Desafío

*Clandestinos, la Moda

*Salvadores de México

*El Viejo y la Ventana

Hasta la protesta es clandestina en el México de hoy; la derecha pretende encapsularla porque, en ausencia de diálogo y consensos, las decisiones discrecionales del gobierno son afrentas. No niego que me disgusta, sobremanera, observar las carpas a un costado del Monumento a la Revolución mientras los niños sufren las consecuencias por la ausencia de maestros; también la actitud chantajista –“más plazas y nos vamos”- de sus dirigentes más interesados en el poder gremial que en la academia y los derechos de terceros, el único límite admisible para la libertad aunque en realidad se trata de libertinaje. Pero ninguna democracia crece sin el debate… y éste parece volcado, igualmente, a través de las redes sociales para vergüenza de todos cuantos ocupamos espacios periodísticos y no sabemos hacernos escuchar mientras los informadores comprometidos con el “sistema” mienten descaradamente.

También los grupos comunitarios preparados para la “autodefensa”, perdida la fe en las instituciones públicas incapaces de detener la marea de la violencia, surgieron de manera clandestina hasta formar un ejército que ahora la oficialidad usa como escudos humanos, a la manera de los prisioneros de los islámicos amarrados a las torres para evitar bombardeos; y mientras ello sucede, claro, los mandos castrenses otean, miden… o se corrompen con descaro en una región sin ley en la que, por si fuera poco, el gobernador momificado, el michoacano Fausto Vallejo Figueroa, rindió su segundo informe sin el menor interés, mientras el virrey, Alfredo Castilla Cervantes, observó la escena, displicente y abúlico.

Una pregunta suelta. ¿Por qué ahora, cuando la acción militar se supone está concentrada en Michoacán, han aparecido por doquier, pero sobre todo desde Morelos, distintas bandas de secuestradores surgidas de grupúsculos independientes? Y, mientras, acaso para suavizar la realidad que nos lleva, una vez más, al doloroso punto de partida, se presenta a Daniel Fernández Domínguez, “el Pelacas”, como presunto autor intelectual y material del secuestro de Diego Fernández de Cevallos, el barbado panista con tendencia a imitar a “El Quijote” como si de una encarnación material de éste se tratara en su locura de poder-, quien permaneció de mayo a diciembre de 2010 en una “tumba, desde la que era imposible identificar formas, caras, cuerpos, alturas y voces” según sus palabras.

Lo curioso del asunto es que, con ello, la oficialidad intenta disipar la sombra sobre la intervención del Ejército Popular Revolucionario (ERP), caracterizado igualmente por perpetrar raptos como el del empresario Eduardo García Valseca, hijo del legendario “Coronel” fundador de cuatro decenas de periódicos en México, quien, éste sí, denunció a sus captores, habló, junto a su esposa Jayne, en 2007, aunque con ello la enfermedad que padecía ella se recrudeciera hasta matarla. El mismo modus operandis, las mismas condiciones, los mismos desenlaces, los mismos tiempos. Pero no, ahora sólo aparece “El Pelacas” a partir de la declaración de un sicario pres; un testimonio, por ende, poco convincente en materia de autoridad moral.

Y en la misma dinámica siguen surgiendo, por aquí y por allá, fosas obviamente “clandestinas”. Ya han aparecido, desde el inicio del atroz régimen de calderón y de su continuista sucesor, cuatrocientas de ellas conteniendo, aproximadamente, cuatro mil cadáveres. Es, cuando menos, lo que se sabe “oficialmente” si bien lo peor acaso está por llegar. La mayoría de estas víctimas cuyas desapariciones apenas han movilizado a las autoridades, de México y sus países de origen, son emigrantes que se fijan como destino el “paraíso” estadounidense sin saber que se avanza así hacia el verdadero “inframundo” –Les remito a “Nuestro Inframundo”, Jus, 2011-, siguiendo los senderos dantescos con cancerberos en las aduanas, perros con cuatro cabezas, y once terribles infiernos en la ruta, desde el racismo, la xenofobia y la licencia para matar seres humanos como si se tratase de animales… todos lo somos, por indignante que parezca, si no son estadounidenses.

Alguna vez, conversando con un gran amigo de esta columna avecindado en los Estados Unidos gracias a sus extraordinarios conocimientos del mundo cibernético, éste me confió en sus palabras:

–Nunca se podrá respetar a los indocumentados mexicanos si no somos capaces de hacer lo propio con los pobres infelices que cruzan el Suchiate y abordan “La Bestia” –el tren carguero para seres humanos-, hasta ser asaltados, ultrajados y muertos. No podemos pedir para los nuestros lo que no somos capaces de brindar a los demás.

Una reflexión tan dura como amarga; pero, indiscutiblemente, cierta. ¿Cómo es posible que se olvidara, hasta estos extremos, nuestra frontera sur hasta convertirla en un larguísimo lupanar en donde la justicia la otorgan las armas y las placas de autoridades corruptas que son capaces de vender hasta las almas de sus madres? Cualquiera que haya visitado el linde sabe de lo que estoy hablando: mujeres jóvenes brutalmente afrentadas por una visa perentoria que sirve, a la vez, como aviso a quienes esperan la “carne joven” a los lados de los rieles para asaltarlas y someterlas, destinándolas a la “trata” y a los burdeles que proliferan por doquier. Pero hay quienes se llevan la peor parte: aquellos que son reclutados por las mafias para realizar tareas sucias hasta su muerte; y a otros a los que se mata y se entierra, clandestinamente claro, por pretender huir de uno de esos once infiernos de los que hablábamos. Hablamos de miles de seres humanos aunque una mínima parte de quienes son arrasados por la violencia. ¿Y todavía preguntan el origen de los “autodefensas” prestos a dar sus vidas para no seguir viviendo sus muertes, brutalmente sojuzgados por los cárteles… y las fuerzas públicas que también se toman sus “botines”?

