Desafío

*Soberanía Secuestrada
*Otra vez, la “Quiebra”
*En Memoria del Saqueo

Miguel Ángel Mancera Espinosa, jefe del gobierno del Distrito Federal, en un tono más de candidato que de gobernante, esto es tratando de buscar la conciliación desdeñando las graves afrentas contra el Estado de Derecho, asumió que no caerá en provocaciones ni buscará la confrontación con los grupos disidentes, en este caso los maestros rebeldes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, misma que fue opositora a la “maestra” Elba Esther Gordillo y ahora siguen empecinados en defender las posturas de ésta, aprehendida y supuestamente enferma en la torre médica del penal de Tepepan, quienes no entienden, o no quieren hacerlo, que encima de sus propios intereses –si es que éstos, en serio, se ven perjudicados- están los del colectivo y, sobre todo, los de las nuevas generaciones a ellos encomendadas.
¿Dónde está el sentido patriótico de quienes convergen al caos, asumiendo que con ello defienden sus derechos –no es así, desde luego-, a costa de atentar contra el patrimonio nacional –como lo hicieron en Oaxaca durante años-, y sitiar las instalaciones de los poderes Legislativo y Judicial –sólo les falta Los Pinos pero allí hay blindaje de sobra-, para exigir, entre cosas, no ser evaluados porque saben que, sencillamente, no podrían aprobar un examen sobre los mínimos posibles de conocimientos. De estar seguros de sus propios méritos y capacidades, ¿por qué temerían a la evaluación que tiende, claro, a mejorar los niveles de enseñanza de los niños mexicanos en un mundo tremendamente competitivo y en donde no hay espacios para la mediocridad galopante ni que salga a la calle con mil pancartas ridículas?
Veamos las cosas, serenamente, sin apasionamientos. No caben las arengas sobre supuestas banderas sociales cuando se coloca al gobierno de la República en un tremendo predicamento: tolerar ser secuestrado por centenares de mentores manipulados, alejados de las aulas y de sus deberes con el país; o reprimir con consecuencias impensables para la paz pública y el resurgimiento de la demagogia andante de cuantos buscan cualquier traspiés para vender sus postulados políticos y convertirse en héroes de los caídos. Por cierto, en este punto, cabe volver a subrayar que a la aprehendida “maestra” Gordillo no la defendió nadie, ni siquiera entre sus familiares y supuestos amigos del sindicato por él encabezado durante cuatro sexenios, desde que fue promovida y arropada por Manuel Camacho Solís con el aval de Carlos Salinas para ser exactos, pero sí l hace, de alguna manera, la CNTE con sus agremiados tuertos a quienes no les importa exhibirse en el lado opuesto, esto es como instigadores de las posiciones chantajistas de Elba Esther, vista por esta misma organización como una cacique insoportable en el mar proceloso de las negociaciones políticas soterradas. ¿Cómo olvidar aquella imagen en la que ella alzó la mano, en señal de victoria, del usurpador calderón –minúsculas-, en julio de 2006, cuando aún el Tribunal Electoral Federal (TRIFE) no había dictado su veredicto? Y calderón mantiene su andar por suelo mexicano, pavoneándose como si fuera un ex presidente digno –no lo es bajo ninguna circunstancia-, sin siquiera ser investigado por los cien mil cadáveres sembrados a su paso o por la depauperación colectiva, su herencia más deleznable, en una suerte de espejos que tiene como reflejo a la más abyecta impunidad.
