemplo, recientemente, tras la salida de Calderón, nos preguntamos cómo es que nadie procede contra él después de la aprehensión del abyecto Genaro García Luna quien se dio el lujo de mantener, casi en calidad de rehén sexenal, al esporádico maestro de har-bar –no Harvard porque se trató de un error de imprenta de lo más notorio-, para evitarle las nostalgias de las célebres tardeadas de Los Pinos con la Puerta Cuatro lista a recibir damiselas, jovencitos y cantores de toda índole para hacerle feliz la vida al mandatario predecesor. Y Margarita, su consorte, lo sabía: por eso abandonó la residencia oficial en varias ocasiones hasta que estimó necesario hacerse su propia propaganda para cuanto pueda suceder en el futuro. ¿Con ello “se ganó el corazón de los mexicanos” como tituló una revista “del corazón” española días andas de su mudanza a Nueva York? Por Dios, ¡qué poco nos conocen en el primer mundo! Porque cualquier minoría enseguida se cuelga la etiqueta del “todo México” despreciando a los demás.

5.- Hace tiempo, Pablo Reynah Martínez, quien cubrió para Televisa el montaje prefabricado por García Luna durante la aprehensión de la banda de los “Zodiacos” a la que pertenecía la francesa Florence Cassez –a la que tanto odia la derrotada panista y otrora respetable Isabel Miranda de Wallace, como si se tratara de un pulso personal-, me pidió que hablara sobre el destino de García Luna, supuestamente quien le encargó cubrir, en vivo y en directo, el aseguramiento “de una banda de secuestradores” a la que Florence había sido llevada por los intricados senderos del amor a conveniencia. No está libre de pecado…pero no tanto al grado de ser partícipe de los mayores ilícitos. Y, sin embargo, ninguna instrucción se ha girado, hasta la fecha, para indagar la cuestión y, de paso, recomponer la relación diplomática bilateral con Francia, como lo hicieron los presidentes Peña y Hollande. Y ahora el tema se ha convertido en uno más de los pretextos para linchar a los informadores.

¿Tal fue el compromiso para facilitar la transición política sobre los escándalos de quienes descubrieron el hilo sucio de la historia –el despilfarro económico, pecado en que también incurrieron los acusadores perdiendo con ello autoridad moral-, y pretendieron anular unos comicios en donde el ganador en 2012 les sacó, nada menos, tres millones de votos? No hablamos de medio punto porcentual, como en 2006, cuando cualquier inducción –reconocidas las del entonces presidente Fox y los empresarios- pudo haber modificado la tendencia hasta por un millón de votos; tal fue la apuesta fraudulenta que se cumplió a cabalidad.

La Anécdota

Cuando conocí a Andrés Manuel, en 1997 allá en Villahermosa –donde desayunamos en el Camino Real-, me dijo:

–En 2000 ganará la derecha; pero después seguiremos nosotros… en 2006 –en las elecciones que ganó sin ser reconocida su victoria-

Tardó doce años más… pero el pronóstico se cumplió pese a todo y por desgracia.


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