Desafío

*Descomposición Amiga
*Síndrome VS Justicia
*El Libro de Cabecera

No están saliendo las jugadas a los tres partidos que, en este momento, ostentan la mayor representatividad. Al PRD, por ejemplo, pese a las andanadas contra López Obrador y viceversa, el destino no parece sonreírle y ya recibió una primera, severa, llamada de atención: de acuerdo a tres encuestas, publicadas en La Jornada y basadas en las redes sociales, entre el 78 y el 82 por ciento de los entrevistados aseguró su disposición de votar por los candidatos de la MORENA de Andrés Manuel en los comicios intermedios de 2015. Eso no lo esperaban ni en Los Pinos ni en la caravana gitana del nuevo organismo. En México, la piel perlada se valora mucho aunque se trate de un juego de palabras. 
Desde luego, en la residencia oficial ya habían hecho cuentas alegres desde muy atrás. Y de allí al despacho de Insurgentes, donde esperan el timbre del teléfono para el consabido “Sí, señor”, sólo hubo un instante. César Camacho Quiroz, uno de los “líderes” más anodinos y grises del partido de nuevo en el poder, salió hace varias semanas a declarar que sentía, muy cerca, la posibilidad de recuperar al Distrito Federal para su causa y, de paso, una mayoría absoluta de curules que le permitieran asegurar la ruta de las iniciativas presidenciales sin necesidad de negociar con las bancadas contrarias, especialmente la del PAN, tan desvencijada porque no sabe como gastar prudentemente los bonos extras que cayeron en manos de sus legisladores. 
Para los priístas de la cúpula –no cópula, por favor-, era evidente que la división atroz y galopante de la izquierda acabaría por dividir y hasta pulverizar los sufragios dejando una senda abierta a favor de ellos, sin tantos tropiezos ni condiciones adversas. Parecía razonable salvo por un argumento que va confirmándose una y otra vez: los pasos impredecibles de Andrés Manuel y su capacidad de aglutinamiento, acaso la mayor de cuantas se observan en la perspectiva política de México. A la vista de los últimos acontecimientos, y pese a la labor de los dirigentes perredistas que han intentado evitar la monumental escisión, todo indica que el partido fundado por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, aun en el supuesto de que éste sea quien lo presida, parece tener los días contados como los tuvo el PSUM, de Heberto Castillo, quien cedió su registro ante el órgano electoral para que el PRD lo obtuviera de manera automática, fast-track. Nada es para siempre, ¿salvo el PRI?
Por otra parte, los “visionarios” operarios del PRI apostaron a que la derecha podría entrar en una fase marcada igualmente por las divisiones internas, habida cuenta de que en este polo no había más opción que la blanquiazul… hasta que de la chistera del mago surgieron los partidos Encuentro Social, el de las sectas estadounidenses financiadas desde Washington con abierto descaro, y el llamado Frente Humanista, cuyas siglas casi son las del ex mandatario que lo promueve, felipe calderón, siguiendo los lineamientos de quien fue su mayor aliada, la maestra Elba Esther Gordillo Morales, quien sin haber renunciado al PRI se lanzó a invertir y hacer operativo a un nuevo partido, el ya conocido PANAL que parece firme para mantenerse entre los minoritarios con buenas entradas presupuestarias. 
Dividiendo por sendos extremos, desde el centro, el partido en el gobierno parecía destinado a asegurar su continuidad en el poder así mantuviera su línea de entre 35 y 38 por ciento de votantes, una minoría si sumamos los sufragios esparcidos de los demás, con dudosa legitimidad política. Recuérdese que en las democracias la voz mayoritaria es la que vale, y en México, desde la usurpación salinista, que se adjudicó, el 50.1 por ciento de los sufragios, en 1988, llevamos más de un cuarto de siglo avalando “primeras minorías”, un término por sí enfermizo e inexistente, en ausencia del recurso necesario para asegurar la preeminencia mayoritaria: las segundas vueltas electorales, por cierto propuesta en la tímida iniciativa de reforma política de calderón que fue archivada sin el menor recato. Y aquí no han podido, los panistas juerguistas, canturrear aquello de las “victorias morales” por cuanto no han sido capaces de gestionar y poner en práctica por su cuenta. ¡Y fueron doce años de administraciones de su filiación!