Comentando, en esta semana, sobre los bloqueos y desmanes de la CNTE –sus dirigentes niegan que los peores incidentes los hayan protagonizado ellos a pesar de múltiples actos anteriores coincidentes-, con un grupo de abogados, subrayaron que, desde la década de los setenta –esto es luego de las matanzas de Tlatelolco en 1968 y el Jueves de Corpus en 1971-, se abrogó el delito de “disolución social” porque tal había sido servido de pretexto para la represión de una juventud, desde entonces, sujeta por el cuello y las manos extendidas de Díaz Ordaz y echeverría –también en minúsculas como solía escribir el mismo apellido su predecesor, Gustavo Díaz Ordaz, como consta en un documento que mantengo bajo siete llaves, como una censura a su actuación lastimosa y genocida-, pero no el de subversión, como comentamos ayer, que tiende a castigar a quienes alteren el orden público y desconozcan al gobierno constituido. Digamos, los últimos en proceder de manera abierta en este sentido fueron el EZLN y sus comandantes, entre ellos el “sup” Marcos, al gritar su ¡Ya basta! en los albores de 1994, el año de la barbarie; pese a ello, once días después el movimiento devino en lo que he llamado la “única guerrilla pacifista de la historia”; y así, hasta ahora, por fortuna.
Por cierto, Mercedes del Carmen Guillén Vicente, quien reconoció ante mí, hace años, ser hermana de “Marcos” hablándome de las incursiones de éste por Ciudad Victoria y Tampico, su lugar de nacimiento, ha tenido larga carrera política dentro del PRI y es ahora, nada menos, subsecretaria de Migración, Población y Asuntos Religiosos en la Secretaría de Gobernación. No sabemos si el cargo tiene que ver con la mitología de Marcos, el evangelista o su hermano, o es a cuenta de las confusiones, paradigmas y lugares comunes de una política siempre zigzagueante y con un hilo conductor: aparentar que somos demócratas con simbolismos que se derrumban al primer soplido. Por cierto, Mercedes del Carmen, a quien llaman “Paloma” sus allegados, tiene un aire de parecido con la señora Marta, la de las “muchas faldas”, por ahora en fase de tregua.
Volviendo a la Coordinadora magisterial, otrora opositora al cacicazgo y ahora en apariencia nostálgica del mismo, es evidente que ha violentado no pocos de los principios fundamentales sobre los que se asienta la vida republicana. Esto es, bloqueó las instalaciones del Congreso y el poder Judicial, tratando de contrariar con ello la obligación constitucional de los legisladores en constituir un periodo extraordinario d sesiones, previo al ordinario que comenzará después de la presentación del informe presidencial ceremonia reventada desde septiembre de 2006 cuando Fox fue obligado a dejar su documento en el vestíbulo y obligado a salir por piernas aunque cumpliera con el requisito constitucional de la “entrega” pero sin posibilidad de usar la tribuna camaral –una paradoja si recordamos cuantas veces la ocupó de manera alevosa para exhibir, no sin razón, al usurpador salinas –escribámoslo igualmente en minúsculas-, y a los alquimistas que le brindaron toda protección, sobre todo el hoy “izquierdista” Manuel Bartlett, ex gobernador priísta de Puebla y ex secretario de Gobernación, el mayor represor de líderes políticos y de opinión desde la época del “chacal” Victoriano Huerta. Gran antecedente el suyo.
¿Se dan cuenta, amables lectores, de las múltiples paradojas de nuestra historia reciente? Y es que ninguno de los nombrados, pertenecientes a una clase política antidemocrática, en cuanto a que perdió la perspectiva de la representación popular, ha procedido conforme a los propósitos de la comunidad nacional sino, más bien, al contrario. Recuerdo, por ejemplo, cuando el gran simulador, Ernesto Zedillo, quien fue el mexicano más votado durante dieciséis años hasta que aparecieron los monederos de Monex y los bonos de Soriana, insistió en que su deber no era ser popular sino eficaz, cumpliendo así con su deber de preservar cuanto él consideraba indispensable, sobre todo la bienaventuranza de los grandes capitales. No tenía razón porque olvidó un principio rector de la Carta Magna: “la soberanía radica esencialmente en el pueblo…” Por tanto, el mandatario –quien obedece- no puede contrariar la voluntad del mandante, el pueblo soberano, aunque no le guste. La distorsión fue tremenda y, desde entonces, sufrimos las consecuencias.