La realidad es, por desgracia, totalmente distinta cuando se observa desde la perspectiva de los infelices y no a la vera de la ciudad de los Palacios, el centro neurálgico de la República, en donde sólo se ensucian las botas para las fotografías y en casos de desastres naturales. Los damnificados no son clandestinos sino combustibles de la industria de los meteoros y terremotos, la más productiva desde el punto de vista político. ¡El lodo de la impudicia!

Debate

Para dar secuela a la zaga de la exitosa cinta “Salvando al Soldado Ryan” –en la que mueren todos los miembros de una patrulla y otros más por salvarle la vida al último de cuatro hermanos derrotados por la parca en la Segunda Guerra Mundial-, la revista Time, según muchos una de las prestigiadas en los Estados Unidos y alrededores universales, publicó, hace unos días, en su portada, la imagen del señor peña nieto con las manos cruzadas y un gesto adusto, serio, contrario a la imagen risueña y juvenil que nos han vendido a los mexicanos. Y bajo la figura un titular: “Saving Mexico”, sin acento por supuesto, alegando que las reformas emprendidas por éste van por camino de consolidar a la nación ¿norteamericana?

De acuerdo a la hemeroteca de la publicación mencionada, sólo cuatro mandatarios mexicanos han merecido tal “honor”: además del ya señalado, el general Lázaro Cárdenas, Miguel Alemán y Adolfo López Mateos, claves para entender las motivaciones del semanario en cuestión en pro, siempre, de los valores y ética de sus conacionales. Alemán y López Mateos estrecharon las relaciones bilaterales al punto de elevarlas al plano de la amistad. El segundo, incluso, participó, de manera muy discreta pero efectiva, en el espionaje para que el vecino del norte ganara la carrera espacial a la ahora desaparecida Unión Soviética. Pero ésta es otra historia que ya les he contado.

¿Y el general Cárdenas? Pues no olvidemos que él expropió el petróleo a las insolentes compañías inglesas y los norteamericanos se frotaron las manos creyendo que ellos seguirían en la lista… lo que parece están a punto de lograr más de setenta y cinco años después. No es que pensara en ello el general sino que así lo supusieron al norte de nuestras fronteras, en donde no escondieron su felicidad porque se arrojó a los ingleses por donde habían venido como ellos también lo hicieron al independizarse del “imperio” más extenso que jamás haya existido para vergüenza de la humanidad.

Entre todo el palabrerío del autor de la entrevista, Michael Crowley –a lo mejor se le recuerda, al paso de los años, como a James Creelman, reportero durante la etapa llamada “amarilla” quien logró dialogar con Don Porfirio y difundió la mentira sobre la voluntad de éste de construir la democracia de partidos-, destaca una sentencia de peña nieto que estruja:

–“No estamos trabajando sólo con un objetivo de corto plazo… Tenemos un horizonte más amplio”

Curioso: mientras López Obrador y sus incondicionales prevén que en “dos, tres, seis años” el poder del priísta se habrá diluido –el primer lapso se cumple en diciembre de este 2014-, peña sugiere que podría ampliar la perspectiva hacia más allá de un sol sexenio siguiendo el hilo conductor de casi todos los mandatarios latinoamericanos e incluso de los Estados Unidos, aunque en este último la única reelección alarga el período a sólo ocho años, dos más que el tiempo de duración de nuestros congestionados regímenes. Ya se insiste, otra vez, que seis años son demasiado cortos cuando se planea para cuatro décadas cuando menos. El mismo criterio del porfiriato en el esquema de quien, por supuesto, debe sentirse muy orgulloso de ser considerado el “líder del año”… desde la visión de los foráneos que no están sometidos a su guía.

Un anuncio así, entre renglones torcidos, no puede llevarnos, en este momento, sino a la peor de las calamidades. Lo avisamos en tiempo y forma.

La Anécdota

Cuando terminaba el siglo XIX, el general Porfirio Díaz, dictador inmarcesible, visitó a su compadre del alma, Manuel González, a quien había dejado la “silla” en renta por cuatro años sin que el primero perdiera los hilos del poder, y le dijo:

–Compadre, la verdad: yo ya no quiero reelegirme; me siento un poco cansado.

Enseguida, González se levantó y fue hacia la ventana moviendo la cabeza hacia un lado y otro.

–¿Qué haces, compadre? –le preguntó Díaz-.

–Estoy buscando a algún tarugo que te lo crea.

Siempre, entre la clase política, debe encontrarse el fondo sobre la forma.

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Web: www.rafael-loretdemola.mx

E-Mail: loretdemola.rafael@yahoocom

SI VIVIMOS EN EL CLANDESTINAJE, ¿CÓMO ESPERAR LA JUSTICIA Y EL ANDAR HACIA LA DEMOCRACIA? NO PODREMOS ESTAR TRANQUILOS MIENTRAS, DESDE FUERA, SE EXALTE A NUESTROS MANDATARIOS CUANDO, EN EL INTERIOR DEL PAÍS, SE LES CUESTIONA CON SEVERIDAD. ¿SE TRATA DE IMPRESIONAR A LOS MANIPULABLES CONVENCIÉNDOLES DE QUE CUENTAN CON EL AVAL DE LA GRAN POTENCIA, DE LOS PATRONES DEL CONTINENTE? MIENTRAS SE SIGA PENSANDO ASÍ SEREMOS LACAYOS, ESCLAVOS MENTALES, DE LOS PODEROSOS, SEAN CONSORCIOS MULTINACIONALES O EL PAÍS CON MAYOR FUERZA MILITAR Y ECONÓMICA DEL PLANETA.

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