¿Cuál es el mayor mal del panismo? Podría pensarse, cerrando los ojos, en el nepotismo pero me temo que no: la enfermedad más ponzoñosa de esta estructura es la ausencia de ideales firmes que eviten alianzas sucias, acuerdos soterrados y chantajes mutuos, sobre todo en el Legislativo, a cambio de una oleada de corrupción. Fíjense: todavía hace unos días hablaba de los aún jóvenes militantes de este partido que podrían partir la manzana presidencial; y me atreví a mencionar a Luis Alberto Villarreal García, emprendedor como le conocía, como uno de los ases en la mano del presidente panista, Gustavo Madero Muñoz, quien tanto le respaldó. Quizá me ganó el hecho, lo confieso, de que conozco a Luis Alberto desde sus andares por San Miguel de Allende, en donde este columnista radicaba, además de sostener una muy sólida amistad con su padre –por ser taurino y no político-, Alberto Villarreal Sauto, comerciante de muebles y cordial siempre. 
No había visto, por supuesto, el denigrante video en el que se le observa, en Vallarta, con una bailarina en plena reunión de panistas felices por el trabajo encaminado –era todavía enero de este año- sobre las reformas peñistas que ahora señalan como logros históricos del viejo panismo; cierto: ya había sido señalado, con evidente reiteración, por cuanto a los famosos “moches” pero tal campaña parecía predestinada para cobrarle cuentas, acaso desde el centro de operaciones de calderón, por algunos favoritismos acaso no suficientemente compensados –Villarreal fue de los primeros en sumarse a la candidatura de felipe cuando casi nadie creía en él-, y su indiscutible cercanía con su paisano, el señor fox y, sobre todo, con la madre de éste, doña Mercedes, de origen vasco, quien lo privilegió hasta su muerte. 
Y era obvio que Luis Alberto sabía de donde procedían los golpes contra él; sin decírmelo dejó correr mi pregunta con un leve asentimiento de cabeza. Era calderón quien se había dedicado, en cuerpo y alma, a desprestigiar al joven panista. ¿Por qué? Posiblemente porque no quiso “suicidarse” o autoinmolarse con él en la hora del finiquito y optó por seguir adelante a pesar de la devastación dejada al paso del sexenio de la violencia. Sin duda, los mandatarios más mediocres, digamos los señores de la madrid, zedillo y calderón, son quienes más rencores guardan en sus alforjas y siempre están dispuestos a dar los golpes necesarios para que a ellos jamás les llegue el agua a los aparejos –expresión española como decir “al cuello”, pero hoy me gustó usarla-. 
Los mediocres suelen volverse perversos cuando se trata de defenderse de las dentelladas ajenas y del inevitable ciclo que termina su cauce en la caducidad. Se vuelven peligrosos, torvos y, si atesoran impunidad y poder, siniestros, sin rescoldos de moral no digamos política. Es el perfil de calderón con todo y su rostro de monaguillo regañado que fue tomando forma a lo largo de un periodo de desgracias de las que nada dice en su reciente mamotreto editado por Random House Mondadori, una de las empresas que obedientes se dedicaron a impulsar las lecturas sobre capos y drogas para cercenar a las críticas directas contra la administración de la derecha. 
Ahora calderón alega que observa descomposición en su partido –es decir el PAN porque ahora ya está detrás igualmente del PFH, basado en un humanismo de oropel y francamente destinado a escindir a los panistas más recios. Y logró el registro casi a hurtadillas a diferencia de cuanto le ha costado, por ejemplo, a Manuel Espino Barrientos, otro ex dirigente del PAN, consolidar su propia propuesta. Más vale estar bien con el establishment y, por ahora, con peña nieto.
Por cierto, en el colmo del cinismo, calderón alegó que “está siendo compleja” la transición política de su administración a la actual. ¿Le habrá dicho alguien que ésta ya terminó desde diciembre de 2012? Un año y mas de ocho meses, ¿no son suficientes para asimilarlo?¿O más bien se trata de una réplica al hecho de que los nuevos huéspedes de Los Pinos no dejen tranquilos a los calderón por tantos motivos -léase genaro garcía luna y sus muertos-, que debería ser enjuiciado o estar detrás de las rejas? Apunto a lo segundo porque lo primero es de una ingenuidad monumental. 
