Desafío: Con el Mundo Encima

  • Con el Mundo Encima
  • Fraudes con Vacunas
    Por Rafael Loret de Mola

Los temas nacionales parecen pasar a segundo término, pese a las enormes tonterías y barrabasadas cometidas por López IV en los últimos días -su derrota en la Cámara Alta que detuvo el proyecto de militarización por el momento-, al encuentro con las convulsiones internacionales y por supuesto, entre ellas, la invasión de Rusia a Ucrania que escala niveles francamente angustiosos.

El presidente Biden, de los Estados Unidos, declaró, ahora sí con claridad meridiana, que la respuesta de su gobierno sería “definitiva” si el señor Putin insiste y se atreve a lanzar un ataque nuclear contra KIEV. Tal sería lo que derramaría el vaso con destino seguro a la tercera guerra mundial que devastaría al mundo conocido. La advertencia, de ninguna manera, puede tomarse a la ligera.

De allí la importancia que cobran las recientes declaraciones del embajador Ken Salazar poniendo los puntos sobre las íes. Él, pese a su jerarquía diplomática y su insistencia, parecía ignorar los severos conflictos que se avecinan al constatarse que Ucrania ha recuperado posiciones agitando la soberbia del líder ruso quien no puede tolerar que sus tropas no hayan sido eficaces en el proyecto de arrasar las principales ciudades de la nación invadida y dividida.

Esta circunstancia obliga a repasar, una por una, las causas de la beligerancia que vuelve a poner en jaque, y de qué manera, al mundo entero. Ucrania comienza a festejar por anticipado y su presidente Volodimir Zelensky está dispuesto a enfrentar al poderío ruso porque se siente acompañado por el imperio más poderoso del mundo, el norteamericano, y sus aliados que, como alguna vez dijo George Bush junior, o juegan a favor de Estados Unidos y sus amenazas, hasta ahora, o serán vistos como enemigos.

En esa tesitura, la intervención del gobierno mexicano se antoja pro-rusa y se salta el contexto. El canciller, Marcelo Ebrard, aprovechó la tribuna de la ONU para dar a conocer la propuesta de AMLO en el sentido de enviar a negociar al Papa, al primer ministro de la India Narendra Modi, y al secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, con Zelensky y Putin en un cuadro verdaderamente de furia creciente. Andrés no se postuló porque para viajar al extranjero debe pasar antes por un enorme letargo para entender la situación.

El mandante mexicano entro a la vorágine sin que se moviera nadie de su asiento porque, en el fondo, no tiene la fuerza necesaria para intervenir y, además, es evidente que Ebrard, para los demás miembros de la ONU, no ser quien expresara una ponencia tan grandilocuente. Debió ir AMLO para darle fuerza, en todo caso; pero, una vez más, mostró su cobardía. Y el archivo de incomprensibles actitudes de los presidentes de México creció un buen tanto.

La Anécdota

No hubo vacuna “Patria”, una de las mayores mentiras de la administración actual. ¿Cuánto nos costó esta embarrada de demagogia? Se compró una patente inútil y se empezaron a elaborar algunas dosis en los Estados Unidos que NUNCA llegaron a México en lo que representa acaso uno de los mayores fraudes de la 4T.

Para colmo, según la investigación periodística, se tiraron al desagüe cinco millones de vacunas por haber caducad sin considerar los daños al medio ambiente y a los seres humanos quienes, los más pobres -¿no es éste un gobierno para ellos?-, solo hierven las aguas negras para tomarlas mientras en las zonas rurales se usan para regar plantíos útiles y hasta los destinados al mercado de las drogas. Toda una proeza.

Pero, además, 856 mil dosis de las vacunas contra el COVID-19 “desaparecieron”. ¿Qué sucedió entonces? Un siniestro negocio con la salud de los mexicanos y obviamente dirigido por el doctor muerte, Hugo López-Gatell, llamado por Andrés y sus deslices monárquicos, “el zar de la salud”.

No puede concebirse un robo a los mexicanos más perverso.


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