Ahora mismo, el señor Mancera, jefe del gobierno defeño, electo por una mayoría incuestionable, falta al principio toral de preservar las instalaciones del gobierno de la República y obliga, claro, a repasar si es conveniente que la policía y la procuraduría del Distrito Federal tengan o no el aval del gobierno federal considerando que su sede es la ciudad de México y no puede lo más estar sujeto a lo menos por una lógica inapelable. Y menos cuando ello obedece a fines proselitistas evidentes y distantes del cumplimiento del deber. Primero, los votos de los radicales; después, el servicio a las mayorías; insisto, mayorías, porque ningún partido político puede decirse que concentró, a nivel federal, la mitad más uno de los sufragios emitidos en 2012; por ende, juntando los votos de los demás se obtiene el número suficiente de electores para oponerse a lo que ha dado en llamarse la “primera minoría” que gobierna así desde el año 1994 con todo y los diecisiete millones de votos obtenidos por Zedillo. Es cosa de sumar y juzgar.
Debate
Por otra parte, la economía se va a pique… para no ser menos a los consorcios dominantes de allende el mar. O, mejor dicho, por efecto de la reconquista que, cada vez, está más institucionalizada y protegida por las altas autoridades. La iniciativa de reforma energética es buena prueba de ello: no olvidemos que la “accidental” muerte de Juan Camilo Mouriño en noviembre de 2008 se dio en un entorno en el que la empresa española Repsol negociaba su posible fusión con PEMEX para disgusto de las grandes compañías estadounidenses. Dos meses después de la tragedia del Lear Jet, el señor calderón se reunió, en Londres, con los ejecutivos de la Shell estadounidense y los planes cambiaron diametralmente precipitándose, en una caída tremenda, las acciones de Repsol hasta en un treinta por ciento. ¿Ustedes creen en las casualidades? Este columnista, no.
¿Qué va a suceder si la protesta social sube de tono y se le une a la de los maestros disidentes que no quieren trabajar? La confusión sería máxima pero los partidos contrarios al peñismo sacarían buena “raja” de ello aunque nos debilitarán, en conjunto, frente a quienes apuestan por el “estado fallido” y ven lejana esta posibilidad o la encajonan dentro de las febriles imaginaciones de los críticos, como quien esto escribe.
Lamentablemente, estamos en un punto álgido, muy complejo; y el gobierno se empeña en minimizarlo en la voz del tuerto secretario de Hacienda, el doctor Luis Videgaray Caso.
La Anécdota
El primero de septiembre de 1982, el entonces presidente, José López Portillo, al anunciar la nacionalización de la banca, gritó al Congreso:
–“Ya nos saquearon; ¡no nos volverán a saquear!”
Se refería a la fuga de 40 mil millones de dólares hacia el exterior en los meses anteriores al exabrupto. Desde entonces, los “saqueos” han sido crónicos. Sólo en los fines de semana recientes, desde junio a la fecha, han salido cuatro mil millones de dólares, en cada ocasión, de México. Y Luis Videgaray como el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens Carstens, se ríen de nosotros.
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WEB: www.rafael-loretdemola.com
E-MAIL: loretdemola.rafael@yahoo.com
NO PUEDE SECUESTRARSE LA SOBERANÍA NACIONAL, NO EN UNA NACIÓN DEMOCRÁTICA. EN MÉXICO LO HACEN QUIENES SITIAN LOS RECINTOS DEL PODER Y CUANTOS ACTÚAN SIN EL MENOR CONSENSO SOBRE ASUNTOS ESTRATÉGICOS COMO LA PROPIEDAD DEL PETRÓLEO. LAS ELECCIONES NO SON PRETEXTO PARA PROCEDER DISCRECIONALMENTE, MUCHO MENOS SI ELEVAMOS LA CONDICIÓN DE NUESTRO MODELO POLÍTICO A LO QUE TANTO SE EXALTA: LA DEMOCRACIA, PRECISAMENTE.

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