Debate
Luego de ocho años de “visita forzada” en Canadá, esto es desde los estallidos de Pasta de Conchos con saldo de sesenta y cinco mineros muertos –obra cumbre del “Grupo México” que recientemente contaminó, con ácido sulfúrico, el río Sonora-, en febrero de 2006, Napoleón Gómez Urrutia, líder de los trabajadores mineros a quien se ha buscado reemplazar sobre todo con el fuelle del mediocre calderón –cómo se blindan los seres cuya prepotencia surge de la envidia-, ha obtenido la nacionalidad de aquel país lo que, obviamente, complica, o más bien anula, su proceso de extradición. Una nueva manera de evadirse de la justicia mexicana que siempre va a la zaga en materia de modernización y aplicaciones congruentes con la dinámica universal. 
De hecho, quienes se van de México para refugiarse en otro suelo, es artera costumbre que desembocó en lo que hemos llamado “el síndrome Ibarrola” –lo llamé así por el funcionario Eduardo Ibarrola Nicolín, quien en su momento desempeñó doble función en la Chancillería y en la Procuraduría General de la República con el expreso mandato de llevar a cabo algunas de las extradiciones más costosas e inútiles: precisamente, gracias al talento del personaje nombrado, las lagunas jurídicas procesales habilitaron la puesta en libertad de personajes tales como “El Divino”, Ángel Isidoro Rodríguez, y Óscar Espinosa Villarreal quien ahora se siente vindicado por la debilidad estructural de nuestro singular sistema judicial. Puras vergüenzas. Ambos sujetos mencionados llegaron a México, rodeados de una parafernalia descomunal, sólo para ser puestos en libertad, amparados, y alegando la prescripción de los delitos de los que fueron acusados. Una barbarie del Derecho fruto de las complicidades superiores. 
No es todo. Gómez Urrutia, ahora canadiense, no se ha cansado de señalar que los verdaderos criminales –y se ha demostrado en otras actividades-, son los integrantes del deleznable Grupo México, encabezado por el “invisible” Germán Larrea Mota-Velasco que, gracias a sus protectores y sin satisfacer las demandas de sus miles de empleados, se dio el lujo de alcanzar ya el segundo sitio entre los mayores multimillonarios de México sólo superado por el invencible Carlos Slim Helú a quien los “duelos de titanes” le saben a muy poco.
México ya no se podría entender sin sus síndromes repulsivos. Por desgracia.
La Anécdota
El paseo “triunfal” de calderón coincide con la tibia reacción de Marcelo Ebrard Casaubón quien, mediante un libro escrito por sus colaboradores, pretende evadirse de las posibles repercusiones de los fraudes en la línea 12 del Metro por él aprobada e inaugurada con afanes propagandísticos notorios.
Alguna vez, conversando con Ebrard, éste me dijo que tenía detrás de su escritorio, como libro de cabecera, un ejemplar del dictamen del Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal sobre los comicios de 2006 y en donde se acepta la intervención del presidente fox a lo largo de la campaña y de los empresarios, si bien estima que tales circunstancias NO fueron determinantes para modificar una elección que se resolvió por menos de medio punto porcentual. Un escándalo que marcará para siempre la era calderonista.
Ahora, Ebrard juega menos limpio y está dispuesto a recorrer sinuosas rutas para enfrentarse a su segundo ex mentor, López Obrador, aunque le aconseje lo contrario el primero de sus maestros, Manuel Camacho Solís. ¿Tiene autoridad moral para ello? Lo dudamos.
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Web: Casi lista.
E-Mail: loretdemola.rafael@yaho.com
LOS PARTIDOS SE ESCINDEN CUANDO MÁS NECESITAN UNIRSE. LOS CANTOS DE SIRENA, AL PARECER, SON MÁS RUIDOSOS QUE LOS GRITOS POR LA RENOVACIÓN. ¿CUÁNTAS DCEPCIONES MÁS VEREMOS? ES IMPREDECIBLE. LO CIERTO ES QUE LA CLASE POLÍTICA SE DESMORONA AL IGUAL QUE LOS MEDIOS EN DONDE SE COBIJAN.

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